Hace unas semanas un bíker y una galana visitaron Sepúlveda y la zona y les encantaron las Hoces del Duratón.
Uniendo una y otra experiencia se nos ocurrió planear un fin de semana en el que los bíkers podrían hacer un día (sábado) la Ávila-Segovia, y al día siguiente las Hoces del Duratón. Al mismo tiempo las galanas y los que no quisieran hacerlo en bici podrían hacer turismo por la zona.
Y el fin de semana escogido fue el que terminamos de concluir. El sábado madrugamos (salvo dos parejas que fueron a pernoctar a Ávila) y a las 10,00 estábamos ya en esa ciudad. Poco más de 15 minutos después los cinco que nos disponíamos a hacer la ruta ya estábamos sobre nuestras bicis empezando a rodar.
Tras circular por algunas calles y una zona residencial, cruzamos la N-110, bordeamos el Centro Comercial El Bulevar, pasamos bajo la circunvalación de Ávila y comenzamos a pisar camino.
Atravesamos una zona boscosa bonita en la que la protagonista estelar era la encina. Poco después llegamos a la localidad de Brieva, conocida por la cárcel de mujeres que hay en su término.
Tras salir de Brieva continuamos por camino y no tardamos mucho en llegar a Berrocalejo de Aragona.
Continuamos por un buen camino, cruzamos la N-110, también cruzamos la AP-51 y poco después entramos en Mediana de Voltoya, donde la iglesia tiene una curiosa fachada (la de la espadaña) constituida por sillares y por pelotas de tenis :)
Atravesamos Mediana y continuamos con nuestra marcha por un camino en buenas condiciones que nos llevó, tras un buen descenso y su correspondiente ascenso, hasta la N-110.
Estuvimos estudiando cómo evitar este tramo pero por lo que leímos era imposible, así que no nos quedó otra que recorrer 4 km por ella. Pensábamos que iba a haber más tráfico, pero realmente el grueso de lo que encontramos fue en sentido contrario. Esos kilómetros los hicimos agrupados y por el arcen y a muy buen ritmo, por lo que no tardamos mucho en hacer el recorrido.
Después de atravesar este pueblo seguimos con la tendencia descendente entre campos de cereales, aunque también hay ascensiones.
Poco más adelante cambia algo el paisaje y nos encontramos una zona con más vegetación y bosque bajo. Afrontamos una subida más importante y ya en la zona más alta percibimos viento en contra, lo cual dificulta nuestro avance.
Bordeamos el aeródromo Castellanos y pronto comenzamos a ver las primeras edificaciones de Villacastín. Poco después pasamos bajo la autopista y paramos en un restaurante a hacer un pequeño descanso y a tomar algo.
Después de unos minutos de parada volvemos a las bicis. Atravesamos este pueblo, por el que hemos pasado decenas de veces yendo hacia Madrid y en el que nunca habíamos entrado, atravesamos la N-VI pasando por encima de una pasarela, y salimos de él por una carretera local que abandonamos enseguida para seguir por un camino que encontramos a nuestra izquierda.
Siguen alternándose las subidas y las bajadas, con mayor predominio de estas últimas, pero seguimos avanzando rápido porque el terreno es propicio. Y así llegamos pronto a una pequeña localidad llamada Ituero y Lama, y no mucho más tarde a otra más importante, Zarzuela del Monte, donde nos encontramos con una bonita iglesia mudéjar.
El sol sigue sin aparecer, no ha querido acompañarnos en toda la ruta, y lo agradecemos porque la temperatura es muy agradable, pero también es cierto que todo está más deslucido sin su luz, incluidos monumentos tan bonitos como este.
Abandonamos esta localidad y tras transitar por un camino salimos a una carreterita por la que rodamos poco más de un kilómetro. Nos desviamos para seguir por un tramo asfaltado que lleva hasta la entrada de la Yeguada Centurión, una enorme finca dotada con excelentes instalaciones y dedicada a la cría de caballos de pura raza española, propiedad del empresario Leopoldo Fernández Pujals, conocido por haber sido el fundador de Telepizza y Jazztel.
Rodamos bastantes kilómetros bordeando esta finca y seguimos nuestra ruta, con varios cambios de dirección y con mucha antelación al horario que habíamos previsto.
La siguiente localidad por la que pasamos, aunque en esta ocasión sólo la bordeamos, es Abades. Justo en el camino nos topamos con una serie de cruces que creemos que son parte de un vía crucis. Más tarde nos informamos y, efectivamente, se trata de un vía rucis realizado en granito, formado por catorce estaciones representadas cada una de ellas por una cruz, excepto la decimosegunda estación, que corresponde a la muerte de Jesús en la Cruz, donde hay tres de mayor tamaño.
Desde ese punto, y justo entre las cruces de uno y otro lado del camino divisamos en la lejanía la catedral de Segovia, y eso que aún nos separan casi 20 km.
Tras una importante cuesta abajo y rodeados de enormes campos de cereales, pocos minutos después pasamos por otra pequeña localidad, Torredondo. Nada más salir del pueblo bordeamos el centro penitenciario y continuamos adelante. Poco después es Perogordo la localidad que cruzamos y, tras salir de ella, descendemos hacia un puente que cruza un arroyo y ascendemos por una rampa bastante empinada y con terreno suelto que dificulta el agarre.
Una vez culminada la subida volvemos a divisar la Catedral, pero ya muy cerca, así que en pocos minutos la tenemos ya a nuestro alcance.
Finalmente llegamos hasta los pies del mismo, donde nos hacemos una foto, nos abrazamos y nos sorprendemos al ver que hemos hecho el recorrido en prácticamente una hora y medio menos de lo previsto. Como tenemos tiempo decidimos comer algo en alguna terraza, ya que la temperatura era ideal.
Tras la comida llegaron las Galanas y ya todos juntos, y con las bicis en los portabicis, nos desplazamos a Cantalejo, donde teníamos previsto pernoctar.
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