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8 de enero de 2022

El Picón de Felipe y el Mirador del Fraile (Arribes)

Hace poco menos de un mes visitamos una parte de Las Arribes del Duero. Por el femenino de Arribes casi todo el mundo se habrá dado cuenta de que son los de la parte salmantina, ya que en la zamorana este paraje lleva el género masculino. En esa visita faltaba una parte importante del grupo así que decidimos repetir para que disfrutaran como lo habíamos hecho nosotros en esa visita anterior.


21 de febrero de 2016

El Pozo de los Humos

Desde hace un par de años teníamos ganas de hacer esta ruta, así que después de las lluvias de las últimas semanas y viendo que la previsión indicaba para hoy un día soleado, nos pareció que podría ser el día ideal para llevarla a cabo.

Para ello nos desplazamos hasta la localidad salmantina de Aldeadávila de la Ribera, donde iniciamos la ruta. Y desde allí no se puede empezar mejor porque poco después de abandonar el pueblo comenzamos a contemplar unas vistas impresionantes de Los Arribes (Las Arribes, como dicen por allí) mientras descendíamos y descendíamos por buenos caminos. En un momento dado hicimos un bucle para llegar hasta el Picón de Mariota desde donde se contempla el Duero encajonado entre muros de piedra.

Desde allí comenzamos a descender metros y metros hasta llegar casi al embarcadero donde se coge el Barco de los Arribes, allí cogimos una pista asfaltada con una pendiente que asustaba. Y no era para menos porque nos costó muchísimo ascenderla. Al llegar arriba retomamos el camino con continuas subidas y bajadas entre cientos de olivos y algunos almendros hasta que nos desviamos a la izquierda para seguir descendiendo y de nuevo a la izquierda poco después para continuar bajando hacia el Pozo de los Humos. Cuando llegamos a él no pudimos más que sorprendernos por la cantidad de agua que traía, por su grandeza y por su gran belleza.

Tras las fotos de rigor y comer un poco nos enfrentamos a la dura tarea de subir todo lo descendido. Los primeros metros con la bici en la mano porque no se podía de otro modo, pero enseguida montamos y lo intentamos. Plato pequeño y piñón grande era el único desarrollo posible y aún así costaba subir. Hubo quien tuvo que poner pie a tierra en algún momento pero también quien lo subió todo. Tras cruzar la valla que impide el paso a vehículos ya la pendiente se suaviza un poco, pero seguimos ascendiendo hasta casi Masueco.

En Masueco tomamos un camino que sale al terminar el pueblo a la izquierda y el paisaje cambia por completo. Los olivos y almendros son ahora robles, el camino estrecho y delimitado por paredes de piedra de pequeñas fincas y, además lleno de barro, charcos y piedras que rompían nuestro ritmo. Siguiéndolo llegamos a Corporario y a Aldeadávila donde casi agradecimos que la hora no nos permitiera seguir la ruta prevista, que nos tendría que haber llevado al Mirador del Fraile. Eso sí, fuimos hasta él en coche tras tomar las consabidas cañas que nos ayudaron a recuperar.

"Las Arribes" desde cerca de Aldeadávila.
Cultivos en terrazas propios de la zona.
Fragmento de El Pozo de los Humos.
Camino embarrado entre Masueco y Aldeadávila.
Presa de Aldeadávila desde el Mirador del Fraile.


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