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16 de febrero de 2019

Por la ribera del río Aliste

Hoy, según nuestro calendario, tocaba senderismo, y escogimos para ello una ruta por la ribera del río Aliste.

Nos trasladamos hasta Vegalatrave para iniciar la caminata allí. Tras aparcar los coches los siete andarines (hoy muchos bíkers y muchas galanas tenían otros compromisos) empezamos a caminar saliendo del pueblo y cogiendo una carreterita a la izquierda.


Tras unos quinientos metros la abandonamos para seguir por un camino que estaba trazado junto al cauce de un arroyuelo y que tenía algo de pendiente. La zona tenía bastante vegetación y el camino poco a poco se fue convirtiendo en una pequeña garganta.



Tras pasar esa garganta, atravesamos también una zona boscosa y poco a poco fuimos encontrando menos vegetación, el valle se fue abriendo y se caminaba mejor.

Como el campo no sabe de fechas y, aunque la primavera aún no ha llegado y las temperaturas diurnas están resultando altas, el paisaje que fuimos encontrando era ya casi, casi, primaveral.



Terminamos esa ascensión suave que habíamos traído durante todo el trayecto y llegamos a un camino ancho con campos de cultivo alrededor.



Pero en realidad teníamos que coger uno paralelo a ese, así que cruzamos un barbecho para alcanzarlo. Ya en él fuimos avanzando y descendiendo poco a poco, sin abandonarlo en ningún momento, hasta recorrer los casi tres kilómetros que nos separaban de Domez.



Esta parte es la menos vistosa de la ruta, sin llegar a ser fea, pero es menos atractiva que el resto.

Llegamos a Domez y decidimos buscar un bar para tomar una cervecita que nos supo a gloria, acompañada de la conversación de la dueña y de unos frutos secos que amablemente nos puso para picar.

Volvimos atrás unos cientos de metros para cruzar de nuevo el puente sobre el río Aliste y comenzar a caminar por su ribera.


Ribera que no dejamos prácticamente en ningún momento ya hasta llegar de nuevo a Vegalatrave. Esta zona es muy bonita y ofrece variadas estampas del río, porque a veces sus aguas son negras porque la vegetación apenas deja entrar la luz y en otras ocasiones se deja teñir del color del cielo.



Hay zonas donde se camina a un metro de él y en otras en las que el caminante lo vigila desde las alturas, como en el último tramo, en el que se asciende una ladera y eso permite contemplar unas vistas, del propio río y de toda la zona, espléndidas.




Tras disfrutar de las vistas el camino comienza a descender y se mete en Vegalatrave enseguida. Atravesamos la localidad para ir hasta la zona donde estaban los coches.


Ya en ellos nos dirigimos a Samir de los Caños, del que estábamos a seis kilómetros, porque habíamos encargado la comida en el Bar de Agustina, que nos trató excelentemente. Estuvimos muy a gusto allí. Tras la comida un paseíto por el pueblo y rumbo a Zamora, pero eso sí, hicimos una pequeña parada en Villaflor, para mostrar la famosa barca a quienes no la conocían aún y para disfrutar de las vistas desde el Mirador de la Barca.


Tras la parada ya nos dirigimos de un tirón hasta Zamora, poniendo así fin a un bonito día disfrutando de la naturaleza y de la buena compañía.

Para descargar la ruta haz clic en el logo de Wikiloc.

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Relive 'PVegalatrave'

12 de enero de 2019

Recorriendo El Sofreral de Cerezal

Antes de iniciar esta ruta de senderismo nos desplazamos doce personas, entre bíkers y galanas, a Cerezal de Aliste, para visitar el Centro de Interpretación El Alcornocal, donde aprendimos algo más sobre los alcornoques y el corcho.

A continuación comenzamos a caminar siguiendo el track que nos habíamos descargado desde la página de ese centro (http://alcornocal.com/) para tratar de recorrer el llamado Sofreral, el bosque de alcornoques de mayor superficie de la península Ibérica en estas latitudes.


Los primeros metros los realizamos por el propio pueblo. Poco después empezamos a pisar camino y enseguida empezamos a ver alcornoques.


Este primer tramo es muy sencillo de hacer y empleamos poco tiempo en ello. Más adelante comenzó una ligera ascensión que nos llevó casi sin darnos cuenta hasta una zona alta desde pudimos contemplar bonitas vistas.



Continuamos caminando y poco después empezamos un descenso muy pronunciado hacia el embalse. Justo antes de iniciar dicho descenso pudimos contemplar el propio embalse, Villanueva de los Corchos, Villaflor y algunas edificaciones de El Campillo. Incluso vimos también cuatro corzos que escaparon de donde pacían al escucharnos.



Un poco antes de terminar ese descenso giramos a la derecha y aprovechamos para hacer una parada y recuperar fuerzas. Tras el receso continuamos la caminata, pero en esta zona el camino estaba muy poco marcado y cuando nos dimos cuenta nos habíamos salido del track. Intentamos recuperarlo descendiendo una ladera campo a través. Este tramo nos obligó a poner cuidado en el descenso porque era muy inclinado y la tierra no sujetaba nuestros pies.


Llegamos al lecho del llamado arroyo de la Presa y continuamos nuestro camino bordeándolo en algunas zonas con cierta dificultad, bien porque había agua y hubo que ascender algo por la ladera, bien porque la vegetación estaba cerrada. Pero eso sí, sin duda es el tramo más bonito de la ruta.


Unos cientos de metros más adelante la vegetación se abría algo más, si bien poco después volvió a cerrarse.


Sin dejar de seguir el curso del arroyo finalmente llegamos de nuevo a una zona de bosque más espeso.



Hicimos una parada para que algunos/as posásemos para la foto y proseguimos nuestro camino. De nuevo la vegetación nos dio una tregua y ya pudimos andar a buen paso por lo que pronto llegamos a un camino ya de tierra y de cierta anchura, que algunos ya conocíamos de haberlo recorrido con nuestras bicis.



Tras caminar por él unos cientos de metros el track nos indicaba que girásemos a la izquierda, una indicación que no terminábamos de comprender, pero le hicimos caso (más tarde comprendimos que era para evitar encontrarnos con el camino de la ida) y eso nos obligó a ascender un buen trecho.


A partir de ahí el camino no tuvo demasiado interés, los tres kilómetros que nos separaban de Cerezal los recorrimos por un camino recién "acuchillado" con una motoniveladora con jaras por ambos lados, algunas encinas y algunos alcornoques.


En este tramo recuperamos mucho tiempo y no tardamos en llegar al pueblo. Incluso lo hicimos a la hora prevista.


Nada más llegar subimos a nuestros coches y nos desplazamos a Muelas del Pan para tomar algo y comer en el Restaurante La Tomasita. Tras la agradable comida nos desplazamos hasta Ricobayo para intentar tomar un café o una copa en Ricobayo Natural, pero estaba cerrado por vacaciones, así que tras contemplar las vistas decidimos regresar a Zamora.


Ya en Zamora paramos en Las Aceñas, donde pudimos cantarle el "cumpleaños feliz" a una de las galanas y contemplar vistas como esta:


De nuevo un día estupendo con una compañía imposible de mejorar.


Para descargar la ruta haz clic en el logo de Wikiloc

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6 de diciembre de 2018

Senderismo por Montemayor del Río

Cuando a principios de julio hicimos en bici la ruta Zamora-Sevilla, al poco de comenzar la tercera etapa nos encontramos con un pueblo precioso que nos prometimos volver a visitar con más calma. Dicho pueblo era Montemayor del Río, en la provincia de Salamanca, muy cerquita de Béjar.

Esa fue la razón por la que hoy nos desplazamos hasta allí, aunque no estaban todos los bíkers que fueron a Sevilla, ni todas las Galanas a las que les queríamos enseñar el pueblo. En total hoy éramos siete.

Aparcamos junto al precioso puente sobre el río Cuerpo de Hombre (nombre curioso) y desde allí iniciamos la ruta. En principio íbamos a hacer una descargada de Wikiloc de unos 15 km.


Nada más salir comenzamos a caminar por un sendero en paralelo al río. Un camino muy bonito, cubierto por hojas de roble y flanqueado por el río y por paredes de fincas construidas con piedras. Piedras pintadas de verde por el musgo que las cubre.

Había helado y la helada aún estaba muy presente en los prados.


Algo más adelante cruzamos un puente sobre el río y desde él, al volver la vista atrás, pudimos ver el castillo de Montemayor.


El camino de la otra orilla del río era similar al de la margen opuesta y por él seguimos hasta que nos encontramos con una bifurcación. Nosotros tomamos el camino de la derecha.




Nada más incorporarnos a él comezamos a ascender, además con una pendiente considerable. Nos empezó a sobrar la ropa porque la mañana era espléndida. La subida continuó y continuó durante unos dos kilómetros y terminó por hacernos sudar. Al llegar a la carretera continuamos por ella unos cientos de metros dirección Peñacaballera, pero poco después tomamos un camino a la izquierda que también indicaba la misma localidad.

Este camino también era muy bonito. En ese momento nos dimos cuenta de que si finalmente hacíamos la ruta prevista íbamos a llegar con el tiempo justo para comer, así que echando un vistazo al GPS encontramos un camino que iba de algo más allá de Peñacaballera hasta el río Cuerpo de Hombre, así que nos dirigimos al encuentro de ese camino. Pero antes retratamos a un enorme semental. 


El camino que seguíamos nos llevó hasta la piscina, abrimos la cancela de entrada, atravesamos las instalaciones y salimos por otra cancela. Allí ya encontramos el camino que buscábamos.



Se encontraba también cubierto de hojas pero bajo ellas había muchas piedras irregulares que nos obligaban a caminar con cuidado porque de vez en cuando resbalábamos. Disfrutamos mucho de ese descenso porque la zona era preciosa.



Tras serpentear por la ladera terminamos por encontrarnos con otro camino más ancho, que ya formaba parte del primitivo track del que partíamos, así que continuamos por él hacia Montemayor.



Poco después comenzamos a pisar el camino de ida, así que hasta pudimos guardar el GPS. Ese tramo ya conocido se nos hizo corto, pero volvimos a disfrutar de nuevo de él.



Cuando llegamos de nuevo a los coches dejamos todo en ellos y subimos andando a Montemayor, para conocerlo mejor el pueblo y ver de cerca el Castillo. Al llegar a este tomamos algo en él, que es un bar-restaurante muy agradable.

Finalmente nos desplazamos a La Calzada de Béjar, donde comimos.


Para descargar la ruta haz clic en el logo de Wikiloc.

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