2 de noviembre de 2022

Passadiços do Paiva y Ponte Suspensa 516 Arouca

Hace unos meses vimos la foto de un conocido en un puente que nos llamó la atención. Investigamos y llegamos a la conclusión de que era el Ponte Suspensa 516 Arouca. Tras ese nombre se esconde uno de los tres puentes colgantes peatonales más largos del mundo (en mayo de 2021, cuando se inauguró, el mayor era este, pero ahora lo superan otros dos). Desde entonces teníamos en mente ir a conocer la zona y el puente. Este fin de semana "largo" nos pareció un buen momento para hacerlo y no nos defraudó en absoluto. Es más, hemos descubierto una zona muy bonita y desconocida.


Cuando compramos las entradas para cruzar el puente escogimos como fecha el segundo día de estancia en la zona. Menos mal, porque el anterior llovió mucho y el siguiente también, así que cuando vimos que el día elegido para disfrutar de las pasarelas y del puente amanecía con sol y buena temperatura nos animó mucho más de lo que ya estábamos. 

Nota: para cruzar el puente es necesario comprar las entradas con antelación a través de Internet. Se compran en https://516arouca.pt/. Existen otras webs que las venden, pero no son el sitio oficial por lo que es posible que sean más caras. 

Recorrimos en coche los algo más de 14 km que separan Arouca del Párking de Areinho, el lugar desde donde escogimos comenzar la caminata que nos llevaría hasta el puente. También se puede elegir el Párking de Alvarenga. Areinho es el más cercano a Arouca, y Alvarenga se encuentra algo más lejos, a 21 km. Pero ojo, porque en esta zona los kilómetros cunden...

Cuando llegamos a las proximidades del Párking nos indicaron que aparcáramos en una pequeña explanada junto a la carretera porque el aparcamiento estaba lleno. Desde allí, ya a pie, iniciamos la bajada hacia dicho aparcamiento. 


Al llegar a este vimos que había un bar y decidimos tomar algo ya que teníamos mucho tiempo hasta nuestra hora de entrada al puente. 

Después de beber algo iniciamos la caminata. Comenzamos por un camino de tierra ascendente que, como todo nuestro recorrido, dejaba a nuestra derecha el río Paiva, un río caudaloso y bravío por esa zona que aquí discurre encañonado entre montañas. El camino era muy agradable y la temperatura lo era más aún.

Poco después comenzamos a caminar por una pasarela construida en madera. Estas fueron inauguradas en 2015 y tienen una longitud de más de 8 km.

Llegamos a una carretera, la cruzamos y justo al otro lado comenzaron las más de 550 escaleras que, junto a un tramo de tierra bastante inclinado, nos elevaron hasta, prácticamente, la altura del puente. 



Llegamos a la zona donde está la caseta de control de acceso al puente, hicimos una parada para hacer una foto y decidimos preguntar al personal si podríamos adelantar la hora de cruzar el puente, porque eran las 12.30 y la hora fijada para nosotros eran las 15.30. Como era de esperar, nos dijeron que no porque el acceso al puente es limitado a 35 personas por cada lado y todos los turnos estaban llenos.


El disponer de tanto tiempo fue debido a que, en el camino de Arouca a Areinho teníamos pensado parar en el Centro de Interpretação Geológica de Canelas (CIGC), un espacio expositivo privado que cuenta con los fósiles de trilobites más grandes del mundo. El problema fue que, no sabemos la razón, pero el Centro estaba cerrado durante la mañana de ese Domingo. 

Visto que no podíamos adelantar nuestro horario decidimos caminar hasta la parte de abajo del puente para verlo desde esa perspectiva.



Después regresamos a la zona del control de acceso y allí convertimos una plataforma de madera en una mesa de comedor donde dimos cuenta de nuestras viandas: unos simples bocadillos. Cuando terminamos de comer nos dio tiempo a descansar y a charlar con unos y otros, pero aún así el tiempo parecía ir muy despacio.


Finalmente nos acercamos a las 14.30, así que pasamos el control y nos situamos a la entrada del puente. Su nombre, 516, se debe a los metros de largo que tiene. Fue inaugurado en mayo de 2021 y, en ese momento, era el puente colgante peatonal más largo del mundo, pero en pocos días perdió ese título porque se estrenó otro. Actualmente hay uno en Andorra y otro en la República Checa que lo superan.

Pero eso sí, el de Arouca supera a ambos en la altura al suelo, ya que esta es de 175 metros.



Cuanto ya estábamos los 35 que íbamos a acceder desde este lado, el guía asignado nos habló de las características más importantes del puente. Tras la charla nos permitió pasar, yendo él al final del grupo.

Cuando comenzamos a caminar por él lo primero que llamó la atención es que el suelo es de rejilla, por lo que se puede ver la garganta por la que discurre el Paiva. Poco después, cuando ya los dos grupos estaban sobre el puente, este comenzó a moverse. Ya nos habían advertido que era normal así que no nos preocupamos. Eso sí, ese movimiento, al principio, descolocó algo nuestras cabezas y algunos tuvimos que caminar unos minutos agarrados a la barandilla para no perder el equilibrio. Después nos acostumbramos y seguimos andando sin dificultad.

Ni que decir tiene que las vistas eran preciosas. Al llegar a la otra orilla esperamos unos minutos y, cuando el guía nos lo dijo, comenzamos a caminar hacia el otro lado.


Tras cruzar el puente nos dirigimos de nuevo hacia el puesto de Control, lo cruzamos y comenzamos un descenso que nos llevaría hasta las cercanías del río. Si antes habíamos subidos muchas escaleras, ahora tocaba bajarlas. 


A las escaleras le siguieron rampas, pero ya planas, si bien seguían descendiendo hacia la cuenca del río. Como teníamos muchos kilómetros por delante, cada uno íbamos a nuestro ritmo, normalmente divididos en grupitos. Cuando nos parecía parábamos y esperábamos a que llegaran todos para reagruparnos.

Así fueron avanzando los kilómetros mientras disfrutábamos mucho del paisaje y de la compañía.


Más adelante nos encontramos con otro puente colgante pero, eso sí, este era de libre acceso. Aunque parte de la pasarela, no hay que cruzarlo para continuar la caminata, pero eso sí, a pesar de ello todos pasamos por él aunque sin llegar a la otra orilla.


Como era el día que estrenábamos el horario de invierno y el de Portugal, además, está retrasado una hora respecto a nosotros, veíamos cómo el sol iba cayendo poco a poco. 


Continuamos avanzando y a cada minuto nos íbamos preguntando cómo habrían hecho para trasladar la enorme cantidad de madera usada para su construcción. Más tarde nos contaron que había algunos caminos, pocos, que iban de la carretera al río y que por allí, con vehículos 4x4 la acercaban lo máximo posible, pero desde allí a hombros.

Antes de concluir la caminata tuvimos tiempo de encontrarnos con una cascada que desembocaba en el Paiva.


A falta de algo más de 2 km para el final, dos bíkers, los que tenían el coche en el aparcamiento, decidieron seguir a un ritmo más vivo y sin paradas, para así llegar antes a recoger los coches.

Al llegar cogimos un taxi (siempre hay varios esperando) que nos condujo al punto donde teníamos aparcados los vehículos. Tardamos unos 20 minutos en recorrer los 11 km y nos cobró 20 euros (lo que indicaba el taxímetro). 

Ya con nuestros coches nos dirigimos de nuevo a Espiunca, el punto donde terminan los passadiços y donde habíamos cogido el taxi. Al llegar era ya casi de noche y aún estaban tomando algo en el chiringuito, situado en un lugar estratégico. Tomamos algo nosotros también y enseguida nos repartimos en los dos coches y partimos con dirección a Arouca. 

Información de interés: aparte de Areinho, se puede cruzar el puente desde la otra orilla. Para ello hay que tenerlo claro cuando se compran las entradas y escoger el Párking de Alvarenga. Desde este punto la caminata no tiene dificultad y la distancia hasta el puente es de poco más de 2 km. Desde Areinho la distancia es similar pero, como os hemos dicho, para llegar hasta el puente hay que subir esas más de quinientas escaleras.

También hay personas que les gustaría no tener que caminar tanto, para ellos hay una carreterita que parte de un punto anterior al Párking de Areinho y lleva directamente al puesto de Control.

Y, si caminar no te importa, la opción más recomendable es la que hicimos nosotros. Eso sí, hay que tener una preparación mínima para subir tantos escalones. Al final del trayecto Strava nos dijo que habíamos caminado más de 12 km, a pesar de que el recorrido por las pasarelas, según la organización, tiene una duración aproximada de 8 km.


Para descargar la ruta haz clic en el logo de Wikiloc.

Powered by Wikiloc

1 comentario:

  1. Excelente reportagem. De referir que o autor José Eladio González esteve em Arouca há cerca de 20 anos, na sequência do lançamento de um balão pela Escola E.B.2,3 de Arouca. Esse balão iria ter à escola de Currales del Vino (Zamora) onde o autor era professor. A partir daí estabeleceu-se um intercâmbio entre estas duas escolas. Há que comemorar tal evento, com um novo lançamento de balões!....

    ResponderEliminar