Esta mañana una nueva bici se incorporó al equipo y eso siempre es motivo de celebración, y qué mejor bautizo que llenarla de barro, para que sepa desde el primer día que esto va en serio y para que no se acostumbre mal... Y si a la bici nueva, con o sin barro, se le añade una mañana que amenazaba lluvia pero que terminó sacando a relucir el sol, una temperatura bastante agradable para la época, preciosas vistas más propias de la primavera que del otoño, una ruta bonita y buena compañía; el resultado es un conjunto estupendísimo.