6 de diciembre de 2018

Senderismo por Montemayor del Río

Cuando a principios de julio hicimos en bici la ruta Zamora-Sevilla, al poco de comenzar la tercera etapa nos encontramos con un pueblo precioso que nos prometimos volver a visitar con más calma. Dicho pueblo era Montemayor del Río, en la provincia de Salamanca, muy cerquita de Béjar.

Esa fue la razón por la que hoy nos desplazamos hasta allí, aunque no estaban todos los bíkers que fueron a Sevilla, ni todas las Galanas a las que les queríamos enseñar el pueblo. En total hoy éramos siete.

Aparcamos junto al precioso puente sobre el río Cuerpo de Hombre (nombre curioso) y desde allí iniciamos la ruta. En principio íbamos a hacer una descargada de Wikiloc de unos 15 km.


Nada más salir comenzamos a caminar por un sendero en paralelo al río. Un camino muy bonito, cubierto por hojas de roble y flanqueado por el río y por paredes de fincas construidas con piedras. Piedras pintadas de verde por el musgo que las cubre.

Había helado y la helada aún estaba muy presente en los prados.


Algo más adelante cruzamos un puente sobre el río y desde él, al volver la vista atrás, pudimos ver el castillo de Montemayor.


El camino de la otra orilla del río era similar al de la margen opuesta y por él seguimos hasta que nos encontramos con una bifurcación. Nosotros tomamos el camino de la derecha.




Nada más incorporarnos a él comezamos a ascender, además con una pendiente considerable. Nos empezó a sobrar la ropa porque la mañana era espléndida. La subida continuó y continuó durante unos dos kilómetros y terminó por hacernos sudar. Al llegar a la carretera continuamos por ella unos cientos de metros dirección Peñacaballera, pero poco después tomamos un camino a la izquierda que también indicaba la misma localidad.

Este camino también era muy bonito. En ese momento nos dimos cuenta de que si finalmente hacíamos la ruta prevista íbamos a llegar con el tiempo justo para comer, así que echando un vistazo al GPS encontramos un camino que iba de algo más allá de Peñacaballera hasta el río Cuerpo de Hombre, así que nos dirigimos al encuentro de ese camino. Pero antes retratamos a un enorme semental. 


El camino que seguíamos nos llevó hasta la piscina, abrimos la cancela de entrada, atravesamos las instalaciones y salimos por otra cancela. Allí ya encontramos el camino que buscábamos.



Se encontraba también cubierto de hojas pero bajo ellas había muchas piedras irregulares que nos obligaban a caminar con cuidado porque de vez en cuando resbalábamos. Disfrutamos mucho de ese descenso porque la zona era preciosa.



Tras serpentear por la ladera terminamos por encontrarnos con otro camino más ancho, que ya formaba parte del primitivo track del que partíamos, así que continuamos por él hacia Montemayor.



Poco después comenzamos a pisar el camino de ida, así que hasta pudimos guardar el GPS. Ese tramo ya conocido se nos hizo corto, pero volvimos a disfrutar de nuevo de él.



Cuando llegamos de nuevo a los coches dejamos todo en ellos y subimos andando a Montemayor, para conocerlo mejor el pueblo y ver de cerca el Castillo. Al llegar a este tomamos algo en él, que es un bar-restaurante muy agradable.

Finalmente nos desplazamos a La Calzada de Béjar, donde comimos.


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2 de diciembre de 2018

IV Marcha MTB Ufones Bike

Hace tres años participamos en la I Marcha MTB Ufones, que logró poner a esta localidad en el mapa, y nos gustó mucho a pesar de que tiene cierta dureza. Tanto nos gustó que, como en las dos siguientes no nos pudimos inscribir, la hicimos por nuestra cuenta dos veces más.

Pero este año estuvimos atentos y nos apuntamos seis bíkers en cuanto se abrieron las inscripciones así que hoy hemos podido disfrutarla... o sufrirla.

Salimos de Zamora en varios coches y llegamos a Ufones una hora después aproximadamente. En esta ocasión nos acompañaron también cuatro Galanas para hacer la ruta de senderismo que se realiza paralelamente a la de mountain bike.

Tras recoger dorsales y picar algo del desayuno que ofrecía la organización preparamos las bicis con todos sus "atripechos" y volvimos a la plaza para colocarnos en la salida.




Finalmente la salida se dio con algún retraso. Comenzamos saliendo del pueblo por la carretera pero nos desviamos poco después.


Ahí empezamos ya a pisar camino y no los dejaríamos en todo el recorrido. Hubo un descenso, después un ascenso y cuando nos dimos cuenta habíamos vuelto de nuevo al pueblo.


Volvimos a pasar por la salida y ya sí, comenzamos la marcha de verdad. Como en otras ocasiones salimos de Ufones con una subida larga de unos 3 km que hizo quitar el frío al que lo tuviera.



A partir de ese momento se fueron sucediendo constantemente las subidas y las bajadas. El grupo se iba estirando cada vez más. Nosotros también nos separamos, dos de los nuestros se fueron hacia adelante, tres nos quedamos juntos y el sexto como iba a hacer la corta se separó también. Atravesamos zonas de cultivo y robledales y el paisaje resultaba muy agradable, la verdad.


Cuando nos aproximábamos a los 10 km llegamos a Matellanes, donde había instalado el primer avituallamiento. Paramos pero simplemente para darle aire a una rueda que iba un poco baja y en cuanto lo hicimos salimos de nuevo.

No mucho después de Matellanes nos sumergimos en un bosque de robles de bastante extensión con zonas de mayor y menor densidad de árboles. En algunos tramos íbamos incluso en paralelo a un arroyo. El entorno y la ruta nos estaba haciendo disfrutar de la bici.


 El relieve en esta zona seguía siendo como el anterior, arriba y abajo. Pasamos cerca de Mellanes pero no llegamos a entrar en esta localidad y continuamos adelante.




Sobre el kilómetro 20 había un segundo avituallamiento, pero no llegamos a para en él. Atravesamos una zona a la que le teníamos miedo porque es una pradera que en una ocasión o dos tenía mucha agua y dificultaba muchísimo rodar. Pero en esta ocasión estaba bien y no hubo problema.



Continuamos rodando y cuando ya teníamos delante Fradellos nos desviaron a la derecha y tuvimos que subir una rampa casi imposible, por su inclinación y por su longitud. La mayoría tuvo que echar pie a tierra más tarde o más temprano.




Al terminar el trazado continuaba por un zona de jaras en la que habían abierto un estrecho sendero.



La subida continuaba allí también y tras culminarla comenzaba una bajada espectacular con unas vistas de Fradellos impresionantes.



Al llegar abajo tuvimos que atravesar el bonito puente e iniciar una serie de rampas muy inclinadas que nos llevaron hasta el tercer avituallamiento. Paramos a comer algo de fruta y continuamos. Tuvimos que ascender por una pradera con una rampa que nos dejó medio KO. Enseguida iniciamos otro ascenso por un sendero abierto entre las jaras.



Tras el descenso comenzó la parte más dura del recorrido, al menos para nosotros. Y es que se juntaron varios factores, por un lado que estuvimos subiendo con más o menos inclinación durante unos 11 km, sin un tramo en el que poder dejar de dar pedales, además con un terreno, bien de barro o bien de hierba embarrada, que frenaba mucho las ruedas. A mayores se unió un invitado incómodo: viento de cara.

Eso sí, para ser justos hay que decir que el paisaje era muy bonito. Durante varios kilómetros llevamos un riachuelo serpenteando a nuestra derecha.


De vez en cuando hubo que cruzar "charquitos" de agua.




En un momento dado dejamos que el río transcurriera por su camino y nosotros nos desviamos a la izquierda. Nos estábamos acercando a Grisuela pero los kilómetros no parecían avanzar. De vez en cuando aparecía un pequeño tramo con terreno menos blando y se agradecía.

Tras atravesar Grisuela nos volvimos a encontrar con terreno ascendente, pero como era ya un buen camino nos parecía una gloria. Atravesamos un bosque repleto de robles y poco después por fin empezamos un descenso que nos llevó hasta Ufones.



Esa última parte de descenso continuo la gozamos pero eso sí, nos tenían preparada unas sorpresitas antes de entrar en meta: dos subiditas muy inclinadas dentro del propio pueblo, pero ya viendo el arco de entrada, no hay rampa que frene a nadie. Y menos teniendo a las Galanas animando y los compañeros que ya habían entrado.

Como se olvidaron de nosotros en la entrega de trofeos, fuimos a los coches, cargamos las bicis y nos desplazamos hasta la piscina de Rabanales para ducharnos allí, y tras la ducha fuimos a Grisuela donde comimos estupendamente, como siempre.

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Relive 'Morning Dec 2nd'

Las Galanas realizaron la marcha de senderismo. Salieron de Ufones y caminaron hasta San Juan de Rebollar, donde les ofrecieron un variado y generoso avituallamiento. Tras él regresaron a Ufones. El camino de vuelta fue más bonito que el de ida.

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1 de diciembre de 2018

Precioso paseo por los alrededores de Zamora

No siempre es necesario desplazarse kilómetros y kilómetros en coche para caminar por un lugar agradable. La prueba la tenemos con el que vamos a describir a continuación.

El paseo lo iniciamos desde la finca de un amigo, poco después de la primera rotonda de la carretera de Almaraz, pero se puede empezar en el camino que hay a la derecha, nada más terminar la urbanización de chalets que hay frente a Gaza.

Durante el primer tramo se asciende porque hay que llegar a la loma que recorre la parte posterior de la antigua cárcel. Ya en esa cota miramos para atrás y nos encontramos una bonita y poco conocida imagen de Zamora.


Continuamos por el camino que recorre el borde de esa loma y poco después nos encontramos con una de las garitas de la cárcel y una vista de esta también inédita para la mayoría de nosotros.



Y un poquito más allá, el Duero, durante un buen tramo fuimos vigilando su discurrir. Un poco más adelante vimos otra visión desconocida de Planta de Tratamiento de Aguas Residuales.


Mientras, el camino se fue convirtiendo en una senda estrecha que seguía bordeando esa pequeña montaña. Pasada esta zona el camino empezó a llevarnos hacia la derecha, dirección Guimaré.


Miramos a nuestra izquierda para despedirnos del Duero porque llevamos caminos opuestos y continuamos.


A todos nos hizo ilusión ver Guimaré desde esa nueva óptica, porque el que más y el que menos había estado allí muchas veces siendo niños.



Continuamos caminando y terminamos por llegar a la N-122. La cruzamos y ascendimos por el ancho camino que conduce a dos o tres chalets que hay construidos en la zona. Al encontrarnos con otro camino continuamos por este girando a la derecha. Si no se abandona termina por llevar al Alto de San Isidro, pero nosotros bastante antes nos desviamos a la izquierda para descender hacia la zona de la Alamedilla. Justo un poco antes de llegar a la antigua carretera de La Hiniesta y al puente de la vía, en pleno Bosque de Valorio. Giramos a la derecha para iniciar una subida de cemento recientemente arreglada tras las obras del AVE.

El camino a partir de este punto es un punto y aparte. De repente nos sumergimos en un espeso bosque de pinos que para nada hace suponer que estamos a escasos tres kilómetros de Zamora. A los que no conocían la zona les encantó. Cruzamos el camino que une el Puente Crois con la Fuente de la Salud y continuamos.


Terminamos por llegar a otro pinar compuesto de pinos de menor tamaño que conforman una zona también muy bonita.


No llegamos hasta el final de ese camino, nos desviamos antes a la izquierda y salimos a la zona del estanque de Félix Rodríguez de la Fuente. Y desde allí a una de las casetas a tomar algo y a reponer porque llevábamos ya más de 8 kilómetros caminando. Desde allí fuimos hasta el paseo central de Valorio, lo recorrimos y al llegar a la Calle Los Pisones ya nos dirigimos hacia la zona de Gaza, donde terminamos.

Mereció la pena este bonito paseo sin apenas alejarse de la capital zamorana.

Y tras el paseo una de las Galanas nos deleitó con un estupendo cocido, con homenaje a las bicis incluido.



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