Esta mañana intentamos hacer nuestra habitual ruta y por eso pusimos el despertador y nos levantamos, pero tras subir las persianas y ver lo que había tras los cristales, la niebla, y comprobar que los termómetros marcaban -3º, con sensación térmica de -5º, imperó el sentido común y decidimos quedarnos en casa. Las experiencias con el binomio bajo cero-niebla son malas y no queríamos repetir...
Sobra decir que, tras haberse levantado, volver a la cama y dar una cabezadita mañanera, también es un pequeño placer.
La mañana transcurrió de un modo extraño para todos nosotros, que no sabemos lo que es pasar las horas matinales del Domingo sin la bici, pero a mediodía nos juntamos porque hoy era el día elegido para comer y escoger la ruta que haremos a comienzos del verano.
Así que, tras degustar una estupenda paella que hizo nuestro especialista valenciano, y mientras comíamos los postres, comenzamos a hablar del tema. Como ya lo habíamos tocado en "petit-comité", finalmente no hubo propuestas nuevas, sino que se había consolidado la que se erigía como favorita: El Camino del Norte.