Salimos de Zamora muy temprano y con mucha niebla. Niebla persistente que nos acompañó todo el camino y que en algún momento nos hizo dudar si también nos acompañaría en nuestra ruta. Pero al llegar a Puebla de Sanabria desapareció y, de pronto, el mundo recobró el color.
Llegamos a Galende y allí iniciamos la ruta con 2º de temperatura por lo que los primeros metros fueron heladores, pero en cuanto nos empezó a dar el sol y a subir los primeros repechos esa sensación desapareció.
Para calentar algo más antes de empezar a ascender los 17 km de subida continua, nos llegamos a contemplar el Lago desde la playa de Los Arenales (Los Enanos) y estaba precioso.
Desde allí fuimos por el camino que une esta playa con la carretera de San Martín. Al llegar la carretera iniciamos la ascensión.
Empezamos a buen ritmo y enseguida pasamos junto a Vigo de Sanabria y poco después llegamos a San Martín de Castañeda. Hicimos una breve parada para quitarnos algo de ropa y proseguimos.
Hay un tramo en torno al Refugio de la Montañera (antes y después) que tiene algo más de pendiente que el resto de la ascensión, pero como se tiene la oportunidad de ir contemplando la impresionante vista de El Lago, se hace más llevadero.
Poco a poco seguimos avanzando kilómetros a buen ritmo. Faltando unos tres kilómetros paramos para reagruparnos. Ya desde allí hasta el aparcamiento es un suspiro y más cuando se va pensando lo poco que queda para llegar.
Descendimos hasta la Laguna de Peces, que estaba como un espejo, nos hicimos unas fotos, comimos algo, nos abrigamos.
Enseguida empezamos el descenso. Los cinco primeros kilómetros por carretera, después nos desviamos por un camino, técnico en algunos tramos, que nos llevó hasta la carretera. La cruzamos y cogimos otro camino, más técnico aún, que nos dejó a las puertas de San Martín.
Atravesamos este pueblo, y al salir de él continuamos por un camino más sencillo que los anteriores pero con la dificultad de estar lleno de hojas que impedían ver las piedras que escondían debajo.
Llegamos sin incidentes a Vigo y, tras dirigirnos al otro lado del pueblo, cruzamos el puente y tomamos el camino tradicional a Pedrazales, que es muy similar al que terminábamos de recorrer.
Tras llegar y cruzar Pedrazales continuamos por el camino de Galende, que en un suspiro nos llevó hasta el puente que cruza el río Tera junto a esta localidad. Tras recorrer una parte del pueblo ascendimos la empinadísima cuesta que desemboca en la carretera.
Tras tomar una cervecita, montamos las bicis en los coches y nos dirigimos al Centro de Turismo Rural Aguallevada, en Paramio de Sanabria, donde pudimos ducharnos y degustar una apetitoso menú.
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