1 de marzo de 2020

Sin pena ni gloria, pero con lluvia y viento

Un Domingo más la climatología quiso ser la protagonista de nuestra ruta. La verdad es que no recordamos un año en el que haya habido tantas incidencias meteorológicas coincidiendo con nuestras salidas. Las de hoy tuvieron que ver con la lluvia y el viento, nuestros peores enemigos. Finalmente algunos fuimos tercos y logramos hacer una ruta, sin pena y con poca gloria, porque no fue la prevista, pero nos conformamos. Sólo conseguimos llegar a Pereruela, pero nos costó más, debido al viento en contra, que si hubiéramos ido casi a Miranda. Eso sí, la vuelta fue otro cantar...


Poco antes de las 9.30 empezaron a sonar las alarmas, estaba lloviendo y había fuertes rachas de viento. Hubo quienes decidieron volver a la cama, otros propusieron posponer la salida media hora y otros esperaron a que escampara tomando un café. Pasadas las 10 los cuatro que finalmente nos empeñamos en salir lo hicimos. Teníamos que ir al suroeste para llevar el viento de cara y habíamos pensado ir a la presa El Porvenir. Para evitar el barro arcilloso que hay en el GR-14, antes de Entrala, decidimos ir por Morales. Ya en ese tramo empezamos a percibir que el viento era fuerte, pero la principal amenaza en ese momento eran las oscuras nubes que teníamos sobre nuestras cabezas.

Como era previsible, poco antes de entrar en esa localidad, empezó a llover y enseguida esa lluvia empezó a caer con más fuerza, así que decidimos refugiarnos en un bar y tomar un café mientras escampaba. Diez minutos después había cesado e incluso el sol empezó a asomarse tímidamente. Nos subimos a las bicis y tomamos dirección Entrala





Pasado Entrala fuimos en busca del GR-14 y al llegar a este volvimos a seguir el track previsto. Aunque tratábamos de hacer abanico pedalear contra el viento nos suponía un esfuerzo importante, aparte del intrínseco al perfil de la ruta, en la que el tramo entre Zamora y Pereruela es una subida continua.



Pero sin duda el tramo más duro fue el comprendido entre Tardobispo y el encuentro con la carretera de Bermillo. En él hay un par de subidas largas y con buenas dosis de inclinación que, junto a las rachas de viento, las hizo particularmente duras.


Al llegar a la carretera teníamos que decidir si continuar con el plan original e ir hasta El Porvenir, o seguir hasta Pereruela y desde allí iniciar el regreso. Finalmente nos decantamos por la segunda opción, así que pedaleamos hasta la localidad de los cacharros de barro y allí hicimos una parada para comer algo. Nos pusimos en una brigada y el simple hecho de no escuchar el viento zumbando en nuestros oídos nos pareció una maravilla.

Tras ingerir una barrita o una pieza de fruta volvimos a nuestras bicis, cruzamos la carretera y cogimos un camino que une esta localidad con la carretera de Almeida de Sayago. Por él volamos, porque se unió el factor de que el viento nos daba lateralmente, pero nos ayudaba algo, y que el perfil era descendente. Al llegar a la carretera rodamos por ella unos 400 m y enseguida cogimos un camino que sale a la izquierda y que vuelve al GR-14, a la altura de La Pueblica. Si en el otro tramo volamos, en este más, porque aunque era prácticamente llano en él el viento nos daba ya totalmente de espalda.

Justo antes de pasar por un lateral de La Pueblica, y viendo que no amenazaba lluvia, decidimos buscar de nuevo la carretera para alargar algo más la ruta. En realidad sólo la cruzamos para coger un camino que lleva a San Marcial.


En él nos volvimos a encontrar con el viento de frente en un tramo, pero pronto lo llevamos lateral o trasero. Pensábamos llegar a esa localidad, pero antes cambiamos de opinión, al ver el Puente del Andaluz se nos ocurrió pasar por él y seguir dirección Entrala.


Este tramo también lo hicimos rodando fuerte, gracias a que predomina en él un ligero descenso y que seguíamos contando con la "propulsión" eólica. Al llegar a la carretera que une Tardobispo con la de Peñausende, giramos a la derecha, rodamos por ella unos 200 m y tomamos el camino que parte a la izquierda.




Un camino que nos llevó hasta las cercanías de Entrala, pero dejamos a un lado el pueblo y continuamos hasta la Cañada Real de la Plata, que seguimos durante algunos cientos de metros y que abandonamos para dirigirnos hacia unos naves, tras la que suponíamos que estaba la carretera que une Entrala con la ermita del Cristo de Morales.
Supusimos bien y terminamos saliendo a la carretera. Continuamos por ella porque queríamos evitar el tramo de barro pegajoso conocido por todos. Y así llegamos en un plis plas a la esplanada donde se hace la romería del Cristo. Allí mismo, tras la rotonda, cogimos el llamado "carril bici" que une Morales con Zamora, que nos llevó hasta el cementerio. Desde allí seguimos hacia el Puente de Piedra. Tras cruzarlo hicimos una "parada técnica" para reponer los líquidos consumidos en el Bar Oviedo. Con los niveles ya en estado óptimo dimos por concluida la ruta del Domingo.


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Relive 'Ruta Pereruela'

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