Cuando se queda una espinita clavada lo mejor es quitárselo cuanto antes, y nosotros teníamos una desde hace unas semanas. Habíamos hecho una ruta por Sanabria que nos llevó hasta San Ciprián, pero por un contratiempo tuvimos que acortarla y modificarla variando por completo el track original que habíamos planificado. Ahora, tres semanas después lo hemos hecho, casi, casi, como lo teníamos previsto.
Los bikers que venían desde Zamora tuvieron que madrugar porque a poco más de las 9,30 h. ya estaban en Sanabria. En esta ocasión fueron tres los que se desplazaron desde la capital y uno más que ya estaba aquí. Tras descargar las bicis y realizar los preparativos necesarios comenzamos a rodar sobre las 10.00 de la mañana.
Partimos de Rabanillo y fuimos hacia la carretera de Ribedadelago, pero antes de alcanzarla nos desviamos a la izquierda para tomar un camino, cruzamos esa y continuamos recto hasta llegar al Camino Tradicional que une El Puente con Galende.
Nos unimos a este con dirección a este último pueblo, pero no mucho después lo abandonamos desviándonos a la derecha para ir hacia el río Tera y la Playa Fluvial de Corneira. Descendimos un tramo técnico, cruzamos el Tera por un puente y fuimos hacia la carretera de Trefacio, la cruzamos y continuamos recto, iniciando una subida suave y prolongada atravesando un robledal hasta las puertas de Villarino de Sanabria. Pero antes de entrar en el pueblo nos desviamos a la izquierda para seguir por el Camino Tradicional que une esa localidad con Trefacio. La tónica fue la misma, tendencia ascendente y entre robles, pero en algún momento se había algún claro en el bosque.
A pesar de que, salvo el tramo inicial hasta el río Tera, no habíamos dejado de ascender, estábamos disfrutando de la bici, de la compañía y, sobre todo, del fresquito de la mañana, que después de los calores soportados era un auténtico placer.
Ya cerca de Trefacio nos confundimos y nos salimos del track previsto, pero enseguida comprendimos que si seguíamos nos volveríamos a unir a él, así que continuamos y pronto estábamos ya de nuevo sobre el track, eso sí, de este modo ni pasamos junto a las primeras casas de Trefacio, sino que nos unimos directamente al Camino Tradicional Trefacio-San Justo. Este siguió siendo más de lo mismo, es decir, ascendente, entre robles mayoritariamente y buen firme, por el que se ciclaba de maravilla.
Llegamos a San Justo, cruzamos una buena parte del pueblo y tras una curva cerrada de la carretera por la que lo estábamos atravesando nos desviamos tomando un camino que surgía a nuestra izquierda. Continuamos ascendiendo sin dejar los robledales en casi ningún tramo.
Junto al curioso ejemplar que posee un diámetro de unos 6 metros y que tiene un gran rama en ángulo recto nos hicimos una foto de grupo.
Pero hay que reseñar que el mayor ejemplar es el que se encuentra al fondo (en la foto a la izquierda), cuyo diámetro es de 7,50 m.
Salimos del recinto del santuario y continuamos hacia la izquierda. Poco después abandonamos este camino torciendo de nuevo a la izquierda y siguiendo por uno que estaba semi invadido por algo hierba en sus primeros metros. Enseguida comenzamos a descender por un camino muy sinuoso y sombrío.
Bajamos usando mucho el freno porque había algunas piedras sueltas y las curvas eran muy cerradas. Así, en pocos minutos, estábamos saliendo a una carretera. Al llegar a ella giramos a la derecha para ascender hasta las primeras casas de Rábano de Sanabria. Nos dirigimos hacia la plaza, donde hay un precioso crucero y desde allí, pasando junto a la iglesia.
Volvimos de nuevo a la carretera, para desandar el tramo que habíamos hecho por asfalto y continuar hasta Barrio de Rábano. Hace tres semanas intentamos hacer esto mismo por camino y perdimos más de 45 minutos porque el camino se había perdido, de ahí que optáramos por lo seguro: el asfalto.
Desde un pueblo al otro hay unos dos kilómetros, al salir del primero hay una cuesta abajo pero enseguida se torna en un ascenso con varias curvas muy cerradas. Quinientos metros antes de llegar a Barrio hay un cruce que indica esta localidad. Continuamos hacia ella y, tras alguna curva más, nos encontramos con las primeras edificaciones, algunas en mal estado.
Enseguida volvimos a subirnos a las bicis y comenzamos el descenso hacia San Ciprián. Si antes habíamos subido 2 km, ahora tocaba descender más o menos lo mismo, pero eso sí, sin dejar que las bicis cogieran velocidad porque había muchas zonas con terreno suelto, piedras grandes y curvas peligrosas.
Eso sí, el ir despacio nos permitió contemplar la bonita panorámica que desde allí se tenía de San Ciprián.
Nos habría gustado allí mismo tomar un camino que creemos que hay por la margen derecha del río Trefacio, pero no queríamos perder tiempo, por ello fuimos a lo seguro siguiendo por asfalto.
La idea era descender por este unos tres kilómetros, hasta poco después de cruzar el desvío hacia Coso, y así lo hicimos. Poco después nos desviamos a la derecha para descender por un sendero y cruzar el río por un puente. Pero el puente estaba caído, así que sobre la marcha decidimos seguir por carretera otros dos kilómetros, hasta el Molino Botero, en concreto.
Al llegar al desvío hacia el Molino, nos dirigimos a él, lo dejamos a nuestra izquierda y bajamos la cuesta hasta un pequeño puente sobre el río. Ahora sí pudimos cruzar a la otra margen. Con la bici en la mano seguimos unos metros más, pasamos una pequeña charca y poco después otra más. Después de esta segunda ya nos unimos al track que deberíamos haber seguido e iniciamos la subida a Cerdillo.
Finalmente nos topamos con las primeras casas de la localidad. Llegamos a una calle y giramos a la derecha iniciando así una subida pronunciada hacia la parte alta del pueblo. Ya en esta, tomamos una calle a la izquierda, nos metimos por detrás de una casa (no parece que el camino pueda ir por allí) e iniciamos un recorrido, también ascendente, por el Camino Tradicional Cerdillo-Murias-Vigo.
El tramo tiene como un kilómetro y medio y tiene algo especial, no sola la ascensión. Tras cruzar la carretera y tomar varias curvas, nos quedamos a las puertas de Murias, pero lo dejamos a la nuestra derecha y nosotros seguimos en dirección opuesta, iniciando una bajada continua hasta el Lago de Sanabria, pasando eso sí, antes por Vigo de Sanabria.
Cruzamos la carretera de San Martín y continuamos de frente por una senda salpicada también de piedras y en la que hay que aplicar de nuevo la técnica para no echar el pie a tierra.
En pocos minutos estábamos de nuevo sobre las bicis, pero ya solo para recorrer unos cientos de metros y toparnos con la preciosas vistas que ofrece el lago lo mires desde donde lo mires. Las Galanas habían llevado hasta allí los coches y nos estaban esperando junto al agua, así que nosotros cargamos las bicis, nos cambiamos y nos metimos en el agua: un final feliz, desde luego.
Nota: en caso de querer hacer la ruta circular, bastaría con tomar el camino que une la playa de "Los Enanos" con Pedrazales, en esta localidad tomar el que va Galende y desde esta localidad seguir por el que la une con El Puente, llegando así al camino por el que se inició la ruta, el que nos alejó de Rabanillo.
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