Ruta de la Colza (Zamora-Corrales-Zamora)

Esta ruta la hicimos para ver las plantaciones de colza que hay por la zona sur de Zamora y que en estos días están en su máximo apogeo de floración.

Salimos de Zamora por el GR-14, pero al llegar al Polígono "Los Llanos" lo abandonamos para tomar un camino a la izquierda, bordeando la carretera. Al llegar a la carretera de Entrala giramos de nuevo a la izquierda y rodamos por ella unos cientos de metros para girar enseguida a la derecha y coger el "carril bici" Morales-Zamora que nos llevó hasta el propio Morales.

Cruzamos el pueblo y tomamos el llamado camino de Entrala pero no llegamos a esta localidad. Continuamos por buenos caminos hasta que nos aproximamos a las llamadas antenas de Casaseca. Ascendimos hasta su ubicación por una trialera que en un momento dado nos hizo poner el pie en tierra por falta de agarre. En cuanto pudimos volvimos a montar y ya hasta arriba. Desde lo alto la vista merecía la pena, sobre todo por esos campos amarillos repartidos por todos lados. Bajamos y enseguida llegamos a Corrales.

Tras atravesar Corrales cogimos la carretera que conduce a la cerámica SaZa, y continuamos por buenos caminos hasta Casaseca de las Chanas. Desde allí también por buenos caminos y con varios cambios de dirección, incluso haciendo algún kilómetro por carretera (la que une Morales con Arcenillas), llegamos a la carretera de Moraleja, que atravesamos y desde allí encaramos hacia el río, entrando en Zamora por el puente de Cardenal Cisneros, que nos dejó justo en el merendero de Los Tres Árboles donde nos hidratamos y pasamos un buen rato.

El grupo cerca de las antenas de Casaseca de Campeán.

Vista desde la base de las antenas de Casaseca de Campeán.

Descenso hacia Corrales del Vino.

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El Viso por Las Contiendas

Hoy madrugamos más de lo habitual porque había que terminar pronto. Fuimos conservadores al escoger la ruta porque había estado lloviendo durante la semana y podíamos encontrar el temido barro arcilloso, así que decidimos tomar dirección Villaralbo y una vez allí seguir el GR-14 hasta Madridanos.

Pasado Madridanos nos dirigimos hacia "Las Contiendas", también conocido como "El culo del mundo". Una vez llegamos hasta allí las bordeamos por el camino que va en paralelo. Una vez que estuvimos frente a "El Viso" giramos noventa grados a la izquierda y fue un gran error, porque hasta allí no habíamos tenido ningún problema con el barro, pero fue entrar en este camino y las capas de arcilla empezaron a engordar nuestras ruedas hasta el punto de tener que parar un par de veces a arrancar el barro que impedía que giraran.

Este camino desembocó en otro, giramos a la derecha y enseguida a la izquierda para coger el que nos llevó donde empieza la subida a "El Viso". Al llegar al comienzo de esta decidimos subir y así, poco a poco, logramos coronar y disfrutar de las estupendas vistas que desde allí se ven.

Sin llegar a enfriarnos iniciamos el descenso y continuamos hacia Bamba. Traspasado este giramos a la derecha para dirigirnos a Moraleja, que bordeamos y en un momento dado giramos a la derecha, hacia el cementerio, para retomar el GR-14, esta vez en sentido contrario, para enseguida llegar a Villaralbo y desde aquí, con algo de aire en contra a Zamora. Al llegar no quedó otra que dirigirnos a la gasolinera siguiendo el carril bici para quitar el barro que aún teníamos pegado.

Objetivo conseguido porque eran las 11,30 h. y ya habíamos terminado una ruta de 45 km.

Rodando por el GR-14 cerca de Las Contiendas.

Rueda delantera llena de barro.

Vistas desde El Viso.

Iniciando el descenso de El Viso.

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Mirandesa

Hoy era el día previsto para hacer la ruta Mirandesa y se vistió de gala para la ocasión, regalándonos un día soleado con la temperatura ideal para rodar en bicicleta.

Iniciamos la ruta tomando el GR-14 a la salida de Zamora. Tal y como esperábamos al llegar a las cercanías de Entrala apareció el temido barro que va formando capas sobre la rueda y que es arcilla pura. Tan solo fueron unos cientos de metros pero los suficientes como para tener que parar en una fuenta a la salida de Tardobispo para limpiar las trasmisiones.

Tras esta parada técnica continuamos camino sin novedad hasta Pereruela. Tras cruzar esta localidad el paisaje se hace sayagués y comenzamos a disfrutar de las vistas. Aprovechando una pequeña caída de un biker hicimos una parada y comimos algo. Continuamos y enseguida llegamos a las proximidades de Arcillo, que bordeamos siguiendo lo que nos marcaba el GR-14. Pronto estuvimos en el precioso puente de la Albañeza. Tras atravesarlo seguimos rodando hasta Abelón, pero enseguida dejamos atrás esta localidad para dirigirnos a Moral de Sayago. Tras recorrer el pueblo giramos a la salida noventa grados a la derecha. A partir de aquí las balizas son de color blanco y amarillo porque el GR-14 toma otros derroteros. Poco después el camino se pierde si bien se van encontrado balizas en la mayoría de los lugares en los que surgen dudas de hacia donde continuar.

La ausencia de camino en esta zona castigó nuestras piernas al tener que rodar sobre hierba crecida y muy húmeda y por terreno de mal firme. Continuamos y pronto llegamos a Torregamones, donde hicimos otra parada técnica para volver a reponer fuerzas y comprar agua. Enseguida volvimos a nuestras bicis, al salir del pueblo giramos a la izquierda (no seguir la señalización del GR-14 que vuelve a aparecer aquí) y comenzamos uno de los tramos más bonitos de la ruta. Al comienzo el camino es ancho, de excelente firme y ligeramente descendente. Más tarde el camino se va estrechando, inclinando y haciéndose más técnico y, también más bonito. Se va descendiendo con pendientes pronunciadas hasta que por fin, y tras tener que coger la bici al hombro unos metros, llegamos a la presa de Miranda.

Pero quedaba lo mejor... Aunque nuestras piernas ya venían castigadas iniciamos la subida a Miranda por carretera, poco a poco, y así, metro a metro y sufriendo sobre el sillín, y cada uno a su ritmo, logramos llegar todos arriba. ¡Objetivo conseguido!

Rodando por el GR-14 en las proximiades de Entrala.

Bikers en un paisaje típico sayagués.

Camino entre dos fincas cerca de Abelón.

Primavera en Sayago.

Subiendo hacia Miranda do Douro.

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Algodre por Fresno

Iniciamos la ruta una perfecta mañana de Pascua, con sol radiante y eso sí, la temperatura bastante baja. Salimos de Zamora por el carril bici y continuamos un tramo en paralelo a la N 122, circulamos por ella unos cientos de metros y la abandonamos tomando un camino a la derecha que, tras empalmar con otros y después de algunos cambios de dirección, nos llevó hasta Fresno de la Ribera. En esta localidad continuamos por la indicación de Matilla La Seca, pero enseguida abandonamos esa carretera y cogimos un camino que nos condujo, tras una larga subida, al C.T.R. industriales no peligrosos.

Allí comimos el almuerzo y tras volver a subir a las bicis y recorrer un pequeño tramo giramos a la izquierda e iniciamos una larga bajada. Continuamos por un buen camino de concentración y en un momento dado viramos a la derecha y tomamos un camino más estrecho que se fue empinando, haciéndolo más aún en la última rampa. Al llegar arriba pudimos contemplar una buena vista del valle del Duero.

Tras esa subida seguimos por un camino que está rodeado de pequeños árboles hasta que gira a la izquierda e inicia una larga y tendida subida que nos condujo a las cercanías de la que llamamos "la antena de Algodre" desde donde también pudimos contemplar buenas vistas. Llaneamos como un kilómetro y tomamos una larga bajada que nos condujo a Algodre. Desde allí cogimos anchos caminos de concentración que, tras algunos cambios de dirección, nos llevaron a Molacillos.

Al salir de Molacillos nos dirigimos a la izquierda y después de recorrer una larga recta giramos a la derecha para enfilar ya hacia Zamora, adonde llegamos con tiempo suficiente como para poder hidratarnos y hacer planes para la salida del próximo Domingo.

Rodando en las proximidades de Coreses.

Paisaje castellano cerca de Fresno de la Ribera.

El grupo ascendiendo un buen camino entre Fresno y Algodre.

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Cascadas de Abelón y desembocadura del Esla desde Arcillo.

En esta ocasión nos desplazamos hasta Arcillo para iniciar allí la ruta. Con más fresco y menos sol de lo esperado partimos cogiendo el GR-14 a la salida del pueblo, siguiéndolo sin más novedad que una vaca asustada que casi atropella a algunos y el bonito paisaje que íbamos encontrando a pesar de que esa falta de sol le restaba parte de su encanto.

En Abelón tomamos el camino que conduce a las cascadas, cuando ya la inclinación lo convierte en no ciclable aparcamos las bicis y bajamos caminando hasta la orilla del Duero para contemplar desde allí las cascadas. Nos decepcionó la poca cantidad de agua que arrojan este año, pero aún así el paisaje allí es espectacular.

Tras las fotos de rigor ascendimos para recuperar nuestras bicis. Con ellas en la mano continuamos ascendiendo hasta el punto donde se toma el camino que se dirige hacia la desembocadura del Esla. Una vez cogido este alternamos los tramos en los que íbamos pedaleando y los que íbamos a pie. Finalmente llegamos a la ermita desde donde hay unas vistas impresionantes. Allí comimos nuestro almuerzo e hicimos unas risas.

Volvimos al camino iniciando un ascenso largo pero llevadero. Al terminar este giramos a la izquierda para volver a Abelón. Volvimos a atravesar el pueblo, salimos de él recorriendo unos cientos de metros por la carretera y tomamos un camino a la izquierda que nos llevó de nuevo al GR-14 que seguimos durante unos cinco kilómetros, tras los que giramos a la derecha para llegar por muy buenos caminos hasta Gáname. Desde esta localidad nos dirigimos a Fadón, tras cruzarlo salimos a la carretera y continuamos por ella algo menos de 3 km., hasta poco después del puente Sogo, donde giramos a la izquierda. A partir de este punto la ruta recorre caminos estrechos, serpenteantes y entre encinas hasta llegar de nuevo a Arcillo. Allí a los que tenían tiempo les esperaban unos huevos fritos aderezados con pimentón que les reconstituyeron.

Una espectadora en el GR-14.

Bajando hacia las Cascadas de Abelón.

Desembocadura del Esla en el Duero.

Puente y arroyo típicos de Sayago.

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Villalube

Partimos, como es habitual, de la Ciudad Deportiva, por primera vez los ocho componentes de Bikers Duri. Los primeros kilómetros nos costó entrar en calor porque nos sorprendió una temperatura más baja de lo esperado y un cielo totalmente nublado que no dejó asomar al sol hasta que casi finalizamos la ruta.

Pensábamos hacer una ruta pero cambiamos de idea en el último momento y decidimos dirigirnos a Villalube. Salimos de la ciudad por la Avenida y por el Alto de los Curas. En Vistalegre cogimos el camino de Coreses. Tras llegar a él a buen ritmo, lo cruzamos, giramos algo a la derecha y salimos del mismo. Poco después comenzamos una larga cuesta de cierta dureza que termina cruzando la autovía. Tras descender algo atravesamos un valle en el que el paisaje empieza a cambiar por completo encontrando pinos y monte bajo por todos lados.

Continuamos sin cambiar de dirección aunque en un momento dado, junto a unas edificaciones, continuamos recto por un camino estrecho, si bien el camino ancho que traíamos seguía hacia la izquierda. Pasamos junto a un montículo de tierra muy rojiza que nos recordó a "Las Medulas" y enfocamos una larga recta que terminó llevándonos hasta Villalube.

Tras comer el almuerzo salimos del pueblo y poco después iniciamos otra subida que nos llevó a un otero con buenas vistas de toda la zona. Desde este punto el descenso es suave y casi continuo. El camino que seguíamos nos desembocó en una carretera, giramos a la derecha para cogerla y descendimos hasta la entrada de Benegiles. Giramos a la izquierda para coger el camino de Molacillos, al que llegamos sin novedad. Desde esta localidad continuamos hacia Zamora por la senda habitual entrando en la capital por Vistalegre, lo que propició que nos "hidratáramos" en una de las casetas de "Los Tres Árboles".

Buena ruta para rodar, con ascensiones suaves y por buenos caminos.

Añadir leyenda

Zona de pinos entre Coreses y Villalube.

El reposo de las bestias...

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Sayaguesa desde Peñausende

En esta ocasión nos desplazamos hasta Peñausende para iniciar allí una ruta con una parte descargada de Wikiloc y con otra trazada por nosotros.

La mañana era espléndida y algo fresca pero enseguida el sol cogió fuerza. Salimos por buenos caminos de la localidad en dirección este, si bien poco después tomamos dirección sur para dirigirnos hacia "El Pinar de Peñausende" que, en un principio atravesamos para después bordear por su flanco sur. En un momento dado nos separamos de ese borde para ver de cerca los generadores eólicos pero tras ese pequeño rodeo volvimos a la ruta marcada. Ascendimos hasta unos repetidores y tras la bajada nos encontramos con una cancela cerrada. La abrimos sin problemas y continuamos nuestra marcha, Poco después iniciamos un ascenso con bastante inclinación y con mucha arena suelta que dificultaba el agarre. Tras el "calentón" descendimos, volvimos a ascender, volvimos a cruzar un bosque de pinos y poco después de terminar este cambiamos de dirección y giramos a la izquierda para dirigirnos por estupendos caminos a Figueruela de Sayago. Desde allí continuamos hacia Fresno de Sayago por bonitos caminos, en algún momento poco marcados. En esta localidad hicimos una parada para almorzar junto a la iglesia y proseguimos alternando sendas en buen estado con algunos tramos poco marcados.

Enseguida llegamos a las proximidades de la explotación de caolín. Nos desviamos del track para acercarnos a verla y de nuevo volvimos a nuestra senda. A buen ritmo llegamos a Tamame, tras pasar el pueblo cambiamos de dirección girando a la derecha. Desde aquí hasta Peñausende los caminos son perfectos para rodar por ellos. Estando ya a un paso de esta localidad dimos un rodeo para rodar algo más. En este ultimo tramo nos encontramos bastantes toboganes que se empezaron a dejarse notar en las piernas.

Finalmente llegamos a "La Becera", el lugar donde habíamos dejado el coche, allí cargamos las bicis y nos hidratamos.

Bonita ruta, con paisaje variado, bosques de robles, pinares enormes, dehesas con encinas y, en general, caminos de buen firme y muy buenos para rodar.

Atravesando "El Pinar de Peñausende".

Enorme recta cerca de Santiz.

Camino que bordea los generadores eólicos.

Puente próximo a Fresno de Sayago.

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San Pedro de la Nave v.2

A pesar de que hace tres meses hicimos una ruta hasta San Pedro de la Nave, hoy quisimos volver para ver cómo había quedado su interior después de su reciente remodelación (los trabajos del exterior ya los habíamos visto en la ocasión anterior) y para "inagurarla" oficialmente, antes de que lo hagan Juan Vicente Herrera y el presidente de Iberdrola, dentro de tres días.

Salimos de la Ciudad Deportiva y fuimos hasta San Lázaro para coger el Camino La Lobata y tomar dirección La Hiniesta. Como anecdóta comentar que nos encontramos un coche "clavao" al suelo antes de llegar a esta localidad, poco después giramos a la izquierda y siguiendo los caminos de concentración habituales, y tras arreglar un pinchazo, llegamos a "Palomares". Después del descenso tomamos el camino de la izquierda que seguimos, tras algunos pequeños cambios de dirección hasta las cercanías de Valdeperdices. Dejamos a un lado esta localidad y ascendimos por la carretera que lleva a la de El Campilllo. Ya en esta la seguimos porque el viento nos estaba castigando duro desde que salimos y se agradecía circular por una carretera sin apenas tráfico.

Hicimos un alto ante la iglesia visigoda, comimos un tentempié, vimos su interior, que ha quedado muy bien tras las obras, y de nuevo tomamos nuestras bicis para desandar el camino. De vuelta no cogimos la carretera sino el camino que va casi en paralelo que nos llevó hasta al cruce que va a Valdeperdices. Descendimos hasta el pueblo, lo cruzamos y tomamos la carretera que conduce a Andavías. Antes de su final giramos a la derecha y continuamos por un camino poco marcado que, incluso en una zona había sido arado. Tras volver a un buen camino de concentración continuamos hasta Palomares y seguimos hacia Zamora, haciendo la entrada por la zona alta de Valorio. Entrando por ahí, y con la mañana tan espléndida que se había quedado, no nos quedó otra que tomar algo en las casetas de Valorio. Un placer.

Coche "clavao" al suelo.

Circulando por un camino cercano a La Hiniesta.

Bikers rodando por un camino de concentración.

Iglesia visigoda de San Pedro de la Nave.

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Antenas de Casaseca de Campeán

Espléndida mañana la que pudimos disfrutar en esta ruta, de esas que crean afición porque fue soleada, con una temperatura agradable en todo momento y con sus altos y sus descensos, pero llevadera.

Salimos de la Ciudad Deportiva y nos dirigimos hacia el estadio Ruta de la Plata. Allí cogimos el camino que lo bordea por la derecha, giramos a la derecha de nuevo más adelante para terminar en el GR-14 por el que continuamos hasta poco antes de los monolitos del Brocal de las Promesas, donde tomamos el camino de la izquierda que nos llevó hasta Morales del Vino.

Tras pasar esta localidad continuamos por el llamado camino de El Perdigón que abandonamos en una bifurcación al coger el de la izquierda. Seguimos por distintos caminos, todos en muy buen estado, hasta llegar a las cercanías de un grupo de antenas que hay en un alto en las proximidades de Casaseca de Campeán. Aunque no teníamos previsto ascender hasta ellas decidimos intentarlo. La primera rampa es bastante empinada, con grava y piedra suelta, lo que provocó que a los pocos metros de comenzar la ascensión algunos de nosotros perdiéramos tracción y nos tocara echar pie a tierra y subir con la bici en la mano parte de este ascenso. Al llegar arriba encontramos unas excelentes vistas de toda la comarca.

Descendimos y tomamos dirección Corrales, localidad a la que llegamos enseguida. Tras bordearla continuamos por la carretera que lleva a la Cerámica Saza, pasamos a su lado, contemplando la explotación a cielo abierto de donde obtenían la arcilla, y seguimos recto por un camino que nos llevó prácticamente sin hacer ningún giro hasta Casaseca de las Chanas, localidad que bordeamos y tras la que giramos a la izquierda. Tras varios giros izquierda y derecha y tras pasar cerca de Pontejos tuvimos una confusión y terminamos bordeando un canal con la bici en la mano hasta que ya dimos con un camino por el que seguir. Tras este pequeño incidente continuamos hacia Zamora bordeando varias fincas y pasando por debajo y por encima de la autovía varias veces. Finalmente llegamos entrando por el puente de Cardenal Cisneros, así que decidimos hidratarnos en Los Tres Árboles, donde se estaba "de auténtico vicio".

Contemplando la vista desde el alto de las antenas de Casaseca.

Paisaje entre Corrales y Peleas.

Bikers rodando por un buen camino cerca de Cazurra.

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Por Algodre hasta Roales

A las 8.30 horas el cielo aparecía totalmente cubierto y terminaba de llover y, sin embargo, una hora después lucía un sol espléndido y todo parecía indicar que íbamos a disfrutar de una mañana de bici muy agradable, como así fue, salvo que el viento también quiso tener un papel protagonista en la jornada.

Iniciamos la ruta pensando ir a Algodre para volver por Molacillos, así que rodamos por el carril bici y al llegar a la N-122 la cruzamos y tomamos dirección Coreses. Después de haber soportado bajas temperaturas durante muchas salidas, en ese tramo todos teníamos calor y de hecho hubo quien paró para quitarse alguna prenda. Tras atravesar Coreses seguimos por carretera hasta Algodre, localidad a la que llegamos enseguida. La cruzamos y giramos a la izquierda, y nos dimos de frente con el viento. Tuvimos que subir una cuesta prolongada para ascender a un otero. Poco después teníamos la oportunidad de girar a la izquierda para ir a Molacillos o seguir recto y enfrentarnos a otra cuesta, esta vez más larga que la anterior. Decidimos seguir recto. Tras la subida comenzamos a descender, poco a poco hasta la localidad de Molacillos. Hicimos una pequeña parada para reponer fuerzas y continuamos con dirección a Zamora, pero al llegar a las proximidades de Monfarracinos decidimos girar a la derecha, cruzar el pueblo y tomar el camino que lleva a Cubillos. El viento seguía castigándonos de frente, y sumado a una ligera ascensión, hizo que empezara a acusarse el cansancio.

Cruzamos Cubillos y nos dirigimos a Roales, también con el viento como protagonista y ya, tras pasar este pueblo, conseguimos zafarnos de él y disfrutar del trayecto hasta Zamora.

Saliendo de Zamora por el carril bici.

Subida a un otero, cerca de Algodre.

"Bikers" entre Algodre y Molacillos.



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En busca del Duero

Iniciamos la jornada con una temperatura por debajo de 0º, como viene siendo habitual últimamente, y con el sol queriéndose asomar tímidamente. Salimos de Zamora y cogimos el GR-14 con dirección Pereruela. En un momento dado giramos antes de lo debido a la derecha, siguiendo la antigua Calzada Mirandesa, y nos metimos en un barrizal que podíamos haber evitado si no hubiéramos tenido ese despiste. Más adelante volvimos a enlazar con el GR-14 y continuamos sin novedad hasta Pereruela.

Entramos en esta localidad y enseguida volvimos a la derecha y nos dimos de bruces con el viento de cara que además era frío. Si lo unimos a que el sol se había dejado cubrir por las nubes, el resultado fue que la sensación térmica no tenía nada ver con la sentida en el tramo anterior. Tras girar a la izquierda continuamos por un camino que cada ciertos metros tenía unos barrizales enormes que nos obligaban a bajarnos de la bici o a pasar como podíamos para evitarlos en la medida de lo posible. Finalmente empezamos a descender y llegamos al bonito pueblo de San Román de los Infantes. A la brigada de la Iglesia tomamos un rápido almuerzo que nos vino bien para coger fuerzas para subir la empinada cuesta que hay que superar para abandonarlo. Tras coronarla giramos a la izquierda hacia un camino que nos llevó a la entrada de la Dehesa Congosta, la traspasamos y comenzamos el divertidísimo descenso que nos llevó hasta la misma orilla del Duero.

Desde allí continuamos en paralelo al río con un viento de cara y unos toboganes que hicieron que sufriéramos más de lo previsto. Poco antes de llegar a Carrascal giramos a la izquierda para bajar primero y subir después una enorme rampa que nos llevó hasta esa localidad. La atravesamos y continuamos ya por carretera hasta Zamora porque se nos había echado el tiempo encima.

Camino a la salida de Pereruela.

Uno de los barrizales que tuvimos que atravesar.

El Duero desde la Dehesa de Congosta.

Camino entre la Dehesa de Congosta y Carrascal.



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