7 de agosto de 2024

Nuevos caminos por Sanabria

Seguimos explorando nuevos caminos en la comarca zamorana de Sanabria. En esta ocasión hemos pasado por una gran cantidad de localidades para, finalmente, hacer menos de 40 kilómetros, eso sí, bonitos, entretenidos y variados. 

Esta ruta circular parte de Rabanillo para dirigirse a Galende, pero no por el camino más corto, sino dando un rodeo que consistió en comenzar por el Camino Tradicional Rabanillo-Quintana, un precioso camino con pequeñas subidas y bajadas y bajo la cubierta de los robles. Al entrar en esta localidad continuamos por un camino que partía a nuestra derecha. Este camino, también entre robles y con algún ejemplar de castaño que bien mereció una foto.


Siguiendo por este camino llegamos a Galende, donde llegamos después de una larga y empinada bajada.

Continuamos bajando, en esta ocasión, hacia la parte baja del pueblo, cruzamos el río y tomamos el Camino Tradicional Galende-Pedrazales. Este es casi una subida continua hasta poco antes de llegar a Pedrazales. 

Desde esta localidad abandonamos la tierra para seguir por asfalto, un carreterita local sin apenas tráfico, para dirigirnos a Trefacio. Comenzamos subiendo pero, tras esa subida inicial, comenzamos un descenso con varias curvas divertidas que nos llevó hasta la entrada de Trefacio. 

Cruzamos este pueblo por la carretera y, casi a la salida, nos desviamos ligeramente a la izquierda para, poco después, continuar por el Camino Tradicional Trefacio-Villarino. Como suele ser habitual, entre robles, fuimos avanzando hacia esa localidad. 


Antes de llegar a Villarino pudimos ver un jabalí que se encontraba a un lado del camino. Al vernos escapó rápido, sin darnos tiempo a sacar la cámara para dar testimonio de lo que estamos contando. Al llegar junto al pueblo nos desviamos ligeramente para entrar en el pueblo para, enseguida, volver al mismo punto y comenzar un tramo, casi todo descendente, hacia la Playa Fluvial de Corneira. Al llegar a esta nos acercamos al río. En él hay una pequeña presa. Por encima de esta el agua está retenida para que la gente pueda disfrutar del baño.


Desde Corneira subimos a tomar el Camino Tradicional Galende-El Puente. Para llegar a él cruzamos de nuevo el río Tera por un puente y ascendimos por una subida muy empinada y con el firme suelto que complica ese ascenso. 

Una vez en el camino tradicional tuvimos que subir por una cañada en la que se pueden ver perfectamente las raíces de los robles. Después hay un tramo llano para llegar a El Puente descendiendo.


Al llegar a esa localidad giramos a la izquierda, cruzamos un puente y continuamos recto. Otra vez toca subir piñones para enfrentarnos al empinado camino, en esta ocasión sin apenas vegetación y con buenas vistas cuando, una vez en la parte más alta miramos hacia atrás. 


Al terminar el ascenso llaneamos unos cientos de metros y giramos a la izquierda para seguir por un camino entre robles que nos llevó hasta la iglesia de Sampil. Desde allí recorrimos algunas calles de este pueblo para salir de él por un senderito. Este single track trazado atravesando un robledal no gana en anchura a medida que se avanza por él. Lo que si hace es dos giros de casi ciento ochenta grados. 


Después de ese segundo giro prácticamente entramos en un túnel realizado por la vegetación y que es la antesala de Chaguaceda, un pueblo abandonado. 


Cuenta la leyenda que sus pobladores sufrieron la peste, producto de una maldición, y esa diezmó el número de habitantes. Los supervivientes terminaron abandonándolo. Ahora es un lugar con cierta magia, casi oculto por los robles, con las casas semiderruidas y la vegetación creciendo por todos lados. 


Dejamos atrás Chaguaceda saliendo por el mismo camino que traíamos, sin cambiar de dirección. Después del pueblo el camino ensancha y es una buena pista con un ligero ascenso. Termina este en una carretera. Nos incorporamos a ella girando hacia la izquierda y enseguida entramos en Robleda. Hacemos un recorrido por varias calles y salimos a la carretera que va a Valdespino. Seguimos por ella unos cientos de metros y nos desviamos hacia la derecha para continuar por un camino ascendente. La segunda mitad de este está poco marcado y hay algunas piedras que dificultan algo la rodadura. Finalmente pasamos junto al cementerio y entramos en Cervantes. 

Hay una teoría que mantiene que esta localidad es la cuna de Miguel de Cervantes. En toda la comarca hay muchos carteles informativos con fragmentos de "El Quijote" que podrían referirse a los lugares donde están enclavados dichos carteles. Y en la que podría ser su localidad natal pasamos junto a la que llaman la casa del escritor. 


Desde este pueblo tomamos el camino que lo une con Paramio. Se trata de una bajada continua, entre robles, cómo no, sinuosa y super divertida, y podría serlo más si no hubiera algunas piedras, caídas de las tapias que en algunos tramos lo bordean, que obligan a tomar algunas precauciones. 

Cuando llegamos a Paramio nos dirigimos hasta la iglesia, en cuya pórtico encontramos una estela romana entre los sillares que hay junto a la puerta.
 

Desde allí descendemos hacia la parte baja del pueblo y, casi al terminar este, giramos a la izquierda para seguir por un senderito hacia la cercana localidad de Ferreros. Este caminito tiene algunas decenas de metros con muchas piedras caídas de las tapias que lo bordean. Se cruza un arroyito y se comienza a ascender. Después hay que realizar un giro de  180º y se sigue subiendo hasta llegar a las primeras casas de Ferreros. 

Pasamos junto a la iglesia y la plaza y nos desviamos hacia la derecha para tomar el llamado Camino del Filo. Otro camino también divertido porque es sinuoso y descendente. En el último tramo del descenso hay algunas piedras sueltas que obligan a frenar más de lo que nos gustaría. Al llegar a la vaguada comenzamos un ascenso y enseguida nos desviamos a la izquierda. El nuevo camino tiene buen firme y se rueda bien por él. Aunque hay tramos con más vegetación, después comienza a estar bordeado de escobas, lo que permite tener una buena vista del horizonte. 


Siguiendo por este camino llegamos a una carretera. Seguimos por ella como un kilómetro y la abandonamos girando a la izquierda para seguir hacia algunas viviendas unifamiliares, las primeras de Castellanos. Recorremos más de un kilómetro atravesando esta localidad hasta llegar a la carretera de Puebla  de Sanabria al Lago. Cruzamos al otro lado y comenzamos una bajada que nos llevará hasta la Playa Fluvial de Castellanos. 

Desde esta continuamos por el camino que nos llevará hasta El Puente. Este está trazado en paralelo al río Tera y cuenta en este tramo con una subida algo rota y la consiguiente bajada. Después hay un tramo llano que termina a la entrada de esa localidad. Ya en la carretera cruzamos el puente sobre el río y continuamos por la carretera de Sotillo. Unos quinientos metros después giramos noventa grados para desviarnos a la derecha y comenzar una subida. En algunos tramos el camino ya casi no existe pero aún se puede ciclar por él. Terminamos el ascenso al tiempo que acaba el camino, justo a la entrada de Rabanillo, poniendo así también el punto final de esta ruta. 


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