Hay rutas que son bonitas por sí mismas, por sus recorridos, pero hay otras que su belleza reside en lo que encontramos a ambos lados de los caminos. Hoy es el caso de estas últimas, donde lo mejor de la ruta lo hemos encontrado en los paisajes marinos que hemos podido ver a nuestro paso.
No madrugamos para partir, en absoluto, porque amaneció en Barbate con una niebla baja que impedía ver más allá de cien metros. Poco a poco el sol se fue abriendo paso, y una vez que fueron desapareciendo esas nubes decidimos que era un buen momento para comenzar, pero claro, eran las 11.
Recorrimos algunas calles de Barbate para llegar al puente que cruza el río del mismo nombre que la localidad. Allí mismo nos unimos a un carril bici que creíamos que llegaba hasta Zahara de los Atunes. Desde el propio puente pudimos contemplar una bonita panorámica del pueblo.
Una vez en la otra orilla continuamos rodando por el carril bici, si bien como un kilómetro después se terminó y continuamos por el camino que había en su lugar.
Enseguida el camino se nos complicó porque aparecieron un par de zonas con mucha arena por la que era casi imposible avanzar, de hecho nos tocó poner pie en tierra y avanzar con la bici en la mano hasta salvar esos bancos (unos cincuenta metros). Más adelante entramos en una zona en la que el camino estaba compactada y se rodaba sin problema pero poco después ya vimos carril bici delante de nosotros. Al llegar a este vimos que estaba cortado con un aviso que ponía que estaba prohibido el paso. La alternativa era la carretera, que en todo momento llevábamos en paralelo a unos metros, pero que no tiene arcenes e iba cargada de tráfico. Ante meternos en el carril bici o jugarnos la vida, optamos por la primera opción, así que bordeamos la cinta que impedía el paso y nos introdujimos en él. Como no veíamos a nadie rodando o corriendo íbamos preparando respuestas por si la Guardia Civil nos veía desde la carretera.
Imaginamos que este carril bici está cerrado porque, a pesar de ser de reciente construcción, está repleto de fisuras por no haber compactado bien el terreno. Solo esperamos que no se haya pagado ya a quien lo construyó porque como haya cobrado dudamos que lo arregle.
Tras descender ligeramente por una larga recta, en la que íbamos atravesando la zona de adiestramiento militar Sierra del Retín. Y a nuestra derecha siempre el mar.
Al final de la recta comenzamos una subida suave a la que le sucedió una bajada y algunos pequeños ascensos y descensos más.
Poco después nos encontramos con una estampa que nos llamó la atención porque los de tierra adentro tenemos asociada la idea de vacas pastando a zonas verdes y de interior, sin embargo delante de nosotros teníamos unas decenas de vacas comiendo la agostada hierba junto al mar.
Continuamos rodando sin problemas por el carril bici, si bien cada vez que había un camino que entraba desde la carretera había la consiguiente prohibición de continuar por la vía de bicicletas.
Llegando a Zahara de los Atunes se terminó esa y seguimos por un camino que cruzaba un aparcamiento. Más adelante se estrechó y terminó siendo un senderito que iba pegado a la carretera. Poco después el camino se terminó y tuvimos que pasar al otro lado del "quitamiedos". Justo después llegamos a la rotonda de entrada a esta localidad.
Entramos en Zahara y recorrimos algunas de sus calles que hoy, Domingo de agosto, estaban repletas de tráfico y hasta con bici se avanzaba lentamente. En una placita encontramos una gran escultura de un bonito, que nos pareció igual a la que hay en Barbate.
Continuamos a lo largo del pueblo y, cuando terminó este, seguimos rodando por una carretera que discurre junto a urbanizaciónes de apartamentos y hoteles. Al pasar junto a una bocacalle nos acercamos hasta la playa a través de una pasarela de madera que daba acceso a una zona con un chiringuito y que comenzaba a poblarse de gente.
Salimos de nuevo a la carretera por la íbamos y seguimos adelante. Comenzamos a ascender y desde la parte más alta nos asomamos a un claro de vegetación y de edificaciones y pudimos contemplar una buena panorámica de la playa.
Pequeños ascensos y descensos se fueron sucediendo siguiendo hacia el faro. Desde otra zona alta pudimos ver una bonita zona de acantilados.
Finalmente llegamos a una barrera metálica con un paso que solo permite el acceso a peatones. Pasamos al otro lado y nos encontramos con una subida bastante empinada y como de un kilometro de largo. Al termino de esta nos encontramos de frente con el faro de Camarinal.
Nos acercamos hasta él para contemplar las vistas, y estas no eran nada malas, desde luego...
Y mientras discurría esta ruta por la zona de Barbate, otros ciclistas de Bikers Duri hicieron un recorrido que les llevó de Zamora al denominado Pino de Gema, y otro optó por la bici de carretera para dirigirse desde Morales del Vino hasta Valdefinjas, pero ni unos ni otro iban acompañados del cronista, de ahí que sus rutas no esté relatadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario