Embarrándonos hasta San Pedro de la Nave

El viento iba a soplar de oeste, así que nuestra ruta debía ir en esa dirección y así sufrir en el camino de ida, cuando se está más fuerte, y volver empujados por él. Pero eso era lo que indicaban las previsiones el viernes, cuando preparamos la ruta. Esta mañana había rolado algo y venía del suroeste, mala suerte, pero con lo que no contábamos era con el barro, y lo había en abundancia...

De Fermoselle a la Presa de Almendra

Hubo una vez un río que fue erosionando durante miles de años su cauce. Así llegó a formar una profunda depresión geográfica conocida como arribes. Más de uno pensará que ese río era el Duero, pero no, nos estábamos refiriendo al Tormes y a sus arribes, que también los tiene. Parte de ellos los hemos podido ver hoy, pero otra parte importante quedaron sumergidos por el gigantesco embalse de Almendra. Unos y otra han sido los protagonistas de nuestra ruta.

Primavera en otoño

Esta mañana una nueva bici se incorporó al equipo y eso siempre es motivo de celebración, y qué mejor bautizo que llenarla de barro, para que sepa desde el primer día que esto va en serio y para que no se acostumbre mal... Y si a la bici nueva, con o sin barro, se le añade una mañana que amenazaba lluvia pero que terminó sacando a relucir el sol, una temperatura bastante agradable para la época, preciosas vistas más propias de la primavera que del otoño, una ruta bonita y buena compañía; el resultado es un conjunto estupendísimo.

Visitando nuestra joya del arte visigodo

Para la ruta de hoy habíamos hablado de ir hacia el este, pero consultando anoche la previsión meteorológica vimos que el viento soplaría del oeste, así que, como tantas veces, ese detalle condicionó hacia dónde ir. Realmente ha sido lo mismo, porque hemos disfrutado de la bici, de los paisajes y del buen rato pasado juntos. Además hemos visto esa joya del arte que es la iglesia visigoda de San Pedro de la Nave.

Embalse de Almendra

Para llevar a cabo esta ruta nos desplazamos hasta Carbellino. Una vez allí nos dirigimos por carretera hasta Roelos. Tras atravesar esta localidad continuamos por la carretera algo menos de un kilómetro y cogimos un camino que nos llevó a Salce, eso sí, tras reptar bajo los cables de un pastor eléctrico que nos impidió el paso en un momento dado. Al llegar a Salce el puente que debíamos cruzar estaba bajo las aguas del embalse pero encontramos otro y salvamos la situación. Atravesamos el pueblo y seguimos el track, si bien al llegar de nuevo al embalse, nos desviamos de él para bajar hasta la misma orilla. En ese punto parecía totalmente el mar por su amplitud, por el oleaje, por la playa...

Desandamos el camino y volvimos a retomar el track que a partir de ahí estaba trazado en paralelo al embalse. Tuvimos que abrir alguna que otra cancela pero sin más problemas y así llegamos hasta la dehesa de Pelazas y el puente que cruza una cola del embalse que llega hasta allí. Lo cruzamos y poco después dimos la vuelta y nos acercamos a la orilla para tomar allí nuestro almuerzo.

Tras recuperar fuerzas cruzamos la dehesa de Pelazas y seguimos un camino que terminó por desvanecerse. Seguimos el track campo a través y tras algunos titubeos llegamos a un camino que ya no abandonamos hasta llegar a Villar del Buey. Una vez atravesada esta localidad continuamos por buenos caminos hasta Roelos y desde aquí, de nuevo por la carretera, conseguimos llegar a Carbellino.

Vegetación y embalse de Almendra.

Embalse de Almendra.

Riachuelo cerca de Villar del Buey.

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