Más de uno se preguntará el significado del título de esta entrada del blog, pero la explicamos enseguida: "asfaltadaza" porque la ruta realizada ha transcurrido toda por asfalto y "mixta" debido a que la protagonizaron dos bicis de carretera y tres de montaña. "Hasta la Laguna de los Peces" está claro su significado, la meta, el fin, el objetivo de nuestra ruta, ascender hasta dicha laguna .
Como ya hemos citado anteriormente, en esta ruta participamos cinco bíkers que partimos con un par de coches de Zamora a las 9.00 h . En el grupo había tres bicicletas de montaña asistidas y dos bicis de carretera. Las dos "flacas" y una de montaña partieron del aparcamiento del Restaurante Asador Montelueño, que se encuentra a la salida de Puebla de Sanabria. Las otras dos de montaña lo hicieron desde el cruce de San Martín de Castañeda.
Nos hubiera encantado que todo el equipo participara de esta experiencia, pero al ser día hábil solo pudieron acudir los que ya no tienen obligaciones laborales o los que estaban de vacaciones. El día elegido fue hoy porque el resto de días de esta semana se preveían lluvias.
Los primeros metros los recorrimos por la N-525, pero enseguida giramos a la derecha hacia San Miguel de Lomba. Ya en esa carretera local pudimos disfrutar del sol que luchaba por abrirse paso entre las nubes. La temperatura, en torno a 10º (increíble a finales de diciembre en esa zona) era muy agradable.
A lo largo del kilómetro y medio que nos separaba de esa localidad ya pudimos difrutar de paisajes otoñales y de verdes prados, estos últimos alimentados por las persistentes lluvias de las últimas semanas.
Enseguida llegamos a San Miguel. Continuamos adelante por la misma carretera y pronto dejamos atrás las últimas viviendas.
Casi sin darnos cuenta nos encontramos con el cartel del siguiente pueblo, Riego de Lomba, pero es que tan solo un kilómetro lo separa del anterior.
Y otro kilómetro más adelante llegamos a un tercer pueblo: Barrio de Lomba. Al llegar a este seguimos por la carretera que va hacia Ilanes, prácticamente una bajada continua de poco más de 1 km desde la que se pueden contemplar estupendas vistas de toda la sierra.
Al llegar a Ilanes giramos a la derecha y enseguida a la izquierda para ascender por la calle principal del pueblo. Pero al cuesta no termina con las últimas viviendas, sino que continúa prácticamente hasta la siguiente localidad, Rabanillo. Eso sí, hay que aclarar que ambas están separadas por poco más de un kilómetro.
Desde Rabanillo fuimos hasta Cubelo por un camino asfaltado de unos ochocientos metros que une ambas localidades. Al llegar a esta última salimos a la carretera ZA-104, la que une Puebla de Sanabria y Ribadelago. Ya en ella enseguida comenzamos a descender hacia Galende, pero antes pudimos disfrutar de espectaculares vistas de La Cabrera.
Poco antes de llegar al kilómetro 10 de nuestro recorrido entramos en Galende. Aunque los otros dos bíkers nos habían dicho que esperaban allí, ni vimos su coche, ni los vimos a ellos, así que continuamos adelante. También esta carretera nos permitió disfrutar de los prados contiguos al río Tera, con su verdor realzado por el sol.
Antes de llegar al cruce donde debíamos tomar el desvío hacia la Laguna de los Peces, tuvimos que ascender una cuesta que nos hizo pensar que íbamos a pasar calor durante la subida a la laguna. Durante esa cuesta dio tiempo a hacer un autorretrato.
En esa zona empezamos a disfrutar también del agua corriendo por todas partes. Ese fenómeno que solo ocurre tras los deshielos o tras lluvias intensas pero que da gusto ver y escuchar. A lo largo de toda la ruta pudimos disfrutar muchas veces de ese pequeño placer.
Descendimos hacia la rotonda donde debíamos tomar el desvío y, al llegar a ella, vimos aparcado el coche de nuestros amigos, lo que explicaba que no estuvieran en Galende. Ellos no estaban allí así que imaginamos que ya estarían ascendiendo a Peces.
En ese punto tomamos la carretera ZA-103, que comienza desde la propia rotonda. Tiene una longitud de 17 km, y una subida de 700 metros.
Después de recorrer un par de kilómetros subiendo las estampas que se comienzan a ver del Lago de Sanabria hacen que se se vaya casi más pendiente de las vistas que de la carretera.
Pasamos muy cerca de Vigo de Sanabria, pero nosotros continuamos hacia San Martín de Castañeda. Antes de llegar a esta localidad, desde uno de los miradores que hay junto a la carretera, ya se puede ver el Lago en todo su esplendor.
Después de cinco kilómetros de ascenso y dieciocho de ruta llegamos a San Martín de Castañeda, Valverde de Lucerna para don Miguel de Unamuno en su obra "San Manuel, bueno, mártir."
Lo mejor de ascender es que la velocidad a la que se rueda permite disfrutar mucho del paisaje y de las vistas, como las que encontramos a la entrada de esa localidad, con ese verdor y el Monasterio románico al fondo.
Poco después de dejar atrás la parte baja del pueblo, tras dar una curva muy pronunciada hay un mirador desde el que hay una panorámica de Lago estupenda.
En ese mirador nos reagrupamos los tres bíkers que habíamos empezado la ruta conjuntamente. Pasamos junto a la parte alta del pueblo y proseguimos. Por delante teníamos el tramo que es algo más inclinado que otras zonas y que obliga, aunque uno no quiera, a ir más lento que en el resto del recorrido.
Los kilómetros se iban sucediendo y daba cierta alegría ir encontrando las señales que indicaban cada uno de ellos. Sin querer mentalmente íbamos restando 17 del punto kilométrico encontrado y así sabíamos lo que nos restaba de ascenso.
Como es fundamental que cada uno haga la subida a su ritmo, a un ritmo cómodo para que no se atraganten los 17 km, a estas alturas (nunca mejor dicho) el pequeño grupo se había escindido. Por un lado iba una bici de carretera y la de montaña, y un poco más atrás la otra de carretera.
Si algo daba fe de que íbamos subiendo era la vista del Lago, cada vez más pequeño.
Poco después la carretera nos separó de esa visión del Lago y en una de las revueltas nos encontramos con una buena vacada. Las integrantes de la misma siguieron con atención nuestras evoluciones.
A medida que íbamos restando kilómetros y ganando altura aparecían nuevas vistas que merecían una foto o más de una..
Faltando unos 5 km para llegar a Peces nos cruzamos con nuestros dos compañeros. Ellos ya habían coronado y, dado que había viento y frío arriba, tras comer parapetados tras un caseto que alberga contenedores de basura para no enfriarse, comenzaron el descenso.
Sin apenas parar, ellos siguieron descendiendo y nosotros subiendo. Llegamos a la zona llamada "Chanos", donde antiguamente esquiaban los zamoranos, que es un respiro porque tiene un tramo casi, casi llano.
Poco después llegamos al mirador del Cañón de Forcadura, desde donde la vista era espectacular. El curso del río Forcadura se veía blanco, sin duda por la corriente que lleva tras las últimas lluvias.
Todos los que alguna vez han ascendido a Peces saben que desde allí queda poco para llegar arriba, pero también saben que hay un repecho que cuesta pasarlo. Y así nos pasó a nosotros, nos costó pasar ese tramo que bajó en tres o cuatro kilómetros la velocidad de nuestro ascenso. Pero pronto llegamos al kilómetro 16, y ya sabiendo que solo queda uno más se sacan fuerzas de donde sea, así que el último kilómetro lo hicimos mejor.
Cuando se llega a la zona desde la que ya se ve el aparcamiento llega el "subidón" y ya, aprovechando que hay una suave pendiente, se llega a este en un momento.
Desde al lado del aparcamiento pudimos contemplar la Laguna de los Peces. Pero como el viento soplaba y la temperatura era más baja nos entretuvimos poco, lo que tardamos en abrigarnos para la bajada.
Mientras nos preparábamos llegó el tercer bíker, que había subido cómodo a su ritmo, y estaba muy satisfecho y orgulloso porque llevaba dos meses sin tocar la bici.
Ya los tres juntos nos hicimos una foto de grupo para quedar constancia de que habíamos llegado y, tras el posado, iniciamos la bajada.
La bajada tiene poca historia. Se deja uno caer y así recorre 17 km. Bueno, lo cierto es que no es así exactamente, en los primeros kilómetros son en los que se coge más velocidad sin apenas dar pedales.
Después, efectivamente, si te dejas caer puedes llegar casi abajo, pero para mantener la velocidad se van dando algo de pedales y así no se baja nunca de casi 40 km por hora. De vez en cuando se levanta la cabeza y uno se encuentra buenas vistas, pero lo suyo es ir pendiente solo del asfalto.
Los kilómetros se iban sucediendo a un ritmo vertiginoso y tardamos poco en llegar a San Martín de Castañeda. Poco después llegábamos a la rotonda donde termina esta carretera.
En dicha rotonda tomamos dirección Galende y en pocos minutos estábamos atravesando esta localidad. Continuamos por la misma carretera hasta llegar a la rotonda de la Casa del Parque. Allí giramos a la derecha para abandonar la ZA-104 y, enseguida, llegar a Rabanillo.
Pasamos por este pueblo cruzándolo de lado a lado y lo dejamos atrás iniciando una bajada que nos llevó hasta la carretera que une El Puente con Sotillo. Al llegar a esta giramos a la derecha para ir hacia Ilanes. En el bar de esa localidad habíamos quedado con los otros dos bíkers, así que hicimos una parada para tomar un vermut o una caña.
Tras la breve pausa para recuperar líquidos los tres que seguíamos en bici volvimos a ellas y nos enfrentamos a una larga subida para ir a Barrio de Lomba.
Desde Barrio nos dirigimos a Castro de Sanabria. Como la distancia que separa ambas localidades es corta tardamos poco en recorrerla.
Después de pasar Castro llegamos enseguida a la N-525, nos incorporamos a ella dirección Galicia y, tras recorrer menos de dos kilómetros llegamos al punto de salida.
Allí mismo comimos muy bien, como siempre, y tras la comida nos subimos a los coches y regreso a casa tras un estupendo día de bicicleta.
Para descargar la ruta haz clic en el logo de Wikiloc.
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