Salimos de Zamora poco después de las 8.30 para intentar pasar el menor calor posible. Atravesamos Valorio y seguimos dirección La Hiniesta. Cruzamos esta localidad y continuamos, al principio por caminos de concentración y después por un camino paralelo a la vía, pero ambos con algo en común: los continuos toboganes. Unos tres kilómetros antes de llegar a nuestro destino el paisaje cambió por completo, y las tierras de cereales a punto de ser cosechados y los campos en barbecho se transformaron en jaras y encinas. El camino nos llevó a un alto desde donde se divisaba el embalse y, tras una bajada nos encontramos con el vidaducto con todo su esplendor.
Tras el consabido tentempié, cruzamos la vía y bajamos al embalse para seguir por un camino que bordeaba su orilla. Ese camino nos llevó a otro de concentración que tras más subidas y bajadas nos hizo llegar a Palacios. Desde aquí, también por caminos, nos dirigimos a Andavías y desde Andavías tomamos dirección La Hiniesta, donde paramos a tomar un refresco porque el calor empezaba ya a rondar los 30º.
Con ese calor y tras la sudada propia de la ruta lo mejor fue el final, porque me dirigí a Roales para allí
disfrutar de un baño en su piscina.
|
Vista del viaducto Martín Gil y el embalse. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario