30 de julio de 2013

Quintana y más.

Hoy he realizado la primera ruta en Sanabria. Partimos de Rabanillo por el camino tradicional que va a Quintana. Al llegar a esta localidad cogimos una calle a la derecha y comenzamos a ascender. Al principio era un camino en buen estado aunque con bastante inclinación en algunos tramos, pero según íbamos ascendiendo nos íbamos encontrando más y más piedras en el camino. Llegó un punto en el que tuvimos que continuar con la bici en la mano porque pedaleando era imposible. Eso sí, las vistas impresionantes porque del lado derecho veíamos el Lago en su totalidad y una gran parte de la comarca ya que llegamos a estar a casi 1.400 m. de altitud.

Una vez que llegamos a la parte más alta de ese camino cogimos uno que salía a la izquierda que resultó ser muy técnico y al mismo tiempo divertido, pese al dolor de muñecas que se nos puso de cargar durante mucho tiempo todo el peso sobre ellas. El camino nos llevó a Sotillo, desde allí cogimos otro que nos condujo a San Román y ya por carretera nos dirigimos a Barrio. Cerca de Barrio tomamos un camino que nos llevó a El Puente y tras una parada técnica (hidratación) nos dirigimos de nuevo a Rabanillo.

Lago de Sanabria.
Vista de una gran parte de la comarca sanabresa.

28 de julio de 2013

San Roque y Penedo do Galo

Era nuestra última ruta en esta zona así que decidimos intentar una corta pero intensa y dura: subir al Mirador de San Roque. Salimos tarde porque estuvo lloviendo a primera hora de la mañana. Hicimos la subida por carretera porque es poco transitada así que comenzamos a ascender junto al Mercado de Abastos de Viveiro y no paramos hasta llegar al mirador, se suben más de 400 m. en poco más de 3 km. La pendiente es muy pronunciada en las primeras rampas y por ello el comienzo es la parte más dura de la ascensión. A lo largo de la subida hay zonas en las que se ven bonitas vistas de Viveiro o de la ría y también se pueden ver corzos, como nosotros vimos, en una zona acotada para que vivan en semilibertad.

El esfuerzo tuvo su premio y llegamos al mirador y pudimos contemplar las estupendas vistas que se ven desde allí de toda la ría. Tras esta pequeña parada comenzamos el descenso pero nos desviamos y tomamos la dirección del parque eólico Penedo do Galo, ascendimos, ahora ya por caminos, hasta los primeros molinos y desde allí iniciamos el descenso entre bosque de matorral y densos bosques de eucaliptus. Al final, ya en el paseo marítimo nos cogió un chubasco que nos empapó antes de que pudiéramos guarecernos bajo unos árboles.

Vista desde el Mirador de San Roque.

Molinos del parque eólico Penedo do Galo.


24 de julio de 2013

Monte Faro y alrededores

La ruta de hoy estaba basada en un track de senderismo y eso nos causó algún problema al principio, como explicaré más adelante.  Salimos con dirección a Celeiro, ya allí tuvimos que coger las bicis al hombro para subir unas escaleras (primer problema) y al momento tuvimos que subir unas rampas casi imposibles (segundo problema). Continuamos con dirección a la playa de Area. Bajamos hasta ella y al terminar comenzamos a ascender, pero en un momento dado tuvimos que saltar una valla porque nos habíamos metido en una propiedad privada.

Salimos  a la carretera que va a la aldea de Faro. Tras pasar por ella seguimos la misma carretera cada vez más empinada. Tras una larga subida adornada a la derecha con bonitas vistas del mar y de acantilados llegamos al Mirador del Monte Faro desde donde se contemplan unas estupendas vistas de toda la costa.

Comenzamos el descenso pero como un kilómetro después tomamos un camino con preciosas vistas del mar que nos llevó hasta un pequeño faro. Desandamos el camino y seguimos descendiendo. Al terminar ese descenso y ya cerca de la playa de Area decidimos volver a ascender para tomar dirección la Playa de Esteiro. Tras ascender y llanear y tras unos cuatro kilómetros tomamos un camino próximo a esa playa que nos regaló también estupendas vistas.

Desde allí regresamos siguiendo el mismo itinerario que en el camino de ida. Fue una ruta muy bonita y habría sido más aún si el sol nos hubiera acompañado más.


Entrada de la Ría de Viveiro vista desde la falda del Monte Faro.


Acantilados junto a la ladera del Monte Faro.

19 de julio de 2013

Hacia O Vicedo

Salimos subiendo, que no es la mejor manera de "calentar" y eso fue lo que hicimos casi toda esta ruta: subir y subir. Lógicamente también bajar pero las bajadas se hacen tan rápida que uno casi ni se entera de ellas. Aunque no han sido muchos kilómetros, ha sido un auténtico rompepiernas para los que estamos acostumbrados al terreno castellano, pero mereció la pena, porque ha sido un recorrido entre bosques y zonas en las que nos topábamos con el mar y lo llevábamos a nuestro lado. La parte negativa es que tuvimos que hacer algunos kilómetros por carretera por no tener otra alternativa.

Fuimos de Viveiro a la playa de San Román y de esta tomamos dirección a la de Xilloi aunque no llegamos a ella, sino que giramos para bordear una península. Tras llegar a un parque saludable que han construido en tierra de nadie descendimos algo más y decidimos dar la vuelta a pesar de que no faltaba mucho para llegar a O Vicedo. En frente teníamos el pueblo de Bares.

La vuelta fue casi por los mismos lugares que el recorrido de ida, salvo que pasamos por la playa de Abrela. Al llegar, como en los días anteriores, nos dimos un baño en el mar que nos sentó de maravilla.

El mar y al fondo Bares, en la punta de Estaca de Bares.



16 de julio de 2013

Pozo da Ferida (intento)

Salimos de Viveiro con la idea de seguir un track descargado de Wikiloc, pero después de recorrer las orillas del río Landró abandonamos el track y preguntamos por el mejor camino para el Pozo da Ferida. Nos indicaron que frente al km. 7 (era carretera) salía el camino y siguiendo este no había pérdida, lo que no nos dijo es que estábamos en el km. 2 y que hasta el 7 era una continua ascensión del 10%.

Llegamos a ese kilómetro y tomamos el camino, pero llegados a un punto no sabíamos hacia dónde había que ir, así que decidimos dejarlo para otra ocasión. Al descender cogimos el sendero que indicaba el Souto da Retorta que es un camino precioso, con mucha frondosidad por todos lados y el río acompañando al camino siempre. Al final hay unos eucaliptus de doscientos años, uno de ellos lo llaman "El abuelo" y tiene 108 m. de alto y más de 10 m. de perímetro.

Desde allí iniciamos el regreso prácticamente por donde lo habíamos hecho en sentido contrario.

Eucalipto llamado "El abuelo" en el Souto da Retorta.

13 de julio de 2013

Rivera del río Landró

Primera ruta en Galicia. Salimos de Viveiro por un precioso paseo fluvial que bordea el río Landró. Tras  perdernos en una zona en la que la vegetación ha comido el camino logramos seguir nuestro itinerario, pasamos por un aldea y al terminar esta comenzó una larga subida de 2,5 km. en la que ascendimos casi 300 m. rodeados de eucaliptus. Llegados a un punto comenzamos a descender, y tras algunos toboganes arriba y abajo nos situamos de nuevo pararelelos al río Landró pero a mucha altura de diferencia. Seguimos el cauce del río y llegamos a otra pequeña aldea, tras unos metros de carretera de nuevo llegamos a la zona de vegetación exuberante, pero ya sin pérdidas, y desde ahí desandamos el camino de la ida.

Al llegar nos cambiamos y nos dimos un bañito en el mar que sienta estupendamente...

Helechos, eucaliptus, verde... Se nota que estamos en Galicia.


7 de julio de 2013

Viaducto Martín Gil

Salimos de Zamora poco después de las 8.30 para intentar pasar el menor calor posible. Atravesamos Valorio y seguimos dirección La Hiniesta. Cruzamos esta localidad y continuamos, al principio por caminos de concentración y después por un camino paralelo a la vía, pero ambos con algo en común: los continuos toboganes. Unos tres kilómetros antes de llegar a nuestro destino el paisaje cambió por completo, y las tierras de cereales a punto de ser cosechados y los campos en barbecho se transformaron en jaras y encinas. El camino nos llevó a un alto desde donde se divisaba el embalse y, tras una bajada nos encontramos con el vidaducto con todo su esplendor.

Tras el consabido tentempié, cruzamos la vía y bajamos al embalse para seguir por un camino que bordeaba su orilla. Ese camino nos llevó a otro de concentración que tras más subidas y bajadas nos hizo llegar a Palacios. Desde aquí, también por caminos, nos dirigimos a Andavías y desde Andavías tomamos dirección La Hiniesta, donde paramos a tomar un refresco porque el calor empezaba ya a rondar los 30º.

Con ese calor y tras la sudada propia de la ruta lo mejor fue el final, porque me dirigí a Roales para allí
disfrutar de un baño en su piscina.

Vista del viaducto Martín Gil y el embalse.