A pesar de que hemos leído que la caduerna es la raíz de la jara seca y aplastada que se usaba para barrer la era, no hemos encontrado su definición en ningún diccionario, pero también es el nombre dado una gran ruta BTT que parte de Nuez de Aliste y que, a pesar de que es una auténtica rompe piernas, nos ha encantado, tanto, que nos atrevemos a decir que es una de las más bonitas que hemos hecho en la provincia de Zamora.
Nuez de Aliste se encuentra a 77 km de Zamora (65 minutos en coche), por ello adelantamos la hora de salida a las 8.45 h, si bien pequeños incidentes provocaron que termináramos partiendo casi a las 9.00 de la capital. Poco más de una hora después llegábamos a esa localidad, aparcamos los dos coches, bajamos las cuatro bicis, nos preparamos y comenzamos a pedalear, así, a lo loco, sin el ritual del café porque el bar del pueblo abre a las 12.00 h.La ruta que íbamos a realizar está homologada por IMBA España (International Mountain Bicycling Association) y registrada en el Registro Nacional de Rutas para Bicicletas de Montaña de la Real Federación Española de Ciclismo, la descargamos de la página de Wikiloc de Turismo en Zamora y nuestro recorrido fue totalmente fiel a la misma.
Para dejar atrás el pueblo tuvimos que ascender por una de sus calles. Pronto las viviendas fueron desapareciendo y pasamos junto al cartel que indica el fin de la localidad.
Después de ese tramo realizamos un giro pronunciado a la izquierda para tomar el llamado Camino de la Ribera. Continuamos descendiendo casi otro kilómetro más, hasta llegar a un pequeño valle por el que discurre el arroyo de Candaneo.
Finalmente, llegamos a otro valle en el que nos encontramos, ya al mismo nivel, con el arroyo. Había dos opciones para cruzarlo, por una plataforma de cemento sobre la que aún corre el agua o por un precioso puente de lajas. No hubo duda.
Nada más cruzar el puente comenzamos a rodar en paralelo al arroyo, por su rivera, a lo largo de casi tres kilómetros de ligero ascenso por el llamado Camino de Nuez a Moldones.
Nos desviamos a la izquierda, abandonando así el Camino de Nuez a Moldones, y comenzamos una dura subida en la que hubo muchos tramos en torno al 16% de ascensión, si bien llegamos a ver hasta del 21%. Eso sí, íbamos rodeados de jaras en flor, de escobas llenas de amarillo y de encinas.
Transcurrido este nos desviamos a la derecha para iniciar el tercer ascenso del día. No era como los anteriores, subida y bajada, sino que a lo largo de unos seis kilómetros realizamos un primer ascenso para después ir haciendo subidas y bajadas más pequeñas y terminar descendiendo.
Nada más pasar al otro lado del arroyo giramos a la izquierda y comenzamos el quinto ascenso, pero en la primera curva, miramos hacia la izquierda y nos encontramos con una cascada y un molino. Nos desviamos de nuestro camino y descendimos hasta sus proximidades.
Y ese lugar nos pareció que contaba con los requisitos necesarios para hacernos un selfie de grupo, y así lo hicimos.
Algunos aprovechamos para comer algo y enseguida volvimos a montarnos en las bicis, regresamos a la curva donde nos habíamos apartado del camino y continuamos con el ascenso. Este tenía como un kilómetro y medio continuado, si bien después hubo un par de pequeñas bajadas y sus consiguientes subidas, antes de comenzar el descenso propiamente dicho.
La bajada no fue ni muy pronunciada ni muy extensa, bastante más corta que la subida, y nos llevó a otro valle, en este caso por el que discurre el Arroyo del Fontano.
Recorrimos otro tramo y realizamos un giro muy pronunciado hacia la derecha.
En cuanto pasamos al otro lado del arroyo iniciamos la séptima subida de la ruta. El terreno ayudaba poco pero pensar que estábamos terminando nos daba fuerza.
A medida que íbamos avanzando la vegetación se fue abriendo pero el ascenso no era cómodo y tenía bastante inclinación.
Ya que en Nuez no hay restaurante donde comer nos pareció apropiado dejar algo en el pueblo, así que al pasar junto al bar paramos, nos apeamos de las bicis y pedimos unas cervezas, de las que disfrutamos en la terraza.
Una vez repuestos nos dirigimos a los coches, cargamos las bicicletas, nos aseamos en la medida de lo posible y nos fuimos a la cercana localidad de Trabazos en busca del Restaurante Los Castaños, donde habíamos reservado para comer. Allí mismo hay otros dos restaurantes.
Comimos bien allí. Nos invitaron a café y, tras terminar este, iniciamos el regreso a Zamora con las piernas cargadas pero felices de haber disfrutado tanto de esta ruta.
Para descargar la ruta haz clic en el logo de Wikiloc.
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