Escafoides

Una caída tonta, como la mayoría, le provocó la rotura del escafoides a uno de nuestros miembros. Sin él saber las consecuencias de esa caída estuvo aguantando el dolor unos días. Como no remitía fue al médico, que no supo apreciar la rotura, y le puso un vendaje. Tras pasar otros días con dicho vendaje pero sin percibir mejoría alguna, decidió acudir al traumatólogo. Este lo vio claro enseguida, tenía roto el escafoides, así que no quedó otra que escaloyar. Lo peor es que tiene que aguantar dos meses con ella puesta y, claro, en el "dique seco".

Lejos de estar dolido con su equipo del alma, le ha hecho con mucha paciencia este homenaje en la escayola, que es digno de estar en este blog:

¡Recupérate pronto, campeón!

Homenaje a A. Merchán -Zamora-Valdeperdices-Zamora

Esta ruta estuvo planificada por Plato Grande Zamora para homenajear a Antonio Merchán, fundador de dicha asociación.

Partimos de las proximidades de Valorio hacia La Hiniesta, dando los rodeos habituales a los que obliga el ya casi eterno corte del paso por las obras del AVE. Desde las cercanía de esa localidad nos dirigimos hacia Andavías casi en paralelo a la carretera y sin llegar a entrar en el pueblo empezamos a recorrer una zona muy bonita en la que fuimos bordeando colas del embalse. Atravesamos un puente y pronto llegamos a Valdeperdices.

Allí la familia de Merchán estaba esperando con avituallamiento. Tras reponer fuerzas volvimos a subirnos a la bici con dirección a Palomares. Poco después volvimos a parar ante el pequeño monumento que Plato Grande erigió a Merchán y allí se vivieron momentos muy emotivos.

Reanudamos la marcha para dirigirnos hacia Zamora recorriendo la dehesa de Palomares y volviendo a entrar por donde salimos, por un extremo del bosque de Valorio. Al llegar a la zona de las casetas hicimos una parada para hidratarnos y coger las fuerzas suficientes para llegar a casa.

Rodando cerca de La Hiniesta.

Junto a una cola del Embalse, en el término de Andavías.

Junto al pequeño monumento a Antonio Merchán.

  

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Ruta de la chuleta (Zamora-Villadepera)

Pese a la lluvia caída durante la madrugada y a lo que llovía justo cuando quedamos, nos mantuvimos firmes y justo cuando empezábamos a rodar dejó de llover aunque la temperatura era fresca para la época en la que estamos.

Salimos de Zamora por el GR-14, encontramos algo de barro cerca de Entrala, pero poco si comparamos con lo que hemos sufrido en esa zona otras veces. Enseguida llegamos a Tardobispo y continuamos sin ninguna novedad hasta Pereruela. Tras atravesar esta localidad y tras una ligera subida iniciamos la divertida bajada hasta el puente de Las Urrietas. Proseguimos y tras divertirnos con una subida y un descenso muy técnicos llegamos a las proximidades de Arcillo.

Tras bordear esta localidad nos encontramos con un rebaño de vacas que con sus miradas vinieron a decirnos que "ellas habían llegado primero", así que por no discutir las dejamos pasar y aprovechamos para comer nuestro almuerzo.

Una vez que el camino quedó libre retomamos la marcha, siempre lígeramente ascendente hasta el descenso al puente de La Albañeza. Una vez cruzado el puente continuamos con esa ligera ascensión hasta Abelón. Cruzamos esta localidad y nos dirigimos hacia Moral de Sayago. Después de atravesar este pueblo tomamos un camino que nos llevó hasta el GR-14, que habíamos abandonado por entrar en esta localidad. Continuamos por él hacia Moralina. En un momento dado giramos a la izquierda y nos encontramos con un nubarrón que prometía un buen chaparrón. Y así fue, doscientos metros antes de entrar en el pueblo comenzó a llover con mucha fuerza así que tuvimos que refugiarnos un buen rato. Cuando cesó la lluvia decidimos coger la carretera para llegar antes a Villadepera, porque había más nubes amenazantes. Recorrimos los 7 km. que separan ambas localidades sin novedad y en pocos minutos estábamos en casa de nuestro compañero y anfitrión.

De las cervezas, los ricos y abundantes entremeses, de la apetitosa ensalada, de las exquisitas chuletas, de la riquísima tarta de moca, del excelente vino de Toro, de los chupitos, de los gin tonic y de lo estupendamente bien que lo pasamos hablaremos en otra crónica..., que este blog es sólo para las bicis.

Rodando cerca de Tardobispo.

Cruzando el puente de Las Urrietas.

Entre Abelón y Moral de Sayago.

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Desafío Canal de Castilla 2015

Bikers Duri tuvo cuatro representantes en el Desafío Canal de Castilla 2015. Dicho desafío consiste en hacer el recorrido, de modo no competitivo, de dicho canal desde Alar del Rey hasta Medina de Rioseco (en esta edición, en las anteriores era hasta Valladolid), en total unos 165 km. en un solo día. Uno de los integrantes del equipo ha relatado así este reto:

Por segundo año consecutivo participo en la marcha cicloturista del Desafío del Canal, este año con final en Medina de Rioseco, eso si, con la compañía de tres grandes e intrépidos amigos. 

Empezó la jornada nublada, fresca, con algo de viento favorable y sin contratiempos mecánicos. A eso de las 10:45, la "serpiente multicolor"se puso en marcha y los integrantes del Bikers Duri Racing Team con un buen ritmo iniciamos la andadura. Aproximadamente en el kilómetro 40, el bravo "Niño de San Lázaro", Joaquín, sufre un pequeño encontronazo con una mata de espino, lo q no le impide seguir, pero sí merma sus fuerzas, y así llegamos hasta el km 60, donde hacemos parada de descanso y comida. 

Tras el paréntesis salimos buscando llegar lo antes posible el siguiente punto de avituallamiento, en el km 96, donde nuestro querido compañero tiene q abandonar. Tras el refrigerio salimos dirección al siguiente punto, y enseguida nos damos cuenta de q hemos quedado como cola de la marcha, pero gracias al empuje de mis compañeros cogemos un buen ritmo y empezamos a cazar a otros desafiantes. 

A unos pocos kilómetros del punto de avituallamiento, Little Codón sufre un terrible calambre que le obliga a abandonar en el km 142. Tras tantas horas pedaleando y una tormenta en el horizonte, tengo dudas de seguir, q se disipan al instante cuando Jesús, la Autoridad, dice que sigue. Refrigerio (tengo un hambre atroz), y en marcha, rápido, rápido que hay ganas de acabar. Como las piernas responden, ponemos un ritmo fuerte y nos vamos haciendo relevos, llevando una velocidad de hasta 30 km/h, lo que nos permite ir cazando más y más componentes del desafío, que nos jalean al grito de "vamos Zamora" y nos llevan hasta Medina, tras 10 horas, 6:litros de líquidos, 3 plátanos, 5 emparedados, una chocolatina y frutos secos. 

Desafío conseguido gracias a todos y a la inestimable ayuda de Raquel y Maria, que nos han mimado y han estado todo el día pendientes de nosotros.... Gracias!

Los cuatro representantes de Bikers Duri en Alar del Rey (Palencia).

En una exclusa del Canal.

Ya sólo tres bordeando el Canal.

Los dos "bikers" que llegaron. ¡Reto conseguido!

Entre la Tierra del Pan, Aliste y Alba.

Para esta ruta nos desplazamos en dos coches hasta Muelas de Pan. Desde allí salimos cogiendo un camino que va bordeando el embalse hasta la playa de Ricobayo. Subimos hacia la carretera y tras pasar por debajo de la N-122 tomamos un camino a la izquierda que tras una ligera subida desciende bastante bordeando aún alguna cola del embalse. Pero enseguida tuvimos que ascender una subida con una inclinación considerable y larga que, además, nos pilló fríos aún a todos.

Tras la dura subida y tras llanear un poco, cruzamos la carretera de Villaflor y empezamos a descender hacia "El Sofreral", donde se concentran una gran cantidad de alcornoques. Tras la bonita bajada se empieza a subir lentamente hacia Cerezal de Aliste, recorriendo hasta esta localidad un tramo de camino que nos gustó mucho por su vegetación, frondosidad y colorido (las hiniestas en plena floración).

Tras atravesar Cerezal tomamos unos metros la carretera de Videmala pero enseguida giramos a la izquierda para coger un camino que, de nuevo con muchos subes y bajas y con buenas vistas de la zona, nos condujo hasta Bermillo de Alba.

Recorrimos esta localidad y tomamos una subida que inicia el camino de Videmala, que está en muy buenas condiciones pero lleno de toboganes que seguían castigando nuestras piernas. Al llegar a este pueblo hicimos una parada en la plaza para almorzar.

Tras el almuerzo nos dirigimos a la carretera de Villanueva de los Corchos, la seguimos un tramo para después desviarnos a la izquierda iniciando otras subida que nos condujo tras algunos toboganes hasta llegar a las inmediaciones de esa localidad. Tras unos titubeos con el track llegamos a ella, y salimos de la misma con una subida endiablada que nos llevó a a la carretera que conduce a Villaflor.

Antes de llegar a Villaflor se pasa por el puente que en 1998, tras su inaguración, hizo que la barca de Villaflor cesara su actividad. Después del puente de nuevo más subidas y tras estas llegamos a esta localidad. Tras visitar la famosa barca salimos del pueblo, no hace falta decir que subiendo, y ya en la carretera iniciamos una larga rampa que abandonamos al finalizar la misma para coger un camino a la izquierda que poco después dejaríamos para girar a la derecha y tomar otro que nos llevó a una impresionante bajada tras la cual, como suele pasar, vino lo que todos temíamos: una enorme subida. Volvimos a descender siguiendo el camino y retomamos el que habíamos llevado a la salida que nos llevaría a Ricobayo, subiendo, como no podía ser de otro modo.

Muy bonita ruta, pero de cierta dureza. Una auténtica "rompepiernas".

Embalse de Ricobayo desde la salida, en Muelas del Pan.

Atravesando "El Sofreral", en el término de Cerezal de Aliste.

Iniciando un descenso cerca de Villaflor.

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Zamora - Fresno y regreso por GR-14

Salimos a las 9 h. del lugar habitual, y empezamos a rodar por el carril bici, sin darnos cuenta de que para hacer el recorrido que pretendíamos no había que tomar esa dirección. El caso es que cuando nos dimos cuenta ya no merecía la pena dar la vuelta, así que hubo que improvisar una ruta con la única premisa de ir cara al viento. Por ello rodamos casi en paralelo al río hasta Fresno de la Ribera, al principio por la izquierda de la N-122, después algún kilómetro por esta, más tarde por un camino con firme muy irregular, pasamos después junto a graveras y sembrados de tepes que da gusto verlos. Y siempre con una constante: el viento. Un viento que molestaba a nuestros oídos, que nos frenaba enormemente y que hacía que rodáramos a velocidades irrisorias yendo, como íbamos, por una gran llanura.

Tras atravesar Fresno, de nuevo volvimos a rodar por la N-122 de la que nos desviamos para tomar un camino a la derecha que nos condujo hasta la carretera que nos llevaría al único puente que hay entre Zamora y Toro para poder cruzar el Duero. En ese punto cambiamos la dirección y, por fin, logramos zafarnos del viento. Tras una breve parada junto a dicho puente tomamos la carretera hasta las inmediaciones de Villalazán donde cogimos un camino que, bordeando Las Contiendas, nos llevó al GR-14, que seguimos hasta Villaralbo. Cruzamos esta localidad y seguimos el itinerario habitual que nos devolvíó a Zamora en un plis plas, no sabemos si porque estamos en un estado de forma excepcional o porque llevábamos el viento de espaldas...

Rodando cerca de Coreses.

Rodando por carretera cerca de Villalazán.

Cereales y nubes cerca de Madridanos.

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Btt "Arroz a la zamorana 2015"

En la V edición de la BTT "Arroz a la zamorana" participaron seis "bikers". La primera parte, según su relato, fue muy dura, con rampas empinadas y larguïsimas, y con descensos peligrosos. Tan dura les resultó que más de uno pensó en dar por concluida la ruta al pasar por Carbajales la primera vez. Pero unos a otros se animaron e hicieron también el segundo recorrido, resultando este mucho más asequible y por ello disfrutaron más en este tramo que en esa dura primera parte. En total realizaron unos 54 km. Algunas esposas se animaron a realizar la ruta a pie y concluyeron un recorrido de 25 km.

Pero lo mejor vino tras la ducha, una agradable comida en un restaurante de la localidad e incluso una copa al llegar a Zamora.

Zamora-Corrales-Zamora (por Pontejos)

Hoy la ruta la marcó la meteorología. Como había viento y este venía del sur nos dirigimos hacia esa dirección para llevarlo de cara y a la vuelta que nos ayudara por la espalda.

Salimos de la capital por el carril bici Zamora-Morales. Al llegar a esta localidad tomamos el camino de Pontejos y continuamos recto una vez sobrepasado el pueblo. Cuando no nos quedó más remedio que girar a un lado u otro lo hicimos a la izquierda para, poco más adelante, hacerlo a la derecha. Pasamos cerca de Jambrina y, tras desviarnos a la derecha en un momento dado, hicimos una larga subida y pasamos también muy cerca de Peleas de Abajo. Más adelante el camino nos llevó a un inmenso huerto solar, y poco después a la cerámica SaZa para, inmediatamente, llegar a Corrales del Vino.

Sin apenas entrar en Corrales nos desviamos para coger el camino de Peleas de Abajo, si bien paramos enseguida a tomar el almuerzo. Poco después continuamos nuestra marcha y en pocos minutos llegamos a esta localidad donde cogimos la carretera unos cientos de metros para poco después desviarnos a la derecha para ir a Cazurra. Desde Cazurra volvimos a Pontejos y desde esta localidad nos dirigimos hacia Zamora haciendo, eso sí, varios cambios de dirección, incluso tomando un pequeño tramo de carretera, para finalmente entrar en Zamora por el puente de Cardenal Cisneros. Y no deja de ser una suerte, porque al entrar por ahí no nos quedó otra que hacer una parada en el Merendero para "hidratarnos" en la medida de lo posible.

Rodando en las proximidades de Pontejos.

Bikers cerca del huerto solar en el término de Peleas de Abajo.

Paisaje de cereal.

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La que debió ser "Ruta de los Castillos v.2"

No siempre salen las cosas bien. El Día del Trabajo teníamos ilusión por hacer una ruta sencilla y bonita al mismo tiempo, la de los Castillos de Toro v.2 (variaba algo de la primera que hicimos hace ya un par de años).

El día amaneció desapacible, gris, oscuro, amenazando lluvia y con viento, pero nada de esto nos amilanó. Cargamos nuestras bicis en dos coches y enseguida nos pusimos en Toro.

Iniciamos la ruta y la lluvia nos iba respetando, pero poco después de pasar Villavendimio empezamos a tener problemas con el barro, aunque no estaba aún muy húmedo empezaba a pegarse a las ruedas...

"Bikers" poco antes de la caída que marcó esta ruta.

Continuamos pedaleando y cuando ya divisábamos la torre del homenaje del castillo de Villalonso se me cayeron las gafas de sol que, ante su ausencia, llevaba enganchadas en una cinta de la mochila. El compañero que iba detrás de mí las vio caer y lo dijo, el siguiente frenó casi en seco y el siguiente, por no darse con el anterior, clavó el freno de adelante, la rueda se le giró y salió volando cayendo de cabeza sobre la tierra. Enseguida acudimos a socorrerle y al principio estaba aturdido. Comprobamos que, sin duda, el casco había cumplido su misión, de hecho tenía todo el borde marcado en la frente como si se hubiera producido un derrame interno (más tarde comprobaríamos que dicho casco se había roto por dos sitios).

Cuando se le empezó a pasar el susto y el aturdimiento comenzó a llover, pero aún así nos disponíamos a seguir... Hasta que a alguien se le ocurrió mover la bici protagonista de la caída y comprobó que la rueda delantera estaba totalmente doblada y que era imposible seguir con ella.

Tomamos decisiones enseguida. El protagonista de la caída y un acompañante se dirigieron al cercano Villalonso y los cuatro restantes tomaron sentido contrario para ir a Toro, desde Villavendimio por carretera para acortar; coger los coches y regresar a Villalonso a buscarlos.

Ya todos en Villalonso todos nos reímos de lo ocurrido, sin despreciar su gravedad, y decidimos ir a Tiedra a tomar algo al Complejo de Turismo Rural, que está muy, pero que muy bien. Tanto es así que hemos puesto ya fecha para hacer una ruta por allí y así poder comer un buen asado en este lugar.

Así es como esta ruta terminó siendo un paseo de 16 km para unos y de 25 para otros. Otra vez será...

Ruta de la Colza (Zamora-Corrales-Zamora)

Esta ruta la hicimos para ver las plantaciones de colza que hay por la zona sur de Zamora y que en estos días están en su máximo apogeo de floración.

Salimos de Zamora por el GR-14, pero al llegar al Polígono "Los Llanos" lo abandonamos para tomar un camino a la izquierda, bordeando la carretera. Al llegar a la carretera de Entrala giramos de nuevo a la izquierda y rodamos por ella unos cientos de metros para girar enseguida a la derecha y coger el "carril bici" Morales-Zamora que nos llevó hasta el propio Morales.

Cruzamos el pueblo y tomamos el llamado camino de Entrala pero no llegamos a esta localidad. Continuamos por buenos caminos hasta que nos aproximamos a las llamadas antenas de Casaseca. Ascendimos hasta su ubicación por una trialera que en un momento dado nos hizo poner el pie en tierra por falta de agarre. En cuanto pudimos volvimos a montar y ya hasta arriba. Desde lo alto la vista merecía la pena, sobre todo por esos campos amarillos repartidos por todos lados. Bajamos y enseguida llegamos a Corrales.

Tras atravesar Corrales cogimos la carretera que conduce a la cerámica SaZa, y continuamos por buenos caminos hasta Casaseca de las Chanas. Desde allí también por buenos caminos y con varios cambios de dirección, incluso haciendo algún kilómetro por carretera (la que une Morales con Arcenillas), llegamos a la carretera de Moraleja, que atravesamos y desde allí encaramos hacia el río, entrando en Zamora por el puente de Cardenal Cisneros, que nos dejó justo en el merendero de Los Tres Árboles donde nos hidratamos y pasamos un buen rato.

El grupo cerca de las antenas de Casaseca de Campeán.

Vista desde la base de las antenas de Casaseca de Campeán.

Descenso hacia Corrales del Vino.

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El Viso por Las Contiendas

Hoy madrugamos más de lo habitual porque había que terminar pronto. Fuimos conservadores al escoger la ruta porque había estado lloviendo durante la semana y podíamos encontrar el temido barro arcilloso, así que decidimos tomar dirección Villaralbo y una vez allí seguir el GR-14 hasta Madridanos.

Pasado Madridanos nos dirigimos hacia "Las Contiendas", también conocido como "El culo del mundo". Una vez llegamos hasta allí las bordeamos por el camino que va en paralelo. Una vez que estuvimos frente a "El Viso" giramos noventa grados a la izquierda y fue un gran error, porque hasta allí no habíamos tenido ningún problema con el barro, pero fue entrar en este camino y las capas de arcilla empezaron a engordar nuestras ruedas hasta el punto de tener que parar un par de veces a arrancar el barro que impedía que giraran.

Este camino desembocó en otro, giramos a la derecha y enseguida a la izquierda para coger el que nos llevó donde empieza la subida a "El Viso". Al llegar al comienzo de esta decidimos subir y así, poco a poco, logramos coronar y disfrutar de las estupendas vistas que desde allí se ven.

Sin llegar a enfriarnos iniciamos el descenso y continuamos hacia Bamba. Traspasado este giramos a la derecha para dirigirnos a Moraleja, que bordeamos y en un momento dado giramos a la derecha, hacia el cementerio, para retomar el GR-14, esta vez en sentido contrario, para enseguida llegar a Villaralbo y desde aquí, con algo de aire en contra a Zamora. Al llegar no quedó otra que dirigirnos a la gasolinera siguiendo el carril bici para quitar el barro que aún teníamos pegado.

Objetivo conseguido porque eran las 11,30 h. y ya habíamos terminado una ruta de 45 km.

Rodando por el GR-14 cerca de Las Contiendas.

Rueda delantera llena de barro.

Vistas desde El Viso.

Iniciando el descenso de El Viso.

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Mirandesa

Hoy era el día previsto para hacer la ruta Mirandesa y se vistió de gala para la ocasión, regalándonos un día soleado con la temperatura ideal para rodar en bicicleta.

Iniciamos la ruta tomando el GR-14 a la salida de Zamora. Tal y como esperábamos al llegar a las cercanías de Entrala apareció el temido barro que va formando capas sobre la rueda y que es arcilla pura. Tan solo fueron unos cientos de metros pero los suficientes como para tener que parar en una fuenta a la salida de Tardobispo para limpiar las trasmisiones.

Tras esta parada técnica continuamos camino sin novedad hasta Pereruela. Tras cruzar esta localidad el paisaje se hace sayagués y comenzamos a disfrutar de las vistas. Aprovechando una pequeña caída de un biker hicimos una parada y comimos algo. Continuamos y enseguida llegamos a las proximidades de Arcillo, que bordeamos siguiendo lo que nos marcaba el GR-14. Pronto estuvimos en el precioso puente de la Albañeza. Tras atravesarlo seguimos rodando hasta Abelón, pero enseguida dejamos atrás esta localidad para dirigirnos a Moral de Sayago. Tras recorrer el pueblo giramos a la salida noventa grados a la derecha. A partir de aquí las balizas son de color blanco y amarillo porque el GR-14 toma otros derroteros. Poco después el camino se pierde si bien se van encontrado balizas en la mayoría de los lugares en los que surgen dudas de hacia donde continuar.

La ausencia de camino en esta zona castigó nuestras piernas al tener que rodar sobre hierba crecida y muy húmeda y por terreno de mal firme. Continuamos y pronto llegamos a Torregamones, donde hicimos otra parada técnica para volver a reponer fuerzas y comprar agua. Enseguida volvimos a nuestras bicis, al salir del pueblo giramos a la izquierda (no seguir la señalización del GR-14 que vuelve a aparecer aquí) y comenzamos uno de los tramos más bonitos de la ruta. Al comienzo el camino es ancho, de excelente firme y ligeramente descendente. Más tarde el camino se va estrechando, inclinando y haciéndose más técnico y, también más bonito. Se va descendiendo con pendientes pronunciadas hasta que por fin, y tras tener que coger la bici al hombro unos metros, llegamos a la presa de Miranda.

Pero quedaba lo mejor... Aunque nuestras piernas ya venían castigadas iniciamos la subida a Miranda por carretera, poco a poco, y así, metro a metro y sufriendo sobre el sillín, y cada uno a su ritmo, logramos llegar todos arriba. ¡Objetivo conseguido!

Rodando por el GR-14 en las proximiades de Entrala.

Bikers en un paisaje típico sayagués.

Camino entre dos fincas cerca de Abelón.

Primavera en Sayago.

Subiendo hacia Miranda do Douro.

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Algodre por Fresno

Iniciamos la ruta una perfecta mañana de Pascua, con sol radiante y eso sí, la temperatura bastante baja. Salimos de Zamora por el carril bici y continuamos un tramo en paralelo a la N 122, circulamos por ella unos cientos de metros y la abandonamos tomando un camino a la derecha que, tras empalmar con otros y después de algunos cambios de dirección, nos llevó hasta Fresno de la Ribera. En esta localidad continuamos por la indicación de Matilla La Seca, pero enseguida abandonamos esa carretera y cogimos un camino que nos condujo, tras una larga subida, al C.T.R. industriales no peligrosos.

Allí comimos el almuerzo y tras volver a subir a las bicis y recorrer un pequeño tramo giramos a la izquierda e iniciamos una larga bajada. Continuamos por un buen camino de concentración y en un momento dado viramos a la derecha y tomamos un camino más estrecho que se fue empinando, haciéndolo más aún en la última rampa. Al llegar arriba pudimos contemplar una buena vista del valle del Duero.

Tras esa subida seguimos por un camino que está rodeado de pequeños árboles hasta que gira a la izquierda e inicia una larga y tendida subida que nos condujo a las cercanías de la que llamamos "la antena de Algodre" desde donde también pudimos contemplar buenas vistas. Llaneamos como un kilómetro y tomamos una larga bajada que nos condujo a Algodre. Desde allí cogimos anchos caminos de concentración que, tras algunos cambios de dirección, nos llevaron a Molacillos.

Al salir de Molacillos nos dirigimos a la izquierda y después de recorrer una larga recta giramos a la derecha para enfilar ya hacia Zamora, adonde llegamos con tiempo suficiente como para poder hidratarnos y hacer planes para la salida del próximo Domingo.

Rodando en las proximidades de Coreses.

Paisaje castellano cerca de Fresno de la Ribera.

El grupo ascendiendo un buen camino entre Fresno y Algodre.

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Cascadas de Abelón y desembocadura del Esla desde Arcillo.

En esta ocasión nos desplazamos hasta Arcillo para iniciar allí la ruta. Con más fresco y menos sol de lo esperado partimos cogiendo el GR-14 a la salida del pueblo, siguiéndolo sin más novedad que una vaca asustada que casi atropella a algunos y el bonito paisaje que íbamos encontrando a pesar de que esa falta de sol le restaba parte de su encanto.

En Abelón tomamos el camino que conduce a las cascadas, cuando ya la inclinación lo convierte en no ciclable aparcamos las bicis y bajamos caminando hasta la orilla del Duero para contemplar desde allí las cascadas. Nos decepcionó la poca cantidad de agua que arrojan este año, pero aún así el paisaje allí es espectacular.

Tras las fotos de rigor ascendimos para recuperar nuestras bicis. Con ellas en la mano continuamos ascendiendo hasta el punto donde se toma el camino que se dirige hacia la desembocadura del Esla. Una vez cogido este alternamos los tramos en los que íbamos pedaleando y los que íbamos a pie. Finalmente llegamos a la ermita desde donde hay unas vistas impresionantes. Allí comimos nuestro almuerzo e hicimos unas risas.

Volvimos al camino iniciando un ascenso largo pero llevadero. Al terminar este giramos a la izquierda para volver a Abelón. Volvimos a atravesar el pueblo, salimos de él recorriendo unos cientos de metros por la carretera y tomamos un camino a la izquierda que nos llevó de nuevo al GR-14 que seguimos durante unos cinco kilómetros, tras los que giramos a la derecha para llegar por muy buenos caminos hasta Gáname. Desde esta localidad nos dirigimos a Fadón, tras cruzarlo salimos a la carretera y continuamos por ella algo menos de 3 km., hasta poco después del puente Sogo, donde giramos a la izquierda. A partir de este punto la ruta recorre caminos estrechos, serpenteantes y entre encinas hasta llegar de nuevo a Arcillo. Allí a los que tenían tiempo les esperaban unos huevos fritos aderezados con pimentón que les reconstituyeron.

Una espectadora en el GR-14.

Bajando hacia las Cascadas de Abelón.

Desembocadura del Esla en el Duero.

Puente y arroyo típicos de Sayago.

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