Empezamos rodando por la carretera con dirección al Lago, pero no cogimos directamente la que asciende a la Laguna de los Peces (nuestro objetivo), sino que continuamos hasta coger el desvío que conduce a la Playa Los Enanos. Tras hacer unas fotos al Lago, que era talmente un espejo, continuamos por un camino que nos llevó ya directamente a la carretera por la que deberíamos ascender 17 km.
Empezamos suave, dosificando y así llegamos enseguida a San Martín de Castañeda. Hizimos una breve parada para despojarnos de ropa porque ya empezaba a sobrar todo. Volvimos a la bici y a continuar ascendiendo, poco a poco, a buen ritmo, sin parar... Fuimos disfrutando de las bonitas vistas y de la espléndida mañana y así, poco a poco, íbamos viendo cómo los kilómetros iban corriendo y que nuestro objetivo estaba cada vez más cerca.
Cuando vimos el aparcamiento a la salida de una curva nos llevamos una gran alegría porque nos quedaba menos de un kilómetro para terminar esa gran ascensión.
Tras una breve parada, comimos algo y comenzamos el descenso, los cinco primeros kilómetros por carretera, después giramos a la derecha y tomamos un camino con algunas zonas con mucha piedra y mal firme. El camino desemboca en la antigua carretera y siguiendo esta salimos a la nueva. Aquí nos dividimos en dos grupos. Uno continúo el descenso por la carretera y el otro por un camino muy técnico que lleva a San Martín de Castañeda. Ya en San Martín los de este grupo cogieron el camino de Vigo, precioso, con mucha arboleda por los lados, y el suelo cubierto de hojas de robles y, en algunas zonas, barro. Al llegar a Vigo decidieron continuar por carretera hasta Galende para acortar en tiempo el regreso. En esta localidad se volvió a reunir el grupo. Para celebrar la llegada todos nos hidratamos disfrutando del sol y comentando los avatares de esta ruta que nos encantó a todos.
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