16 de junio de 2019

De entrenamiento hasta El Cubo

Quedan pocos días para iniciar nuestra gran ruta de este verano, así que de cara a estar algo mejor preparados hoy quisimos hacer más kilómetros de lo habitual y fuimos hasta El Cubo de Tierra del Vino.

Iniciamos la ruta en el lugar habitual seis bíkers. Salimos de Zamora cruzando el Puente de Piedra y atravesando San Frontis. Al llegar a la carretera de Bermillo giramos a la izquierda para ir hasta la rotonda del Cementerio y, poco después, coger el camino de Morales del Vino. Al llegar a la ermita del Cristo nos estaba esperando un séptimo bíker. Ya todos juntos rodamos por la vía de servicio hasta la rotonda anterior a Morales, y desde ella por la carretera hasta el pueblo.

Salimos del pueblo tomando a la derecha el llamado Camino El Perdigón, que abandonaríamos más tarde cogiendo una bifurcación a mano izquierda, el llamado Camino Sampedro. A partir de ese punto ya nos encontramos atravesando de lleno los campos agostados de cereales, aunque sea mediados de junio. Si algo presidía hoy el horizonte era el amarillo dorado de los trigos y las cebadas a punto de ser devoradas por las cosechadoras.


Hasta ese momento los caminos que habíamos transitado eran muy buenos, bastante buen firme, si bien con perfil ascendente; pero continuamos por un camino mucho menos transitado, por lo que la vegetación estaba en trámites de invadirlo todo.


No mucho más adelante volvimos a pisar buen camino. Pasamos cerca de las antenas que hay entre Casaseca y Corrales, sin dejarnos tentar por ellas y pronto comenzamos a descender hasta que llegamos a la N-630 unos cientos de metros antes de llegar a Corrales del Vino.



Cruzamos la carretera y seguimos por el camino que sale de frente, que nos llevó hasta una de las urbanizaciones que hay a la entrada del pueblo. Bordeamos la localidad por la circunvalación y tomamos la carretera de Santa Clara de Avedillo.


Nada más pasar bajo un viaducto de la autovía giramos a la derecha y poco después a la izquierda iniciando una larga y pronunciada subida.


Tras culminar el ascenso iniciamos una bajada que nos llevó de nuevo a la carretera. Recorrimos por ella unos cientos de metros y entramos en Avedillo (como lo llaman los del lugar).


Poco después de las primeras casas giramos a la derecha para continuar por un camino que nos sacó del pueblo por una zona frondosa y bonita.


El perfil seguía siendo ascendente, y poco después de esa localidad volvimos a encontrarnos con otra subida, pero más corta y menos empinada que la anterior. En cualquier caso, como suele ocurrir en todas las subidas, cada uno la subió como pudo por lo que el grupo se fue estirando.


Tras llegar arriba atravesamos una zona de pinares y poco después empezamos a encontrarnos con grandes superficies de cereales y encinas, atravesadas por grandes rectas de excelente firme.




Si durante el recorrido anterior habíamos rodado a buen ritmo, en esta zona elevamos la media porque el terreno invitaba a ello. Tras algún cambio de sentido y alguna que otra recta más, empezamos a divisar a lo lejos El Cubo.


Realizamos un descenso y nos encontramos con la carretera que une esa localidad con Fuentesaúco, la cruzamos y continuamos recto, entrando poco después en el pueblo. Atravesamos algunas de sus calles y nos dirigimos a la zona recreativa que hay a la entrada, un lujazo, buen cesped, banquitos y unas barbacoas enormes. Eso sí, nosotros esta vez prescindimos de ellas y utizamos sólo la sombra y los bancos.

Tras reponer fuerzas y hablar de la logística del regreso desde Lisboa, iniciamos el regreso. Al salir del pueblo tomamos la Vía de la Plata y no la abandonamos hasta cerca de El Perdigón. Los primeros kilómetros los hicimos en paralelo a la vía, lo que nos hizo de nuevo hablar de lo buena idea que sería aprovechar esa infraestructura para hacer una vía verde... Esos primeros kilómetros tienen un ligero perfil ascendente y se notaba.



Pero poco después, iniciamos el divertido descenso hacia el término de Cabañas de Sayago, pudiéndose contemplar desde la parte más alta buenas vistas de la zona.


No llegamos a pasar por esa localidad, la Vía de la Plata nos llevó poco después hasta Villanueva de Campeán, donde se producen los vinos de la denominación de origen Tierra del Vino. Se nota desde algún kilómetro antes de llegar al pueblo por las viñas que se encuentran a un lado y otro del camino.


Como el perfil acompañaba, los caminos eran buenos y estábamos rodando a un ritmo muy bueno, avanzábamos mucho, así que enseguida llegamos a las proximidades de San Marcial. Tampoco llegamos a entrar en esta localidad, íbamos hacia ella pero antes de llegar la Vía de la Plata gira a la derecha para poco después hacerlo a la izquierda. Como un kilómetro después abandonamos las flechas amarillas y continuamos por nuestra cuenta girando a la derecha y ascendiendo una cuesta que nos llevó hasta las proximidades de El Perdigón. Tampoco entramos en este pueblo, ya que antes de hacerlo giramos a la izquierda y lo bordeamos.

Nuestra intención era llegar a las proximidades de Entrala y allí retomar la Vía de la Plata, y así lo hicimos. Ese ritmo alegre al que hicimos toda la vuelta nos permitió llegar pronto a las proximidades. En un momento dado tuvimos que cruzar la carretera de Peñausende, rodar como cien metros por ella y girar a la izquierda para continuar por un camino, que tras algún cambio de dirección terminó por llevarnos de nuevo al track. Ya sobre él pasamos junto al llamado Brocal de las Promesas.


En pocos minutos estábamos ya en el Polígono Los Llanos y otros tantos después estábamos entrando en San Frontis. Hicimos una parada técnica en la terraza de un bar cercano al Puente de Piedra. Y tras "comentar la jugada" nos subimos de nuevo a las bicis y cada mochuelo se dirigió a su olivo.


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Relive 'Morning Jun 16th'

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