La Luna de la Cosecha desde El Viso

Las ocasiones están para aprovecharlas y no podíamos dejar que la Luna de la Cosecha recorriera nuestro cielo sin observarla desde un lugar especial, y qué mejor que llegar a ese "observatorio" en bici. Eso es lo que hicimos esta noche.

La agenda de algunos bikers no permitió que nos juntáramos muchos para esta salida nocturna, solo cuatro fuimos los que pudimos acudir a la cita.

Partimos del lugar habitual, junto a la Ciudad Deportiva, a las 20.15 h. Estaba previsto que el sol se pusiera a las 20.25 así que aún había luz suficiente. Al cruzar el río sobre el Puente de Cardenal Cisneros el sol ya estaba despidiéndose del día, lo que nos permitió contemplar una bonita estampa del mismo.

Ya al otro lado del Duero, bajamos las escalerillas (con la bici en la mano, claro) y tomamos el Camino de San Miguel para ir hacia Villaralbo. La temperatura era muy agradable, unos 20º, y solo había algo que afeaba el momento: la enorme cantidad de mosquitos que iban chocando contra nosotros.

Este tramo sirvió para ponernos al día unos y otros después de un verano en el que algunos nos habíamos visto poco. 

Al llegar a las primeras edificaciones de Villaralbo, en concreto justo antes del Hotel Casa Aurelia, giramos a la derecha para seguir por un camino asfaltado y bordear la localidad. 

Poco después nos unimos al llamado Camino de las Grullas. Seguimos por este como un kilómetro y lo abandonamos para continuar por un ramal que partía a la derecha y que nos llevó, después de unos dos kilómetros, hasta el cauce del río Duero. 

A partir de ese momento continuamos en paralelo al Canal San José. Cuando teníamos que girar a la derecha para continuar por un camino que aparece en todos los mapas, nos encontramos con un maizal que se había comido dicho camino por obra y gracia del agricultor que en su día sembró donde no debía. 

Esto nos obligó a darnos la vuelta y buscar una alternativa. Aprovechando la parada encendimos nuestros focos porque ya no se veía bien el camino. Al cambiar de sentido nos encontramos con las últimas luces del atardecer. 

Deshicimos parte del camino recorrido, algo menos de un kilómetro, nos desviamos a la izquierda y continuamos por otro camino que terminó llevándonos hasta la carretera que une Villaralbo y Villalazán. En este tramo ya nos encontramos con la espectacular luna, que hasta ese momento los árboles nos habían impedido verla.

Esta luna llena es especial porque también es una superluna, llamada así cuando esa coincide con el punto más cercano de su órbita a la Tierra. Por ello puede parecer hasta un 14% más grande y un 30% más brillante de lo habitual. 

Además, la luna llena de septiembre es conocida como la Luna de la Cosecha, nombre otorgado por las culturas agrícolas de Europa y América del Norte, donde la luna llena que ocurre cerca del equinoccio de otoño en el hemisferio norte marca el final del verano y el inicio de la temporada de cosechas. 

En ese tramo las nubes tras las que se escondía la hacían más especial aún. 

Hicimos muy rápido los poco más de quinientos metros que recorrimos por dicha carretera y al llegar a una gravera giramos a la derecha para proseguir por un camino que nos llevó hasta el GR-14.

En ese momento ya era prácticamente de noche, si bien con los focos de las bicis no había problema para rodar porque veíamos perfectamente el camino.

Un poco antes de llegar a Madridanos hicimos una parada para contemplar la luna y hacer una foto, ya que no queríamos utilizar el flash y sin él, en movimiento, es imposible que no salga todo movido.

Rodamos por un lateral de esa localidad y continuamos por el GR-14, pero antes de llegar a la finca de la Diputación giramos a la derecha para seguir por un camino que nos llevaría, después de un par de cambios de dirección, al que ya conocemos que va desde Madridanos hacia El Viso. En ese tramo hicimos otra parada para retratar la superluna.

Ya siendo noche cerrada iniciamos el ascenso a El Viso. Como en esta ocasión los cuatro llevábamos nuestras ebikes no sufrimos en la subida, es más, la hicimos muy rápida aprovechando la ayuda que nos brindaba el motor. Al llegar al repetidor nos dirigimos a la derecha, a una pequeña esplanada. Allí apagamos nuestros focos y contemplamos el paisaje. Pensábamos que la superluna iba a permitirnos disfrutar de una panorámica más iluminada, pero el negro solo lo rompían las luces del alumbrado de los pueblos.

Algunos aprovecharon para hacer un posado ante la luna, si bien hay que decir que en la fotos esta aparece diminuta comparado con el tamaño que nosotros contemplábamos.

Tras los posados iniciamos el descenso, por precaución más lento que en otras ocasiones. Casi al terminar este, parodójicamente, atravesamos una zona en la que la temperatura era mucho menor que en la cima. Curiosidades de las corrientes térmicas. Ya finalizada la bajada nos dirigimos a Bamba.

Atravesamos esta localidad y continuamos hacia Moraleja del Vino por el camino que habitualmente seguimos. Aunque se inicia con una subida tendida lo cierto es que hicimos este tramo a muy buena velocidad, disfrutando del fresco y de la noche. 

Llegamos a Moraleja, si bien el núcleo del pueblo lo dejamos a nuestra izquierda, ya que nosotros solo lo tocamos tangencialmente. 

Pasamos junto al cementerio, y descendimos al encuentro del GR-14, al que nos unimos enseguida. Ya en él lo continuamos hacia Villaralbo.

A todo esto la luna seguía su camino e iba perdiendo el color anaranjado y algo de tamaño, pero continuaba siendo espectacular.

Enseguida llegamos a Villaralbo porque íbamos rodando a buena velocidad. Atravesamos el pueblo y nos dirigimos hacia el denominado Camino Viejo de Villaralbo. Ya en él, al ser de asfalto a pesar de su nombre, no bajamos de 25 km/h, así que nos plantamos en el Barrio de Pinilla en un plis plas. 

Tras cruzar el Puente de Hierro nos dirigimos hacia el punto de salida, donde habíamos quedado en tomar algo al llegar para compensar el esfuerzo. 

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