17 de septiembre de 2017

En busca del San Pedro de la Nave inundado

Pensamos que la gran sequía que estamos sufriendo no podía tener nada positivo, pero nosotros hemos logrado sacar algo de ello, el poder contemplar el antiguo emplazamiento de San Pedro de la Nave, inundado por el embalse de Ricobayo, y que sólo puede verse en ocasiones como esta, en las que el nivel de las aguas está bajísimo.

Pero para llegar a estas ruinas tuvimos que hacer antes un trecho. Salimos de la Ciudad Deportiva ocho bikers, que podían haber sido diez si no hubiera sido porque a última hora fallaron dos.

Salimos de Zamora por el Espíritu Santo y por el barrio de San Isidro.


Ya en lo alto de San Isidro, cruzamos la N-122 y continuamos con dirección a Palomares, pero antes de llegar cogimos un camino que ha estado mucho tiempo cerrado y que se ha abierto por orden judicial gracias a la constancia y buen hacer de Bicizamora. 



Desde Palomares fuimos hacia Valdeperdices, pero no llegamos al pueblo, sólo hasta la entrada, desde allí ascendimos hacia la carretera que va a El Campillo. 


Por ella rodamos rápido hasta llegar a la iglesia visigótica de San Pedro de la Nave.


Desde allí continuamos por un camino que nos llevó hasta otro que desciende hasta la misma orilla del embalse. Desde allí ya pudimos contemplar los restos de lo que fue San Pedro de la Nave.



Impone ver lo que un día fue un pueblo, y que hoy no es más que restos de paredes de piedra. No pudimos por menos que ponernos en la piel de todos aquellos que tuvieron que abandonarlo todo para que Iberdrola obtuviera beneficios.






Tras pasear por las ruinas y comer algo, iniciamos la ascensión. Hubo una parte que sólo los más fuertes lograran superarla sin bajar de la bici. 

Enseguida llegamos de nuevo a El Campillo y desde allí nos desviamos a la derecha para tomar un bonito camino que va bordeando el embalse. Después tuvimos que realizar una gran ascensión con dirección hacia Muelas.



Ya cerca de Muelas cambiamos de dirección para volver hacia Palomares. 


Y ya desde Palomares regresamos a Zamora volviendo a entrar por San Isidro, pero descendimos hacia Valorio donde nos hidratamos y enseguida volvimos a nuestras bicis para finalizar la etapa.

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Animación de la ruta:




7 de septiembre de 2017

Ruta nocturna al Teso Mayo

Teníamos ganas desde hace tiempo de hacer una ruta nocturna, pero por diversos motivos no encontrábamos fecha... hasta hoy, noche de luna llena, con una temperatura muy agradable y con una cena que nos esperaba al final, ingredientes todos que la hacían aún más atractiva.

Quedamos a las 20.30 en la Ciudad Deportiva, aún de día, y salimos hacia Coreses.


Llegando a esta localidad empezamos a ver la luna, rojiza, asomando por el horizonte, y la luz comenzó a escasear. Encendimos nuestras linteras, focos o luces frontales y continuamos nuestro camino.


Cruzamos Coreses y proseguimos por la carretera de Algodre, si bien la abandonamos por seguir por un camino. Este camino nos llevó a otro y poco después comenzamos a ascender, en realidad casi no dejamos de hacerlo hasta el Teso Mayo.


Llegamos a esta altura (que nosotros también la conocemos como las antenas de Algodre) y desde allí se podía contemplar un buen espectáculo de las luces nocturnas de los pueblos de alrededor y de Zamora.


Volvimos atrás unos metros y bajamos hacia Algodre. Desde allí continuamos por carretera hasta Coreses y desde esta localidad volvimos a Zamora por el mismo camino por el que habíamos hecho la ida.

Al llegar a los Tres Árboles nos esperaban dos bíkers, uno de ellos quiso celebrar su cumpleaños y nos tenía preparadas cervecitas frías y una suculenta cena a base de tortillas de patata, pimientos, chorizo, empanada y quesada. Mejor final imposible.



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