17 de julio de 2015

Escafoides

Una caída tonta, como la mayoría, le provocó la rotura del escafoides a uno de nuestros miembros. Sin él saber las consecuencias de esa caída estuvo aguantando el dolor unos días. Como no remitía fue al médico, que no supo apreciar la rotura, y le puso un vendaje. Tras pasar otros días con dicho vendaje pero sin percibir mejoría alguna, decidió acudir al traumatólogo. Este lo vio claro enseguida, tenía roto el escafoides, así que no quedó otra que escaloyar. Lo peor es que tiene que aguantar dos meses con ella puesta y, claro, en el "dique seco".

Lejos de estar dolido con su equipo del alma, le ha hecho con mucha paciencia este homenaje en la escayola, que es digno de estar en este blog:


¡Recupérate pronto, campeón!