18 de abril de 2021

Ruta de la colza 4.0

El Domingo pasado teníamos previsto hacer la ya tradicional Ruta de la colza. La lluvia nos dejó en casa ese día, así que hoy había poco que pensar... Echando la vista atrás, creemos que esta es la cuarta vez que  hacemos un recorrido por la Tierra del Vino cuando los campos de colza lo llenan todo de amarillo y realzan los de cereales que los rodean. Entre unos y otros forman estampas dignas de ver.

Este Domingo nos teníamos que "sacar la espinita" del año pasado, en el que el confinamiento nos impidió disfrutar del amarillo de la colza. Como decíamos antes, el pasado Domingo fue el primer intento, pero la lluvia lo truncó, y hoy, por fin ya pudimos. Eso sí, con fresquito, porque a las 9.30 los termómetros marcaban 2 grados, pero había sol, y este siempre es una garantía.

A esa hora nos pusimos en marcha con dirección a Morales del Vino, donde teníamos que recoger a una unidad más. Fuimos por el carril bici junto al Duero, cruzamos este por el Puente de Piedra y continuamos por Cabañales. Al llegar al "Ruta de la Plata" tomamos el denominado "carril bici" que une la capital con Morales del Vino. Este tramo tiene en su segunda mitad una cuesta, que termina en el propio Morales, y que terminó con los últimos resquicios de frescor mañanero que teníamos. 

Ya todo el grupo continuamos rodando por algunas calles de este pueblo y tomando después el denominado Camino de Cazurra. Al llegar a la altura de la autovía tuvimos que girar a la izquierda y rodar en paralelo a esta unos trecientos metros, hasta llegar al túnel que cruza por debajo de esa. En ese tramo nos encontramos con el primer campo dedicado a la colza.

Una vez cruzado el túnel, y ya al otro lado, fuimos en busca del interrumpido Camino de Cazurra por el que volvimos a rodar como si nada hubiera pasado. No llegamos a esta localidad, sino que algo antes, al llegar a la carretera, giramos a la derecha y continuamos unos cientos de metros por ella. Giramos en esta ocasión a la izquierda, dejando el asfalto y continuando por un camino ascendente que nos llevó casi hasta la autovía, momento en el que volvimos a cambiar de dirección, de nuevo a la izquierda. Allí nos encontramos con una "sábana" en toda regla, pero a su lado sus ondulaciones formaban un precioso paisaje.



Al llegar a la parte más alta, al mirar hacia nuestra izquierda pudimos contemplar un mosaico presidido por el amarillo y el verde al que le restaba algo de realce la brumilla existente.


A nuestro lado seguíamos viendo bonitas estampas. Efímeras estampas, por otra parte, porque en unos días las flores comenzarán a desaparecer, el amarillo perderá intensidad y terminará siendo un campo lleno de tallos verdes altos y en sus ramas, donde antes hubo flores, habrá vainas que esconden unas semillitas que terminarán siendo aceite de colza. 


Terminada la sábana cambiamos de dirección, giramos a la izquierda para continuar por un camino al que recientemente habían pasado la "cuchilla" y por el que se rodaba de maravilla.


En este tramo nos encontramos con una campo inmenso de colza y alguien dijo de hacerse una foto asomando sólo las cabezas. Mi dicho con mi hecho, en unos minutos estábamos todos posando. Eso sí sufriendo previamente los picotazos de todos los cardos que rodeaban los tallos de la colza.



Hecha la foto seguimos avanzando por ese camino. En ese tramo es en el que más campos amarillos encontramos.


El camino terminó saliendo a otro que nosotros tomamos a la derecha, un clásico, porque es el que une Peleas de Abajo con Corrales por el que hemos ido muchas veces. Por este rodamos a gusto y rápido y en pocos minutos nos aproximamos a esta localidad. No llegamos a e ella, porque justo antes de ascender el puente que cruza por encima la autovía, nos desviamos ligeramente a la izquierda y continuamos por un camino que nos llevó hasta una rotonda, la que da acceso a la Cerámica Sa-Za. Precisamente nosotros continuamos por ese acceso. Pasamos junto a esta fábrica cerrada y seguimos recto.


Hay que decir que el amarillo proporciona unas vistas preciosas mires donde mires, pero no queremos olvidarnos del resto de campos. Los cereales están impresionantes, no pueden estar más verdes ni rebosar más vida, es imposible...


Al pasar por la entrada trasera de la, también cerrada, Cerámica Acústica, comenzamos un ascenso junto a un pinar que nos llevó hasta el gigantesco parque solar que hay al culminar la cuesta. Bordeamos este por la derecha y continuamos por ese mismo camino como un kilómetro más, transcurrido este volvimos a la izquierda y proseguimos a buen ritmo porque íbamos descendiendo.
También en este tramo nos topamos con el amarillo.



En un momento dado tuvimos que cruzar la carretera que une Peleas de Abajo con Jambrina. Tras hacerlo proseguimos en la misma dirección hasta que el camino desembocó en otro, teniendo de frente una chopera y más colza. En este caso parecía estar sembrada para realzar más los chopos que la custodian.


En ese punto giramos a la izquierda y no mucho después a la derecha, continuando por el camino que va bordeando los estanques de la abandonada piscifactoria. Este proyecto, que nació en el año 2000, fue construido por un empresario que compró los terrenos para crear una chopera, pero se dio cuenta de la cantidad y calidad de agua que había en la misma y decidió construir una serie de estanques para criar tencas. Lamentablemente suponemos que los números no cuadraron y hoy da pena ver cómo una inversión tan importante se va deteriorando día a día.

Después de superar esta explotación seguimos por la misma dirección, cruzamos la carretera de Fuentesaúco en las inmediaciones de Gema del Vino, y proseguimos por el mismo camino al otro lado del asfalto. Dicho camino nos llevó hasta Bamba, si bien a lo largo del trayecto pudimos seguir disfrutando del paisaje, a pesar de la velocidad que los que se encontraban en cabeza iban imponiendo.



Ya en Bamba paramos porque uno de los bíkers dijo que había que comer los secretos y la panceta que había hecho la noche anterior para almorzar hoy. Y así lo hicimos, sólo que se habían transformado en plátanos o en barritas...


Tras tan reponedor almuerzo volvimos a subirnos a las bicis para abandonar la localidad por un camino que surge prácticamente de la plaza. Este nos llevó hasta la carretera que une Moraleja del Vino y Madridanos, si bien sólo la cruzamos y, tras hacerlo, continuamos con la misma dirección que llevábamos. En ese tramo, y como la envidia es muy mala, nos topamos con un campo que estaba repleto de flores blancas. Desconocemos de qué cultivo se trataba, pero nos gustó que se saliera de la norma :)


No mucho más adelante volvimos a la derecha y continuamos hasta que llegamos a la carretera que une Villaralbo y Villalazán. Llegamos a ella y cruzamos al otro lado, tras rodar unos metros por el asfalto. Este nuevo camino, que parte junto a una gravera, nos llevó hasta a unas instalaciones que hay junto al río Duero. Allí comenzamos a rodar por su ribera, por la que continuaríamos nueve kilómetros.

Nueve kilómetros preciosos. Los primeros pasando junto a la vegetación propia de ribera, más adelante rodando por una zona más abierta para después sumergirnos en la inmensa chopera, que ahora está en un momento de esplendor por todo el verdor que la acompaña.



Hay un tramo especialmente bonito, el que discurre junto a un ramal del río, y en el que el camino se transforma en un sendero serpenteante rodeado de espesa vegetación. Ese nos encanta. Tras este se vuelve a "salir a la luz" y se termina saliendo a una pista que conduce a la Presa de Villaralbo.


Una vez en esta continuamos por el trazado que habitualmente seguimos para dirigirnos desde Villaralbo a Zamora o viceversa. En este caso, los primeros metros por asfalto para después continuar, a la derecha, por camino hasta llegar al puente de Cardenal Cisneros. Al llegar a este, como siempre, hubo que echar pie a tierra para ascender a los escalones que llevan a la plataforma del puente. Tras cruzarlo, utilizamos la rampa para descender a Los Tres Árboles y desde allí nos dirigimos a un par de mesas dispuestas frente a un bar, donde pudimos recuperar líquidos perdidos y charlar amigablemente durante un ratito. Un estupendo colofón a una bonita ruta.


Para descargar la ruta haz clic en el logo de Wikiloc.

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