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3 de marzo de 2024

Caralaire hasta los almendros de Los Infiernos

Teníamos previsto hacer esta ruta el Domingo pasado, pero la lluvia nos lo impidió, así que la mantuvimos en la recámara y hoy la hemos puesto en práctica. Hace siete días habríamos visto los almendros de la zona de Los Infiernos en su máximo apogeo, hoy estaban bonitos pero las flores ya habían perdido muchos pétalos. Aún así, mereció la pena.


17 de marzo de 2019

De frente a El Porvenir de Zamora

Después de un otoño-invierno con muchas faltas hoy, por fin, pudimos presumir de grupo casi, casi, al completo.

Quedamos a las 9.00 h. porque había que tratar de estar de nuevo aquí a las 13.00 h. y en ese periodo había que hacer una bonita ruta y pasar una buena mañana. Y así lo hicimos...

La idea de esta salida nos la dieron nuestros amigos de Bici Zamora, uno de cuyos grupos la hizo parecida la semana anterior, nosotros cambiamos algo el principio y el final, pero básicamente es muy similar.

Hay que decir que la mañana estaba fresquita, unos cuatro grados, pero lucía espléndida.


Los primeros kilómetros los rodamos a ritmo muy tranquilo, encaminándonos hacia Valorio. Allí cogimos el paseo central, bordeamos el pinar y salimos al carril bici a la altura del Puente Croix.


Seguimos por este y al llegar al puente de la vía giramos a la izquierda y... ¡primer calentón! Una subidita que es larga, con cierta inclinación y que, como siempre nos coge en frío, se atraganta un poco. Superada esta continuamos por el camino y cuando pasamos por el viaducto que atraviesa la autovía, seguimos por buenos caminos, con giros de más de noventa grados en alguna ocasión porque de lo que se trataba era de llegar a la rotonda que hay junto a la gasolinera de la N-122.


Ya desde la rotonda cogimos el llamado camino de La Higuera que nos llevó hasta donde queríamos, a la carretera de Almaraz. Desde ese punto, para llegar a nuestro destino, no nos quedaba otra que rodar por asfalto unos kilómetros, así que simplemente "nos dejamos caer" porque teníamos por delante más de tres kilómetros de descenso.


Acabados estos hay una zona llana y después se suceden pequeñas subidas y bajadas hasta llegar a la zona que todos los zamoranos llamamos "Charquitos", que es donde nos encontramos con el Duero.


Al llegar a la zona más alta hicimos una parada para reagruparnos, sacar unas fotos y disfrutar de las vistas.




Tras la parada vuelta a las bicis y a seguir disfrutando, porque teníamos por delante la bajada que vemos encima de estas líneas. Eso sí, como siempre, tras la bajada vino una subida pero después otro descenso.



Finalmente dejamos la carretera y nos desviamos a la izquierda para continuar por un camino que esperábamos verlo flanqueado por almendros floridos. Almendros había, pero no tan floridos como pensábamos, imaginamos que por una helada que tuvieron que sufrir esta semana. Nada extraño siendo almendros...







Este camino nos llevó a otro y nada más empezar a rodar por este nos desviamos e hicimos un descenso hacia el río por una senda con mucha vegetación. Al llegar al Duero nos encontramos con las ruinas de lo que parecía haber sido un molino.



Tras la visita tuvimos que ascender lo descendido y volver al punto donde habíamos tomado el desvío. Desde allí continuamos rodando y, a medida que avanzábamos, iba habiendo más vegetación y era más bonito. Finalmente se convirtió en un sendero y allí tuvimos que pararnos porque ya no era ciclable.


Algunos seguimos, ya sin bici, por él y unos cien metros más adelante vimos perfectamente El Salto de El Porvenir de Zamora, una pequeña central hidroeléctrica construida en 1902, la primera que se hizo en el Duero, y que suministraba electricidad a Zamora, Toro, Salamanca y Valladolid. El agua la toma al otro lado del meandro que hace el Duero, en lo que conocemos como Presa de San Román (en la que estuvimos no hace mucho -ver ruta-), y mediante un túnel de 1,5 km la trae hasta aquí. La caída de un lado a otro es de más de 11 m.



Mirando al otro lado del Salto las vistas también son muy bonitas.


Aprovechamos el parón para comer algo y enseguida emprender la marcha. Aunque "va contra nuestros principios" en esta ocasión no nos quedó otra que "pisar" el track unos cuantos kilómetros y desandar todo el recorrido hecho hasta volver al Camino de la Higuera.

Así que primero recorrimos el camino hasta que salimos a de nuevo a la carretera.



Ya en la carretera nos enfrentamos a una buena subida, seguida de un descenso hacia los "Infiernos" y de nuevo una subida larga para llegar a los dos curvas más elevadas sobre el río. Desde allí de nuevo otro descenso y después una ascensión que tiene tres kilómetros. Es verdad que son bastante tendidos, pero hay que subirlos... Y así lo hicimos, cada uno a su ritmo y sin agobios. Al final nos agrupamos en lo alto y giramos a la izquierda para continuar de nuevo por la prolongación del Camino de la Higuera.

Siguiendo ese trazado, y ya cuando nos disponíamos a descender hacia el Camino de Los Pisones, nos liamos. Unos se quedaron un poco atrás, otros se despistaron del track, otro se metió por un camino que no tenía salida... El caso es que el grupo se dividió, pero gracias a los teléfonos nos volvimos a juntar ya en la carretera de Almaraz, a la altura de la Depuradora. Desde allí nos dirigimos a Valorio porque nos esperaba el 10º bíker en un banco, con una tortilla de patata (su especialidad) recién hecha y una barra de pan. Compramos unas cervezas en una de las casetas y todo (tortilla, cerveza, pan y la compañía) nos supo a gloria.



Tras la tortilla iniciamos el regreso al punto de partida, aunque fuimos perdiendo efectivos por el camino porque cada uno iba buscando el camino más corto para llegar a su casa.


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Relive 'Morning Mar 17th'

12 de marzo de 2017

En busca de los almendros... nos topamos con la mala suerte

Hay días en los que todo sale redondo y otros en los que todo se empeña en complicarse y salir mal, hoy ha sido uno de estos.

Salimos ocho bikers con normalidad desde la Ciudad Deportiva, como casi siempre. Cruzamos el río y nos dirigimos a Villaralbo por el Camino Viejo. La mañana era espléndida, apenas alguna nube en el cielo, poco viento y la temperatura agradable.

Antes de entrar a esta localidad continuamos bordeando el río. Este tramo, que empieza junto a la fábrica GCE y termina casi en Villalazán, es muy bonito, con bosque de ribera y una chopera enorme, y siempre junto al Duero.



Una vez que salimos a la carretera de Villalazán, rodamos por ella como un kilómetro y giramos a la derecha para seguir por caminos que nos llevaron a Madridanos, desde donde enfilamos hacia Las Contiendas. Pero en vez de virar hacia la derecha al llegar a sus pies, lo hicimos a la izquierda, como bordeándolas, por un camino con muchos almendros.


Enseguida llegamos a las edificaciones de la Granja Florencia. Allí cometimos el error de rodar unos cientos de metros paralelos a un canal y nos costó caro después.

Giramos a la derecha y comenzamos a subir la llamada Cuesta de la Virgen. Dice una leyenda ciclista que quien ascendiendo esta subida echa el pie a tierra tendrá un año de mala suerte en la bici. Nosotros, nada más empezar la ascensión tuvimos que parar porque uno había pinchado. Él contó unos cuantos abrojos en sus ruedas, pero los demás también, sólo que de momento el aire aguantaba.

Tras hinchar su rueda seguimos ascendiendo, aunque otro también notó falta de aire y tuvo que parar a hinchar. Finalmente llegamos a las tres columnas y la hornacina que alberga a la Virgen.


Tras una breve parada continuamos. La ascensión siguió y la mayoría tuvieron que echar el pie a tierra en un par de cuestas casi imposibles (para algunos). Antes de hacer cima hubo que parar a volver a hinchar las dos ruedas que estaban dando problemas.


Pudimos continuar y llegamos a la máxima altura. Desde allí las vistas son impresionantes. También desde allí percibimos que se había levantado bastante viento.


Rodamos junto a los molinos eólicos que iban a toda máquina con ese viento y de nuevo hubo que parar. Esta vez a cambiar las dos cámaras de sendas bicis. Otros dos bikers aprovecharon par hinchar porque estaban perdiendo aire también.



Continuamos y poco después iniciamos el descenso, divertido aunque hubo que hacerlo con precaución por la cantidad de canto rodado que invadía el camino. Ya bajo Las Contiendas continuamos en paralelo a ellas para más tarde girar a la izquierda para encarar hacia El Viso. Para entonces el viento nos daba de frente y costaba mucho rodar. A la altura de de la gran antena tuvimos que detenernos a cambiar la cámara de otro compañero. Antes de terminar empezó a granizar con una gran intensidad.


Menos mal que había cerca una uralita con cuatro apoyos bajo la que nos hacinamos todos mientras duró la granizada. Al salir comprobamos que habíamos colocado mal el tornillo de la rueda y aquello era imposible de desmontar.


Dos bikers acudieron a Bamba con el tornillo, el interesado con la bici a cuestas y el resto acompañando también nos dirigimos hacia esa localidad. Poco después un buen samaritano cargó en su coche a la bici y al biker y los demás seguimos rodando. Al llegar a Bamba el tornillo estaba ya arreglado gracias a un vecino y pudimos montar la rueda.

Continuamos hacia Moraleja con un viento de cara infernal, pero antes de llegar hubo que parar un par de veces a hinchar otra rueda y ya en el pueblo a cambiar la cámara. Por fin se pudo continuar hasta Villaralbo y desde esta localidad hasta Zamora, eso sí, luchando contra el potente viento.

Ah, vimos muchos almendros en flor, que era de lo que se trataba, aunque los abrojos y los pinchazos les robaran todo el protagonismo.


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Animación de la ruta: