5 de septiembre de 2018

Laredeando

El fin de semana, para poner fin al verano, tocó desplazarse a Laredo para disfrutar allí de esta villa y de su entorno.

El Domingo, día elegido para hacer la ruta en bici, amaneció espléndido. Siempre estaremos agradecidos a nuestro encargado del tiempo por hacer tan bien su trabajo.

En un primer momento, para calentar, los siete bikers rodamos por el carril bici del paseo marítimo, bordeamos después la Marisma y terminamos por las calles de Colindres.



Enseguida comenzamos a ascender pasando junto a muchas casonas, algunas abandonadas a su suerte, otras en perfecto estado, y todas adornadas con escudos y blasones.

La subida empezó a zizaguear, dejamos atrás las últimas casas y empezamos a rodar entre árboles. Continuamos subiendo, encontrando tramos de cierta dureza. Cada uno a su ritmo fue aguantando este primer embite.




En un momento giramos a la derecha y nos sumergimos en un camino estrecho y de mal firme en el que, debido a la vegetación, apenas entraba la luz. A uno de los nuestros se le clavó la rueda en una raíz y terminó en el suelo, pero sin consecuencias.


Poco después volvimos a salir a la carreterucha y continuamos ascendiendo y disfrutando del paisaje, animales pastando, prados de un verdor al que no estamos acostumbrados,...


Pronto aparecieron algunas viviendas, las primeras de una localidad llamada Seña. Allí cogimos una carretera que tras un espectacular y largo descenso nos llevó a Liendo. Allí seguimos las indicaciones del Camino de Santiago del Norte hasta donde ya no era ciclable, pero en el trayecto no salimos de nuestro asombro al ver verdaderas mansiones a ambos lados de la calle, cada cual mejor.


No pudiendo seguir las flechas amarillas, paramos y nos hicimos una foto grupal.


Continuamos por un camino que conduce a la ermita y a la playa de San Julián. Durante el trayecto y desde donde se inicia el descenso hacia la playa las vistas eran fantásticas.





Paramos para hacer unas fotos y volvimos a las bicis iniciando un ascenso duro. Tan duro por la inclinación y por el terreno suelto que todos, más arriba o más abajo, terminó con la bici en la mano, y aún así costaba ascender.


Cuando llegamos arriba nos acercamos a una especie de cargadero de mineral y desde allí pudimos contemplar parte de la playa de Laredo y Santoña.


Tras esta nueva parada iniciamos otro ascenso duro pero más corto que el anterior. Tras culminarlo volvimos a una carretera local que, tras algún desvío y varios sube y bajas terminaron por llevarnos hasta un camino estrecho y con mucha piedra en muchos tramos y fuerte descenso.

  

Ya casi al nivel del mar, pasamos por algunas calles de Laredo, también junto a bonita iglesia de San Martín y Santa Catalina, terminando junto al Ayuntamiento.


Continuamos, buscando de nuevo el Paseo Marítimo. Una vez en él recorrimos aproximadamente la mitad para llegar al punto de salida.

En cuanto dejamos las bicis la mayoría nos cambiamos y nos dimos un chapuzón, en el alborotado Cantábrico, que nos supo a gloria. Posiblemente fuera el último de la temporada para la mayoría.

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Relive 'Morning Sep 2nd'

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