19 de junio de 2022

Las Enillas en lugar de Villadeciervos

La ruta que teníamos prevista para este Domingo era en Villadeciervos y recorría un amplio espacio de la Sierra de la Culebra. Lamentablemente no pudimos hacerla, pero no es lo malo eso, sino que tardaremos muchos años en poder volver a ver esa zona, tan querida para nosotros, como la íbamos a ver hoy, es más, es posible que sean tantos los años que tarde en recuperarse que para entonces ya no podamos andar en bici para poderla contemplar en su ser, como era, como tantas veces la vimos y disfrutamos.

Como la ruta prevista no pudo ser ayer mismo buscamos una alternativa. Tiramos de archivo y encontramos una que llevaba tiempo aguardando su momento. Quedamos para salir a las 9.30 de la mañana y, en el lugar de costumbre, nos encontramos cuatro bíkers. Había muchas bajas, una por COVID, otra dos por viajes o vacaciones, otro par de ellas por trabajo. Justo al salir se nos unió un amigo, así que finalmente iniciamos nuestro recorrido cinco.

El track que llevábamos en el GPS creemos que pertenecía a BiciRamón, si bien le habíamos hecho pequeñas modificaciones. No podríamos asegurarlo porque lo habíamos guardado hacía mucho, 

Bordeamos el río, cruzamos el Puente de Piedra, atravesamos San Frontis y cruzamos Rabiche para salir de Zamora. Continuamos por el camino de Carrascal pero poco después nos desviamos a la izquierda y seguimos por otro que para algunos de nosotros era inédito, a pesar de estar tan cerca de la capital.

Este camino nos llevó hasta otro y este a la carretera de Bermillo de Sayago, justo después de la rotonda donde se bifurcan la de Tardobispo y esta. Rodamos por el asfalto unos trescientos metros, tras los cuales giramos a la izquierda para coger un desvío que lleva a la gasolinera. Pasamos por esta y salimos a la carretera de Tardobispo. Con dirección a esta localidad continuamos unos doscientos metros, hicimos un giro a la izquierda y, de nuevo, volvimos a la tierra. Seguimos por ella y terminamos saliendo al GR-14, en un punto anterior a cruzar la carretera que conduce al Polígono de Los Llanos.

Continuamos por el GR-14, pasamos junto al Brocal de las Promesas y sin mayores novedades enfilamos hacia Tardobispo.


Eso sí, capítulo aparte merece el tiempo. Después de casi dos semanas de calor extremo, al levantarnos hoy descubrimos un cielo azul limpio, sin la maldita calima que siempre termina produciendo bochorno, y con una temperatura fresquita, muy agradable. Pero también es verdad que media hora después las nubes ya eran abundantes. Antes de llegar a Tardobispo ya cubrían una importante parte del cielo.


No podemos citar ninguna novedad que se produjera en ese tramo porque no las hubo, aprovechamos para ir hablando de unas cosas y otras y de la Gran Ruta de este año, que ya está a punto de comenzar para algunos del grupo.


Llegamos a Tardobispo, pero en lugar de descender hacia la carretera para continuar por el GR-14, recorrimos algunas calles del pueblo, pasamos junto a la iglesia y seguimos recto.


Dejamos atrás este pueblo rodando por un camino que también para algunos del grupo era inédito o lo habían transitado muy pocas veces. De hecho la cruz que encontramos poco después ni nos sonaba.


El camino era de buen firme y discurría entre campos de cereal y de colza, ambos cultivos ya totalmente agostados y a punto de ser cosechados.


El sol se mostraba renuente y eran más los momentos que se escondía que los que encontraba un hueco entre las nubes para mostrarse, pero cuando lo hacía creaba bonitos contrastes entre el propio cielo y los tonos dorados de los cereales.


El camino por el que estábamos rodando hizo un pequeño giro a la izquierda y no mucho después nos llevó a un punto en el que había que volver a la izquierda o a la derecha. Nosotros lo hicimos hacia esta última. Estábamos muy cerca de San Marcial.


Tan cerca que unos cientos de metros más adelante nos topamos con el Puente del Andaluz, que atraviesa la Rivera de Campeán. 


Tras cruzar el puente continuamos recto y seguimos por un camino con ligera subida. Unos dos kilómetros después lo abandonamos para girar a la derecha.


Como hacia donde nos metimos no había camino fuimos interpretando el track del GPS. No hubo problema para rodar este tramo campo a través, es más nos gustó y, además, pudimos ver un bonito zorro.


Terminamos saliendo a un camino y nos incorporamos a él rodando hacia la derecha. Poco después cambiamos de dirección, realizamos un descenso y, tras un nuevo giro, esta vez a la derecha, comenzamos una subida.


Al llegar a la parte más alta abandonamos el camino y girando noventa grados nos adentramos en una zona en la que apenas se quería percibir un senderito. Siguiendo este y el track llegamos a una zona en la que las rocas afloraban en el suelo hasta el punto que, unos metros más adelante, tuvimos que apearnos de las bicis. Justo al lado nos dimos de bruces con el llamado "Salto de la Vieja" pero visto desde una de las dos masas rocosas que lo forman. ¡Habíamos estado muchas veces en la parte de abajo, pero nunca en este punto!

Las vistas nos parecieron impresionantes, no solo hacia la otra "montaña de roca" y Las Enillas, sino en todas las direcciones.



Después de unos minutos disfrutando de las vistas volvimos a las bicis y volvimos hacia el camino del que nos habíamos desviado minutos antes.


Continuamos recto por ese camino, fuimos descendiendo suavemente y al llegar al final de la cuesta abajo volvimos a la izuierda y poco después hacia la derecha, enfilando de esta manera hacia el pueblo de Las Enillas.


Pasamos por la parte de atrás de esa localidad, cruzamos la carretera que va a Sobradillo de Palomares y, tras varios cambios de dirección, terminamos cruzando también la carretera que va a La Tuda, siguiendo ya por este camino, casi todo ascendente, hasta Pereruela de Sayago.


Apenas pisamos un par de calles del pueblo, pasamos de soslayo por él, y lo abandonamos siguiendo el GR-14 pero en sentido inverso. Rodamos por él unos dos kilómetros. En un momento dado no fuimos fieles a este recorrido ya que, en lugar de girar a la derecha, continuamos recto hasta que llegamos a la carretera que une La Pueblica de Campeán con la carretera de Bermillo de Sayago. Seguimos por esta dirección izquierda. Al pasar junto a Equus Duri paramos y entramos a las instalaciones exteriores porque había gran cantidad de vehículos de transporte de caballos y se percibía claramente que había una competición.


De nuevo en el camino seguimos en la misma dirección que llevábamos. Poco después hicimos un giro a la derecha y volvimos a atravesar la Rivera de Campeán, pero esta vez por los restos de un puente que, probablemente fuera romano, ya que este tramo era parte del trazado de la Calzada Mirandesa.


Continuamos por un senderito ascendente que bordea una pequeña ladera. Este nos llevó de nuevo al GR-14. 


Seguimos por él hasta dejar a nuestra derecha Tardobispo. En ese punto giramos a la izquierda hasta llegar a un tramo de la antigua carretera hacia Bermillo. Seguimos por él y al llegar a la nueva carretera rodamos por ella unos doscientos metros.


Tras ellos volvimos a rodar por tierra girando a la izquierda, bordeando una dehesa repleta de encinas.


Poco después giramos a la derecha y comenzamos a bordear un enorme huerto solar  por dos de sus flancos. Sin cambiar de dirección y descendiendo nos encontramos otro gran huerto solar que también bordeamos. Poco antes de llegar a su fin miramos a nuestra derecha y nos encontramos con esta maravilla:



El camino terminaba poco después y, al llegar a su fin, continuamos hacia la derecha. Nos costó darnos cuenta de que estábamos en el camino que une Carrascal con la Dehesa Congosta. 


Ascendimos una cuesta llena de canto rodado por la que se cicla fatal y, al terminar esta, giramos noventa grados hacia la izquierda. Llegamos a un punto en el que, si seguíamos el camino por el que íbamos, nos salíamos del track, pero eso sí, las vistas del Duero eran impresionantes.


Rodamos unos metros hacia atrás y tratamos de seguir el track a pesar de que no había camino. Recorrimos un tramito campo a través y, por fin, dimos con un senderito trazado por la ladera que termina en el río. Un tramito técnico y muy inclinado en algún punto, pero muy bonito.


Este tramo termina en un camino más amplio que recorre la ribera del Duero. Continuamos por él hasta las primeras casas de Carrascal. Ascendimos hacia el pueblo, recorrimos algunas de sus calles y lo abandonamos dirección Zamora.

Al llegar a la entrada del pueblo seguimos de frente, abandonando así el asfalto y tomamos el camino que nombramos al principio de este relato como de Carrascal. Rodamos por esta pista de excelente firme y después de tres kilómetros y un par de ascensiones lo abandonamos para seguir recto y ascender una cuesta de cemento hacia la zona llamada El Colmenar. La atravesamos y, finalmente, descendimos hacia la carretera de Carrascal. 

Ya en la carretera continuamos dirección Zamora y al llegar a Los Pelambres nos tentó tomar la caña allí, ya que la mañana estaba ideal para ello. Y mi dicho con mi hecho, allí mismo paramos y viendo estas vistas disfrutamos de las cañas y de la conversación.


Cuando terminamos cada caña afrontamos el último tramo de la ruta, el que nos separaba de nuestras respectivas casas. 

Ha sido una bonita ruta, pero seguimos sintiendo mucho no haber podido ir a Villadeciervos, y nos duele enormemente lo sucedido. Ojalá que la sabia naturaleza responda como ella sabe ante esta catástrofe y pronto podamos ver, al menos a medio recuperar, nuestra Sierra.


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Nuestro particular homenaje a la Sierra de la Culebra es un enlace a las rutas que hemos hecha por ella para que todo el mundo pueda ver lo que hemos perdido :( 



Fuente: El País

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