8 de enero de 2024

Península de Canaleos (Embalse de Ricobayo)

Hay ocasiones en que mirando un mapa se encuentran lugares que, pese a haber estado muy cerca muchas veces, resultan desconocidos. Así descubrimos una península muy cercana a Montamarta desde la que se contempla lo que sería, originariamente, un meandro del río Esla y que ahora lo es del Embalse de Ricobayo. 


Este día posterior a Reyes amaneció casi, casi, tan espléndido como el propio día en el que los niños y niñas son felices abriendo sus regalos. A la puerta del bar CD nos juntamos a las 9.30 seis bíkers, tres no pudieron acudir a la cita por distintos motivos.

La mañana, pese a soleada, estaba fría. De hecho la helada era importante. Nos dirigimos hacia el río y seguimos en torno a él por la avenida del Mengue y la de Vigo. Continuamos por la N-122 hasta el aparcamiento de caravanas, lo cruzamos y entramos en Valorio. Atravesamos el bosque al tiempo que todos íbamos sacudiendo, o haciendo cualquier cosa con las manos, tratando de que estas entraran en calor. Algo de frío teníamos en el cuerpo pero, como siempre, las que más iban sufriendo eran las manos.

Pasada la zona del Puente Croix, y antes de pasar por debajo del puente de la vía, giramos a la izquierda y comenzamos a ascender hacia el Camino del Monte. Entre la cuesta y el sol, que nos daba de pleno, empezamos a quitar el frío. 


Rodamos por el Camino del Monte como un kilómetro y medio, seguidamente giramos a la derecha para dirigirnos hacia La Hiniesta. En realidad fuimos a dar al camino que lleva a esta localidad que, habitualmente, seguimos. Ya cerca del pueblo, en las zonas sombrías, la helada aún era mayúscula.


Al llegar a la carretera que lo une con Roales la cruzamos y seguimos rectos, dejando así La Hiniesta a nuestra izquierda.


Sobrepasada La Hiniesta hicimos una especie de "ele" y terminamos enfilando un tramo prácticamente recto de casi diez kilómetros de longitud. A lo largo de ellos ya entramos en calor definitivamente, incluidas manos y pudimos rodar muy bien por la ancha pista adornada con bonitos paisajes propiciados, sin duda, por el estupendo día que estábamos disfrutando.




Al llegar a la altura de Montamarta realizamos un giro de noventa grados a nuestra izquierda para seguir por otra pista similar. Poco más adelante, en una bifurcación continuamos sin dejar el camino que llevábamos.


Ascendimos suavemente y dejamos a nuestra derecha una granja de cerdos. Poco después las tierras cultivadas dejaron paso a la jara y pronto el Embalse de Ricobayo se dejó ver.


Enseguida comenzamos a descender hacia la Península del Canaleos, un saliente de tierra frente a lo que fue, originariamente, un meandro del río Esla y que ahora lo es del embalse. Esa vista, según descendíamos, nos encantó.


Paramos al terminar el camino y desde allí se tenía un perspectiva del meandro perfecta. A mayores, hay un par de entrantes del embalse a la derecha y otro a la izquierda.


Después de disfrutar de esta bonitac, e inédita para nosotros, panorámica, la ocasión merecía hacerse una foto de grupo, así que posamos y guardamos el momento para la posteridad.


Tras la foto nos volvimos a subir a las bicis y tocó desandar el camino realizado hasta poco después de la granja porcina, es decir, que hubo que ascender todo lo bajado minutos antes. La verdad es que desde la península parecía más la pendiente, pero una vez en ella no fue tan dura como pensábamos.


Después de sobrepasar la granja nos desviamos a la izquierda en el primer camino que encontramos que siguiera hacia ese sentido. Sin dejar este en menos de dos kilómetros estábamos pisando las calles de Montamarta. En ese tramo el grupo se fue estirando, así que junto al monumento al Zangarrón nos reagrupamos. 


Callejeamos por esta localidad y, finalmente, terminamos en la carretera N-630 a la altura de casi el final del pueblo. Rodamos por el asfalto como un kilómetro y nada más sobrepasar la gasolinera giramos a la izquierda para volver a pisar tierra, un camino, mejor dicho, una buena pista que nos llevó en paralelo a las vías del AVE hasta que pasamos sobre ellas y sobre la autovía a través de un viaducto.


El camino en el que desembocamos al descender de dicho viaducto ya no lo abandonaríamos en ningún momento hasta llegar a Cubillos, un destino en el que nos estaban esperando. 


Nos separaban siete kilómetros de este pueblo y los hicimos a muy buen ritmo afrontando pequeñas subidas y bajadas en función de los tesos que íbamos atravesando.


Nos distanciamos algunos metros unos de otros y en una pequeña plaza de Cubillos, junto a la fuente, nos reagrupamos mientras contemplábamos la helada que presentaban algunas ramas.


Como decíamos antes, en Cubillos nos esperaba una buena amiga, incondicional de los bíkers, que ya ha tenido muchos detalles con nosotros. El de hoy era invitarnos a un roscón de Reyes hecho por ella. Pero cuando llegamos a su casa había bastantes más viandas que el roscón. Una pasada, la verdad, más sabiendo que había tenido que madrugar para preparar algunas de ellas.


Mientras dábamos cuenta de ellas le ofrecimos como agradecimiento unas "Gracias" con el nombre de nuestro equipo en la parte inferior a modo de firma.


Finalmente sacó el roscón, que también nos encantó y se acercó un mal momento... Allí se estaba a unos 20º, estábamos a gusto, lo estábamos pasando bien, pero... Había que subirse a las bicis y llegar hasta Zamora, así que el "mal momento" llegó y, como no quedó otra, comenzamos el regreso, no sin agradecer de nuevo a nuestra amiga sus atenciones.

Poco después de alejarnos de Cubillos el camino empezó a tener mucho barro, y blando. Menos mal que por los bordes se podía rodar sobre la hierba, de otro modo habríamos tenido problemas. 


Dos kilómetros después giramos a al izquierda y enseguida cruzamos bajo la autovía por un pequeño túnel que estaba, como siempre tras épocas de lluvias, anegado de agua.


Enseguida llegamos a Valcabado, pasamos por un lateral del pueblo y saliendo de este nos desviamos hacia la izquierda para tomar un camino que, tras unos tres kilómetros, la mayoría descendentes, nos llevó hasta el barrio de La Villarina. Descendimos hacia el Centro Recoletas y nos incorporamos a la avenida del Cardenal Cisneros en la rotonda del CC Valderaduey. A partir de ese momento fuimos perdiendo unidades al tiempo que avanzábamos por la ciudad. Como ya no había que tomar la caña, los bikers se fueron descolgando del grupo en función de la mejor opción para ir hacia sus casas. Y así el grupo terminó por diluirse del todo.



Para descargar la ruta haz clic en el logo de Wikiloc.

Powered by Wikiloc

No hay comentarios:

Publicar un comentario