30 de marzo de 2014

Granja Florencia

Tras estar ayer prácticamente todo el día lloviendo, amaneció un día casi, casi, espléndido. Una suerte, desde luego, para los que íbamos a emplear gran parte de la mañana encima de una bici.

Quedamos temprano a pesar de haber dormido una hora menos por el cambio de hora y decidimos hacer un itinerario en el que, a priori, encontraríamos poco barro, algo difícil con la que había caído ayer. Así que tomamos el carril bici, para tomar a su fin dirección Coreses en paralelo a la vía del AVE.

Nuestra intención era llegar a Fresno así que antes de salir de Coreses giramos a la izquierda y tomamos un camino de concentración en buenas condiciones pero con algunas subidas y bajadas. En un momento dado nos dimos cuenta de que no nos habíamos desviado donde debíamos así que nos tocó dar la vuelta y desandar unos dos kilómetros. Siguiendo ya el camino correcto conseguimos llegar a Fresno. En ese punto tomamos la carretera de Tordesillas un pequeño tramo y la abandonamos para ir hacia el puente que cruza el Duero. Una vez que cruzamos el río hicimos un alto para comer algo sobre unos poyos junto al puente en los que se estaba de maravilla.

Tras el descanso continuamos por la carretera dirección Villalazán. Una vez pasada la Granja Florencia la abandonamos para tomar un camino que nos llevó al GR-14 en las proximidades de Madridanos. A partir de ese momento seguimos la Senda del Duero atravesando Madridanos primero y Villaralbo después, y que nos condujo hasta Zamora, eso sí, sufriendo porque en todo ese tramo trajimos viento de cara.

Al llegar nos dio tiempo a tomar una caña y unas almendritas que nos supieron a gloria...


Puente sobre el Duero.

Por uno del los caminos que transitamos.

Colza empezando a florecer.


Clic en el logo para descargar la ruta desde wikiloc

Ruta de... la paella

No sólo de la bici vive el hombre..., así que esta vez nos reunimos para preparar una auténtica paella valenciana (de las que van sin aceitunas, huevo duro o pimiento morrón). También tuvimos la ocasión de, entre que se hacía y no se hacía, probar carnaza castellana "libre de colesterol": pancetita y chorizo, ambos a la brasa. Y tras comer la paella, que estaba muy buena, degustamos un brazo gitano que no se lo saltaba ni uno de la misma raza. Todo estuvo regado con buen vino de Toro, de las bodegas La Miaja y chupitos elaborados artesanalmente en las bodegas Fernández.

Hubo también buenas conversaciones y muchas risas, pero eso sí, salimos de allí curados al humo.

23 de marzo de 2014

Monasterio de Moreruela y Castrotorafe

Madrugamos para tener tiempo suficiente como para perderlo colocando las bicis en el portabicis, aunque esta vez no nos quejaremos que no se nos dio muy mal... Eso sí, lo perdimos de otros modos: regresando desde la salida de Zamora porque uno de los "bikers" se había olvidado el casco en casa o porque el conductor se confundió de pueblo. En realidad el track que íbamos a seguir salía de Villalba de la Lampreana, pero debido a ese error finalmente salimos desde el Campo de Golf de Villarrín de Campos.

La mañana, si bien fresca, estaba espléndida con una luz y una claridad como pocas veces encontramos. Los primeros metros los hicimos por carretera y enseguida cogimos un camino que tras algunos giros a derecha y a izquierda nos llevó hasta la localidad de Granja de Moreruela. Allí, cruzamos la N 630 y seguimos por el tramo asfaltado que lleva hasta los restos del monasterio cisterciense de Santa María de Moreruela. Tras visitar este espectacular monumento, volvimos por donde habíamos ido, pero por poco tiempo, porque enseguida tomamos un camino a la derecha que con muy pocos cambios de dirección nos llevó hasta las ruinas de la antigua ciudad medieval de Castrotorafe. Nos adentramos en ellas y llegamos hasta los restos del castillo. Junto a él y mirando hacia el embalse tomamos nuestro almuerzo.

Tras recuperar fuerzas retomamos el camino que nos llevó en primera instancia hasta Pajares de la Lampreana y después a Villalba de la Lampreana. Allí el track seguía por carretera hasta Villarrín y lo seguimos aunque podríamos haber hecho ese tramo también por camino, porque en la ruta de las Lagunas de Villafáfila así lo hicimos.

Sin duda esta ruta mereció la pena porque sólo la visita a las ruinas del monasterio y a las de Castrotorafe es un argumento suficiente, pero además es que el campo estaba espectacular, con las extensiones de cereales, tan abundantes por la zona, de un verde repleto de vida, dejando ya ver la primavera.

Absidiolos y girola del Monasterio de Santa María de Moreruela.

Encinas y campo de cereal cerca del monasterio.

Ruinas de Castrotorafe.

Restos del castillo de Castrotorafe.




16 de marzo de 2014

Las Pilas de Almaraz

De nuevo nos volvimos a encontrar con un día de esos que parecen estar hechos para disfrutar con la bici. Salimos de la Ciudad Deportiva y encaramos el carril bici que abandonamos para coger la carretera de Almaraz, que seguimos hasta pasada la cárcel donde tomamos el camino de la izquierda, por el que continuamos para tomar más adelante uno a la derecha con una larga cuesta y que, tras esta, y después de unos kilómetros ya llanos, nos devolvió de nuevo a la carretera de Almaraz, que ya no abandonamos hasta poco antes de llegar a esta localidad. En realidad teníamos que haber cogido un camino pasados Los Infiernos, pero por un despiste no nos quedó otra que seguir por carretera.

Como decíamos, poco antes de llegar a Almaraz tomamos un camino que nos llevó al pueblo. Allí nos dirigimos hacia la Iglesia y al llegar a esta giramos a la izquierda, pasamos por una fuente románica y seguimos recto. A lo largo del pueblo hay algunas indicaciones que indican "Cascadas de Las Pilas" o "Ruta 3". Saliendo del pueblo el camino es ancho y de buen firme hasta una bifurcación (donde también indica "Ruta 3" a la derecha). A partir de ese momento el camino se estrecha algo y empieza a descender. Tras una pequeña subida, de repente, nos encontramos con una gran bajada y al fondo el río Duero, fue una vista que nos sorprendió muchísimo por lo agradable. Descendimos encarando el río y al llegar a su altura el camino va en pararelo a él, siendo espectacular. En ese momento divisamos los restos de algunas casas (de los mineros de la compañía inglesa que explotó unas minas de estaño hasta principios del siglo XX)  y a su lado una cascada que nos dejó boquiabiertos.

Dejamos las bicis y caminamos los últimos metros hasta llegar al pie de esta caída de agua. Hay otra, pero ya no la visitamos. Tras tomar nuestro almuerzo en una mesa de madera junto al río (un lujo), iniciamos el regreso.

La subida fue dura porque el terreno es pedregoso, por la inclinación y porque es larga, pero pudimos con ella y seguimos deshaciendo el camino de ida hasta llegar a Almaraz. Allí tomamos el camino que nos había llevado hasta allí, pero tras una buena subida seguimos recto para no regresar por el mismo que nos llevó hasta allí, y fue un gran acierto porque este va descendiendo en paralelo a un arroyo con bastante vegetación en torno suyo y desembocó en una valle repleto de almendros en flor y viñas. Más bonito imposible. Finalmente el camino nos devolvió a la carretera. A partir de ahí recorrimos la misma ruta que a la ida sin más novedades que la del viento, que se levantó algo y lo trajimos en contra.

Es una ruta con cierta dureza porque la orografía de esta zona es sinuosa pero mereció la pena, sin duda.

Fuente románica en Almaraz.
Inicio del descenso hacia el río.
Cascada de las Pilas de Almaraz.


9 de marzo de 2014

San Pedro de la Nave

Después de mucho tiempo amaneció un día soleado de esos que invitan a disfrutar aún más de la bici. Eso sí, la temperatura era baja, sólo 2º, pero a poco, según fue transcurriendo la mañana, fue ascendiendo.

Salimos de la Ciudad Deportiva y cogimos el carril bici hasta Valorio. Tuvimos que variar algo la trayectoria prevista para evitar el tramo cortado por las obras del AVE. Enseguida llegamos a Palomares y seguimos por caminos de concentración en perfecto estado. Al llegar a la entrada de Valdeperdices tomamos un pequeño tramo de carretera, pero enseguida volvimos a tomar un camino que ya nos condujo hasta El Campillo. Allí, cruzamos el pueblo para llegar hasta la iglesia visigoda de San Pedro de la Nave. A sus puertas tomamos nuestro almuezo, nos hicimos unas fotos y visitamos el interior.

La vuelta la hicimos prácticamente por los mismos caminos que la ida, salvo que al llegar a las proximidades de La Hiniesta decidimos ir por esa localidad. Llegando a las cercanías de la zona cortada nos informaron de que ya no lo estaba pero al final nos tocó coger la bici a cuestas para lograr cruzar con ella por un hueco hecho en la valla. Finalmente hicimos el recorrido técnico de Valorio que tanto nos gusta hacer y dimos por terminada esta ruta que nos hizo disfrutar de un día estupendo, de una temperatura muy agradable y de bonitos paisajes, ya que el campo, tras tantas lluvias y con estas temperaturas templadas, se está poniendo increíble.

Iglesia visigoda de San Pedro de la Nave, en la localida de El Campillo.


3 de marzo de 2014

Contra el viento

Hoy planificamos una ruta pensada para evitar el barro pero nos ha sorprendido a todos encontrar el terreno seco y apenas charcos, de hecho después de muchas semanas manchando la bici Domingo tras Domingo, este han llegado limpias a casa. Eso sí, el viento nos molestó muchísimo porque en muchos momentos lo tuvimos en contra.

Salimos de Zamora y nos dirigimos a Villaralbo, allí siguiendo el GR 14 tomamos dirección Madridanos, localidad a la que llegamos enseguida porque llevábamos el viento de espalda y daba gusto. Salimos del pueblo y escogimos un camino por el que ya hemos transitado alguna vez que nos llevó a los pies de El Viso. En principio pasamos de largo pero uno de los componentes propuso subir y eso fue lo que hicimos, sufrir en la subida y, como siempre, disfrutar del placer de llegar arriba y de las espectaculares vistas.

Al bajar nos dirigimos a Bamba donde tomamos nuestro tentempié. Tras recuperar fuerzas fuimos a Moraleja, localidad que atravesamos y en la que tomamos la carretera que lleva a Casaseca de las Chanas. Desde aquí cogimos la carretera que conduce a Cazurra, de Cazurra a Pontejos y de este a Morales del Vino. Desde Morales fuimos a Zamora donde, al llegar nos dio tiempo a "hidratarnos" junto al Puente de Piedra. Para culminar la etapa subimos Balborraz.

Panorámica desde El Viso.


Puerta de una casa de Bamba.