24 de junio de 2024

La clásica a El Cubo de la Tierra del Vino

Como dice el título, hoy tocó repetir destino, y es que la última salida que hacemos siempre antes de hacer la gran ruta del verano tiene como ecuador esa localidad zamorana. Hasta allí vamos y volvemos, claro, para hacernos un último test antes de salir con una distancia larga, en torno a 70 km.

Habíamos quedado a las 8.45 h en el lugar habitual. La temperatura y el soleado día invitaban a andar en bici y así lo entendieron unos cuantos bikers que se presentaron con exquisita puntualidad a esa hora, incluido el que ya no está y que siempre nos acompaña. No demoramos nada la salida y pasados dos minutos las nueve menos cuarto estábamos ya saliendo hacia el puente de Cardenal Cisneros. Lo cruzamos, bajamos las escalerillas del final y continuamos por un recorrido, conocido por todos los que hacemos bici, y que lleva hasta la carretera de Moraleja. La cruzamos y seguimos por un tramo asfaltado y otro de tierra, entre varias fincas, que nos llevó hasta prácticamente la rotonda de El Cristo de Morales.

Sin llegar a pisar dicha rotonda, giramos a la izquierda para proseguir por la carretera que va hacia Pontejos. Por ella recorrimos unos tres kilómetros y nos enfrentamos a la primera subidita. Habría muchas más porque de Zamora hasta nuestro destino se va ascendiendo constantemente, eso sí, a la vuelta toca sacar provecho de ese esfuerzo previo.


Justo cuando abandonamos el asfalto se unió a nosotros un biker más, que nos esperaba cerca de Morales. El camino que tomamos nos llevó hasta la autovía, una vez a su altura seguimos en paralelo a ella para terminar saliendo al camino que une Morales del Vino con Pontejos y que hemos recorrido mucha veces.

Llegamos a Pontejos, pero solo tocamos la localidad tangencialmente y, además, enseguida nos desviamos hacia la derecha para seguir hacia Cazurra.

En este recorrido fuimos entre campos de cereales y colza ya totalmente secos. Hace, como quien dice, cuatro días tenían un verde intenso y ahora están ya listos para la cosecha.


En Cazurra tampoco recorrimos el centro de la localidad. La atravesamos por una calle lateral que, enseguida nos sacó del pueblo.


Desde Cazurra a Peleas de Abajo fuimos por la pista por la que, habitualmente, hacemos este recorrido. Son unos tres kilómetros, con tendencia descendente. 


En ese recorrido pudimos fijarnos con detalle en los trigos que están como nunca, con una espiga repleta y con granos bien gruesos. 


La pista termina en la carretera que va hacia el pueblo. Seguimos por esta y enseguida entramos en la localidad. Al pasar por una placita nos fijamos en un tractor restaurado que no habíamos visto antes. La explicación es que fue inaugurado el día de San Isidro de este año (15 de mayo). Se trata de un homenaje a los agricultores y ganaderos representados por el Lanz (la marca del tractor) de Lucas Garrote, el primero que llegó a Peleas, allá por 1961.


Al llegar a la altura de la plaza del Ayuntamiento giramos a la derecha. Salimos del pueblo y poco después tomamos un camino que partía a nuestra izquierda. Allí mismo comenzó una ascensión que se prolongó a lo largo de más de dos kilómetros.


Salvo una gran parcela repleta de paneles solares, en esta zona los cereales y la colza, que también estaba seca, son los que llenaban el paisaje. Un paisaje ya veraniego.


Después de culminar la subida nos enfrentamos, con mucho gusto, a una bajada de, prácticamente, un kilómetro. Pero ya se sabe que la alegría del pobre dura poco, así que enseguida hubo que volver a subir. En esta ocasión se trataba de un ascenso suave de unos dos kilómetros.



Después de la subida un descenso nos acercó al siguiente pueblo rápidamente. Se trataba de Santa Clara de Avedillo.


Enseguida llegamos a él. Lo cruzamos por una de sus calles. Nada más dejar atrás las últimas casas de Avedillo (como lo llaman los locales), tocó ascender de nuevo para tratar de llegar a la siguiente localidad.


Después de casi dos kilómetros se cambiaron las tornas y comenzamos un descenso que nos llevó hasta Fuente El Carnero.


La mayoría de las edificaciones de esta localidad están situadas en alto, así que una vez concluido el descenso, desde una zona baja pudimos contemplar una bonita imagen del pueblo.


También esta localidad la tocamos solo tangencialmente ya que, cuando íbamos a entrar en ella, nos desviamos a la izquierda. Justo en el cruce han puesto un curioso cartel con indicadores de los pueblos más cercanos.


Abandonamos el pueblo por una pista ancha y muy frondosa, pero pronto esa frondosidad dio paso de nuevo a cereales y más cereales. 


Nos quedaban aún unos diez kilómetros para llegar a nuestro objetivo. En cuanto dejamos atrás el pueblo comenzamos otro ascenso, también largo pero tendido. Como el paisaje comenzaba a ser monótono hubo que buscar con el objetivo otros motivos.  




Como unos cuatro kilómetros después de abandonar Fuente El Carnero, hicimos un giro de noventa grados a la derecha. El objeto de ese giro era ir hacia la autovía Ruta de la Plata. 


Una vez que llegamos a ella la cruzamos por un viaducto elevado y comenzamos a rodar en paralelo a ella. 


Y lo hicimos a lo largo de unos cuatro kilómetros con pequeños toboganes casi de continuo e inmensos campos de trigo a nuestra derecha. Eso sí, ya comenzaba a haber encinas en mitad de esos campos.


Ya con El Cubo de la Tierra del Vino casi a la vista hicimos un giro y más tarde alguno más. 


Y así llegamos a esta localidad. Recorrimos algunas de sus calles pero la que íbamos buscando era la que nos condujera al parque que hay a la entrada. 


Al llegar a este, en vez de ponernos a beber y descansar, nos pusimos en plan mecánicos para tratar de localizar y solucionar un ruido que producía una de las bicis. Evidentemente, no lo conseguimos :)


Nos demoramos poco en nuestra parada, pronto volvimos a nuestras bicis y comenzamos el regreso. Nada más salir del pueblo nos incorporamos a la Vía de la Plata e hicimos cinco kilómetros en paralelo al abandonado trazado férreo. Siempre que lo vemos pensamos lo mismo: con lo fácil que sería rellenar el espacio entre las vías y convertirlas en una vía verde...


Nos separamos del antiguo trazado del ferrocarril realizando un giro a la izquierda e inmediatamente a la derecha, continuando por un camino ancho y de buen trazado.


Poco después los cereales dieron paso a algunas viñas, señal inequívoca de que nos estábamos acercando a Cabañas de Sayago y a Villanueva de Campeán, que albergan varias bodegas de la Denominación de Origen Tierra del Vino.


El último tramo de la recta por la que estábamos ciclando tuvo una ligerísima inclinación ascendente pero, tras una curva abierta, comenzamos a recorrer una zona con pinos donde se inició un descenso largo, de unos tres kilómetros.


Esta bajada tuvimos que hacerla con ciertas precauciones porque tiene zonas con bancales de arena que dificultan la marcha y la estabilidad. También tiene tramos con torrenteras de cierta profundidad que hay que evitar.



Terminada esa bajada hubo una ligerísima subida y de nuevo nos dejamos caer por otra cuesta abajo hacia Villanueva de Campeán. Un miliario nos indicó el comienzo de su término.


Enseguida llegamos a esta localidad, que atravesamos de lado a lado por una de sus calles principales.
Abandonamos el pueblo siguiendo la tendencia de todo el camino de vuelta, descendiendo, si bien ya era muy ligera y contrarrestada por el viento que nos daba lateralmente, aún así rodamos a muy buen ritmo y los kilómetros se iban sucediendo rápidamente.


Volvimos a estar rodeados, mayoritariamente, por campos de cereales que, en ocasiones, cuando ya están cosechados, albergan pequeños "castillos" propios de estas tierras castellanas.


Cerca de San Marcial nuestro track nos indicaba un desvío a la derecha que significaba abandonar la Vía de la Plata. Enseguida giramos otra vez, pero a la izquierda para continuar por otro camino. En los primeros cientos de metros era uno más, pero a medida que avanzábamos estaba más cerrado por la vegetación. En los últimos metros era una selva. 


Un giro a la derecha nos llevó a otro camino ligeramente más abierto y como cien metros después, cambiamos de dirección, hacia la izquierda, y entramos en uno que podríamos denominar "normal". Este nos llevó a encontrarnos de nuevo con la Vía de la Plata pero tan solo unos metros porque nosotros continuamos por una cuesta, que no sabemos qué tiene porque parece poco pronunciada pero a todos nos cuesta horrores subirla, que conduce a El Perdigón.

Culminada la subida vino la bajada que nos dejó a las puertas de esa localidad. Pero solo a las puertas porque nos desviamos a la izquierda e hicimos un recorrido que la bordeó totalmente.


Dejamos atrás El Perdigón y continuamos, sin cambiar de dirección, hacia la cercana Entrala. El camino que seguíamos nos llevó hasta la carretera, justo en el punto donde comienza el pueblo.


Cruzamos buena parte de la localidad por dicha carretera pero nos desviamos a la derecha para seguir por un camino. Unos cientos de metros más y varios cambios de dirección nos llevaron hasta la carretera que une Entrala con Morales del Vino. Seguimos por ella hasta que entramos en Morales. 

Cruzamos la N-630 y comenzamos a callejear por el pueblo, donde se quedó un biker, para finalmente, volver a cruzar la nacional y tomar la llamada Cuesta Blanca, que en un descenso prolongado nos llevó hasta la carretera de El Perdigón. Al llegar a esta continuamos por ella dirección a Zamora. A la altura de El Cristo de Morales, tras hacer la rotonda, proseguimos por el carril bici Morales-Zamora. 

Continuamos rodando rápido aprovechando la ligera tendencia descendente de casi todo el camino de vuelta, así que en pocos minutos estábamos en el cementerio. Atravesamos Pinilla y el Puente de Hierro y volvimos al punto de donde habíamos salido como tres horas y media antes. 

Como teníamos prevista una "comida de hermandad" no todos se quedaron al ritual de la hidratación post-ruta, pero los que sí lo hicieron sí recuperaron líquidos y comentaron la ruta, como siempre.




Para descargar la ruta haz clic en el logo de Wikiloc

Powered by Wikiloc

No hay comentarios:

Publicar un comentario