5 de febrero de 2017

Al mal tiempo... buena cara y bicicleta

A pesar del temporal de los últimos días, la previsión para la mañana era buena, salvo por la velocidad del viento, más de 30 km/h, con rachas que superarían los 50. Pero se equivocaron, a las 9,00 h. llovía. Aún así iniciamos la marcha cinco bikers, pero viendo las nubes que venían y que cada vez caía más agua, dimos la vuelta y nos fuimos a tomar una café con churros a la espera de que amainara.



Estando allí la lluvia se tornó en copos de nieve, poco tiempo después volvío a ser lluvia y un poco después las nubes habían desaparecido y empezó a brillar el sol.

Nos olvidamos de la ruta que teníamos prevista y optamos por rodar por algún sitio donde no nos llenáramos de barro, así que decidimos ir hasta Villaralbo. Cruzamos el río, pudimos contemplar el arco iris y tomamos el llamado Camino de San Miguel.


Llegamos tan bien a Villaralbo llevando el fuerte viento de espalda, que alargamos el recorrido hasta Villalazán. Plato grande, piñón pequeño, rodando a treinta por hora y sin esfuerzo... !Cómo se disfruta de la bici en esas circunstancias...!


Peeeeeero, al llegar a esta localidad dimos la vuelta y empezó la fiesta... !Cómo soplaba el viento, qué zumbido constante en los oídos, qué fuerza ejercía contra nosotros! Hicimos el regreso, o resguardándonos al abrigo de algún compañero o dando relevos, y la velocidad se redujo a prácticamente la mitad.


Tres de nosotros al llegar a la entrada de Zamora decidimos volver de nuevo a Villaralbo para hacer algún kilómetro más. De nuevo la ida disfrutando y la vuelta sufriendo, pero a pesar de las inclemencias, a pesar de que casi no salimos, al final nos fuimos para casa con prácticamente 45 km. a nuestras espaldas. Supimos ponerle al mal tiempo buena cara.


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