7 de septiembre de 2025

Por el Parque Natural Bahía de Cádiz

En la costa de Cádiz, cerca de la capital, se encuentra el Parque Natural Bahía de Cádiz, humedales que pueden recorrerse por una infinidad de caminos. Hoy, saliendo de Fuente del Gallo rodamos hasta allí y pudimos disfrutar de una parte de estas marismas.

Íbamos a ser cuatro bikers pero un dolor en un pie impidió salir a uno, por lo que, finalmente, fuimos tres. Comenzamos a pedalear a las 9.00 h. En ese momento había 20º, una temperatura ideal, la pena fue que había niebla alta, que impedía ver el sol y que nos robó la luz propia de la costa. 

Después de pasar por una zona de chalés, nos desviamos a la izquierda para seguir un senderito que rodea algunas propiedades y que nos llevó hasta el mar, desde donde pudimos contemplar toda la Playa de Fuente del Gallo.


A partir de ahí iniciamos un recorrido espectacular de un kilómetro y medio, sinuoso y divertido bordeando las distintas calas de la costa: Cala Camacho, Cala Sudario, Cala de los Pitones y Cala del Aceite.


Desde esta fuimos hacia el interior para continuar por un camino que nos llevó hasta una carretera por la que descendimos unos cientos de metros hasta llegar al Puerto de Cabo Roche. Allí nos encontramos con cientos de anclas utilizadas en la almadraba del atún.


Allí mismo iniciamos una subida, con una inclinación considerable, que nos llevó hasta el Faro de Roche.


Nada más pasar junto al faro iniciamos otro tramo junto a la costa, pasando cerca de otra serie de calas, las llamadas Calas de Roche.  


Como un kilómetro y medio después continuamos atravesando, ya por asfalto, Roche, una urbanización enorme. 


Al terminar Roche continuamos, un tramo por asfalto y otro por carril bici hasta Sancti Petri. 


Una vez en esta zona recorrimos, también por carril bici, la avenida repleta de hoteles, apartamentos y campo de golf.  


En una primera rotonda que encontramos continuamos recto, pero en la segunda giramos a la derecha y entramos en otro carril bici, sin segregar de la carretera, dirección a Chiclana de la Frontera. 


Después de unos cuatro kilómetros, en una rotonda, continuamos hacia la izquierda, más adelante, en otra rotonda, seguimos hacia el lado contrario y, más adelante, empezamos a rodar por una calle de Chiclana. Poco después llegamos a un puente sobre el río Iro. Lo cruzamos y proseguimos hacia la izquierda. 


Como medio kilómetro más adelante llegamos a la zona de marismas, iniciando nuestro recorrido por las mismas por el Camino Manuel Barberá "Manguitas", un humilde pescador que terminó por tener una cadena de marisquerías por la zona. 


Poco después pasamos junto a una de las estatuas de Melkart que hay repartidas por la zona. Los lugares donde se encuentran están relacionados con la travesía que realizaron los fenicios en el siglo VII a.C hasta fundar el asentamiento que hoy conocemos como Chiclana.


Proseguimos nuestro recorrido por las marismas del Parque Natural Bahía de Cádiz rodando por buenas pistas y rodeados siempre de agua. 


Una buena parte del recorrido la hicimos junto al río Iro. Pasamos por distintos puentes que nos permitieron cruzar varios canales. 




Y también cruzamos un puente de mayor tamaño, este para salvar el caño de Sancti Petri.


Una vez al otro lado seguimos nuestro recorrido junto a dicho caño. Desde el camino pudimos ver algunos flamencos, pero algo más adelante nos encontramos con un nutrido grupo.


Cuando ya estábamos cerca de San Fernando giramos a la izquierda para continuar por una pista sinuosa que nos llevó hasta otro puente. 


Una vez cruzado este, y tras continuar recto, llegamos a una avenida de San Fernando. Nos incorporamos a ella hacia la derecha y seguimos recto. Poco más de un kilómetro después llegamos a una gran rotonda. Junto a ella se encuentra el Centro de Interpretación de Camarón y una estatua de este gran cantaor, que nació, vivió y fue enterrado en esta localidad. 


Nos hicimos una foto con él entre nosotros y continuamos adelante unos cientos de metros más, hasta la Plaza del Castillo.


Junto a esta paramos en una cafetería/churrería. Allí, en la terraza, nos tomamos un café.  y un par de churritos. 


Bueno, un café con un par de churritos, y cuando decimos "churritos" lo decimos con razón. 


Tras este receso volvimos a sentarnos sobre los sillines y emprendimos la vuelta. Salimos de San Fernando cruzando el Puente Zuazo y desde allí iniciamos un recorrido junto a las marismas pero con menos interés que el de la ida, porque este va junto las vías del tren y junto a la autovía. 


Después de unos seis kilómetros entramos de nuevo en Chiclana, pero en otra zona diferente. Cruzamos el río por otro puente y nos dirigimos hacia la Plaza Mayor. 


Allí, con la Iglesia Mayor detrás, nos hicimos una foto y enseguida continuamos recorriendo alguna de sus calles.


Después de unos tres kilómetros, ya fuera de Chiclana, llegamos a una rotonda por la que habíamos pasado en el camino de ida, desde allí comenzamos a seguir el mismo itinerario que un par de horas antes, salvo que en dirección contraria. 

A lo largo de seis kilómetros el recorrido de vuelta fue exacto al de ida, pero ya en Sancti Petri realizamos una variante de la que no tenemos imágenes porque nuestra cámara se quedó sin batería. Dicha variante consistió en realizar un recorrido por pasarelas por la parte de atrás de los hoteles y muy cerca de los acantilados. Es un tramo muy bonito y divertido. 

Después volvimos a atravesar Roche y a continuación hubo otra variación respecto a la ida y fue que evitamos el tramo de los acantilados. Pasamos de nuevo junto al Faro de Roche y, posteriormente, volvimos a saltarnos una zona de acantilados, la mitad más o menos. Poco antes de terminar ese tramo hicimos un breve pausa para poder hacer una foto con el móvil. Daba pena tener una vista tan bonita y no dejarla inmortalizada. 


Aunque la temperatura había ascendido hasta los 25º en esos momentos, el sol seguía sin abrirse paso, una pena porque el espectáculo habría sido aún más bonito. 

Finalmente, el último kilómetro y medio fue un calco exacto del recorrido de la ida. Al llegar hubo premio, es decir, una cervecita y bañito. ¡Más no se puede pedir!






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