26 de mayo de 2019

Segundas oportunidades que merecen la pena

El pasado Domingo participamos en la IX BTT Arroz a la zamorana y el recorrido nos gustó tanto que acordamos repetirlo, pero sin más de novecientos ciclistas a nuestro alrededor, para así disfrutarlo plenamente. Además, así le dábamos la oportunidad de que lo hiciera uno de los bíkers, que hace siete días no pudo realizar la prueba por prescripción médica.

Quedamos a las 8.30 en la CD los cuatro que estábamos disponibles en el día de hoy. En dos coches nos desplazamos junto a nuestras cuatro bicis hasta Losilla de Alba, el lugar de partida.

Después de prepararnos comenzamos. Y lo hicimos recorriendo durante algo más de un kilómetro un camino que discurre en paralelo a la carretera que llega al pueblo y subiendo dos cuestas que hace una semana apenas percibimos, porque al ir rodeados de tantos ciclistas había que ascender despacio.



Hoy a más velocidad, y más cansados, claro, conseguimos ascender hasta el camino que une la cadena de aerogeneradores que preside la zona. Poco después nos despistamos y seguimos por ese camino cuando teníamos que haber vuelto a la derecha, así que nos tocó desandar no menos de dos kilómetros entre ida y vuelta (en el track ya están borrados). De nuevo sobre el track nos adentramos en un camino bordeado de jara en flor y con unas vistas hacia el embalse preciosas.



Tras una bajada terminamos saliendo a la carretera que va a Manzanal, rodamos por ella unos cien metros y volvimos a la izquierda para continuar entre jaras, si bien más allá, manteníamos las vistas del embalse.


Tras recorrer un buen trecho hicimos una ele y terminamos por llegar a un cortado desde donde hay una imagen espectacular del Viaducto Martín Gil.



Tras hacernos una foto de grupo volvimos a subirnos a las bicis y continuamos con algunas subidas y bajadas con dirección hacia Santa Eufemia del Barco. Estando ya cerca de esta localidad giramos a la derecha para separarnos de ella y dirigirnos de nuevo hacia el embalse.



Tras una buena bajada tuvimos que cruzar un pequeño puente. Salimos de él girando a la derecha para seguir disfrutando del embalse y para dirigirnos al pueblo abandonado de San Vicente, del que ya sólo quedan algunas paredes de lo que en su día fueron casas.




Desde San Vicente nos dirigimos a Santa Eufemia, ahora sí, cruzamos la localidad y salimos de ella bordeando la iglesia y continuando por el camino que lleva a las huertas de muchos de los vecinos del pueblo.


Tras esta zona más fértil continuamos rodando por un excelente camino de concentración, de buen firme y ancho. Cambiamos varias veces de dirección y se iban alternando las subidas con algunas bajadas, predominando las primeras, a pesar de lo cual llevábamos muy buen ritmo.


En un momento dado tuvimos que girar noventa grados y nos adentramos en una zona con el camino apenas marcado y rodeado de encinas y jaras. Poco después de este cambio de terreno el bíker que iba el primero se vio sorprendido por un gran ciervo que le salió justo a su paso y a otro se le salió la cadena y esta terminó por trizarse entre los dos platos. Paramos todos y tratamos de arreglar la avería. Después de intentarlo de muchos modos no nos quedó otra que desmontar las platos y, por fin, pudimos liberarla, pero esas operaciones nos llevaron unos treinta minutos.


Volvimos a nuestras bicis y seguimos avanzando por ese bosque hasta que descendimos y salimos a un camino de buen firme y, aunque picaba algo hacia arriba nos permitió rodar fuerte y recuperar algo de tiempo. Tras tres o cuatro kilómetros giramos noventa grados a la derecha y comenzó un ascenso mayor, como de un kilómetro, que dividió al grupillo. Tras coronar el pequeño puerto iniciamos un descenso que nos llevó hasta Navianos de Alba. Allí mismo nos agrupamos y comimos algo junto a la fuente.

Hasta aquí nuestra ruta era un calco de la IX BTT Arroz a la zamorana, pero la segunda parte que iniciamos allí la habíamos trazado nosotros suavizando algo esa. Pero nada más salir del pueblo nos encontramos con una cancela cerrada. Preguntamos a un hombre si la podíamos cruzar y nos contestó que era una dehesa y estaba llena de ganado. Debatimos qué hacer y decidimos continuar por carretera hasta Olmillos de Castro, así que no pudimos pasar por Escober ni por San Martín de Tábara. Rodamos por dicha carretera unos tres kilómetros a lo que daban nuestras piernas, así que hicimos el trayecto en muy poco tiempo.


En Olmillos retomamos el track que habíamos preparado y salimos de la localidad casi en paralelo a la carretera que va a Marquiz de Alba, nuestro siguiente destino también. El camino era el típico de concentración de la zona de buen firme y color anaranjado. Más o menos a mitad de camino entre ambos pueblos giramos a la derecha e iniciamos una subida no muy pronunciada pero constante.  Inmersa en esa ascensión encontramos a Marquiz.


Y salimos de él siguiendo la ligera ascensión que veníamos recorriendo. La zona era frondosa y el camino bueno.


Poco después nos desviamos ligeramente a la derecha y enseguida a la izquierda y el camino, que en Wikiloc aparecía ancho y bueno, ¡había desaparecido! Aún así seguimos el track entre hierba bastante crecida y terminamos saliendo de nuevo a otro camino, este ya mucho mejor.


Y siguiendo ese, tras una subida y una bajada terminamos llegando a Losilla de Alba, nuestro punto de partida y nuestro destino.

Una vez que recogimos todo y subimos nuestras bicis, siguiendo nuestra filosofía de intentar consumir en los pueblos adonde vamos, nos dirigimos al bar donde pudimos hidratarnos.

Para descargar la ruta haz clic en el logo de Wikiloc.

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