Esa fue la razón por la que hoy nos desplazamos hasta allí, aunque no estaban todos los bíkers que fueron a Sevilla, ni todas las Galanas a las que les queríamos enseñar el pueblo. En total hoy éramos siete.
Aparcamos junto al precioso puente sobre el río Cuerpo de Hombre (nombre curioso) y desde allí iniciamos la ruta. En principio íbamos a hacer una descargada de Wikiloc de unos 15 km.
Nada más salir comenzamos a caminar por un sendero en paralelo al río. Un camino muy bonito, cubierto por hojas de roble y flanqueado por el río y por paredes de fincas construidas con piedras. Piedras pintadas de verde por el musgo que las cubre.
Había helado y la helada aún estaba muy presente en los prados.
Algo más adelante cruzamos un puente sobre el río y desde él, al volver la vista atrás, pudimos ver el castillo de Montemayor.
El camino de la otra orilla del río era similar al de la margen opuesta y por él seguimos hasta que nos encontramos con una bifurcación. Nosotros tomamos el camino de la derecha.
Nada más incorporarnos a él comezamos a ascender, además con una pendiente considerable. Nos empezó a sobrar la ropa porque la mañana era espléndida. La subida continuó y continuó durante unos dos kilómetros y terminó por hacernos sudar. Al llegar a la carretera continuamos por ella unos cientos de metros dirección Peñacaballera, pero poco después tomamos un camino a la izquierda que también indicaba la misma localidad.
Este camino también era muy bonito. En ese momento nos dimos cuenta de que si finalmente hacíamos la ruta prevista íbamos a llegar con el tiempo justo para comer, así que echando un vistazo al GPS encontramos un camino que iba de algo más allá de Peñacaballera hasta el río Cuerpo de Hombre, así que nos dirigimos al encuentro de ese camino. Pero antes retratamos a un enorme semental.
El camino que seguíamos nos llevó hasta la piscina, abrimos la cancela de entrada, atravesamos las instalaciones y salimos por otra cancela. Allí ya encontramos el camino que buscábamos.
Se encontraba también cubierto de hojas pero bajo ellas había muchas piedras irregulares que nos obligaban a caminar con cuidado porque de vez en cuando resbalábamos. Disfrutamos mucho de ese descenso porque la zona era preciosa.
Tras serpentear por la ladera terminamos por encontrarnos con otro camino más ancho, que ya formaba parte del primitivo track del que partíamos, así que continuamos por él hacia Montemayor.
Poco después comenzamos a pisar el camino de ida, así que hasta pudimos guardar el GPS. Ese tramo ya conocido se nos hizo corto, pero volvimos a disfrutar de nuevo de él.
Cuando llegamos de nuevo a los coches dejamos todo en ellos y subimos andando a Montemayor, para conocerlo mejor el pueblo y ver de cerca el Castillo. Al llegar a este tomamos algo en él, que es un bar-restaurante muy agradable.
Finalmente nos desplazamos a La Calzada de Béjar, donde comimos.
Para descargar la ruta haz clic en el logo de Wikiloc.
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