Era nuestra última ruta en esta zona así que decidimos intentar una corta pero intensa y dura: subir al Mirador de San Roque. Salimos tarde porque estuvo lloviendo a primera hora de la mañana. Hicimos la subida por carretera porque es poco transitada así que comenzamos a ascender junto al Mercado de Abastos de Viveiro y no paramos hasta llegar al mirador, se suben más de 400 m. en poco más de 3 km. La pendiente es muy pronunciada en las primeras rampas y por ello el comienzo es la parte más dura de la ascensión. A lo largo de la subida hay zonas en las que se ven bonitas vistas de Viveiro o de la ría y también se pueden ver corzos, como nosotros vimos, en una zona acotada para que vivan en semilibertad.
El esfuerzo tuvo su premio y llegamos al mirador y pudimos contemplar las estupendas vistas que se ven desde allí de toda la ría. Tras esta pequeña parada comenzamos el descenso pero nos desviamos y tomamos la dirección del parque eólico Penedo do Galo, ascendimos, ahora ya por caminos, hasta los primeros molinos y desde allí iniciamos el descenso entre bosque de matorral y densos bosques de eucaliptus. Al final, ya en el paseo marítimo nos cogió un chubasco que nos empapó antes de que pudiéramos guarecernos bajo unos árboles.
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Vista desde el Mirador de San Roque. |
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Molinos del parque eólico Penedo do Galo.
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