Terminando el año sobre la bici

En la mañana de este día de Nochevieja nos juntamos seis bikers en el lugar habitual. Salimos de Zamora por San Frontis tras haber cruzado el Puente de Piedra y tomamos el GR-14. En el Brocal de las Promesas se nos unió el séptimo biker y continuamos.

Si hay un fenómeno meteorológico que odiamos los aficionados a la bici es el viento, el viento de cara para ser más exactos, porque cuando nos empuja por detrás nos encanta ; ), y hoy nos lo encontramos totalmente de frente.

Los primeros kilómetros fueron duros por el propio viento y porque fueron de ligera ascensión continua.



Tras dejar a un lado Tardobispo seguimos con dirección a Las Enillas, pero tampoco llegamos a pisar esta localidad. Nuestro objetivo era llegar a La Tuda y hacia ella seguimos.

Ya en este pequeño pueblo hicimos una parada para comer algo y poco después nos volvimos a subir en nuestras bicis para seguir por la carretera local hasta Pereruela.

Ahora, por fin ya con el viento casi, casi de espaldas. Llegamos a esta localidad y tras cruzar algunas calles la abandonamos por un camino que nos llevó a una carreterita por la que no recordábamos haber pasado con anterioridad.

Poco después vimos San Román a nuestra izquierda y proseguimos para coger el camino que lleva a la Carba.

Enseguida comenzamos el descenso, cada día más peligroso por la enorme cantidad de piedras sueltas que han dejado motos y quads.

Abajo nos reagrupamos y seguimos en paralelo al río Duero por el mismo camino por el que habíamos rodado quince días antes. Vimos Carrascal pero tampoco entramos, sino que viramos a la derecha para llegar a Las Chanas y bordearlas por un camino técnico que nos gusta mucho.

Tras este recorrido volvimos al "buen camino" por el que seguimos hasta que, ya cerca de Zamora, nos desviamos a la izquierda y tras recorrer unos cientos de metros terminamos en la carretera de Carrascal.

Cerca del Puente de Piedra hicimos una parada para hidratarnos y despedirnos hasta el Nuevo Año.

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Relive 'Morning Dec 31st'

Ni la niebla ni el frío nos dejó en casa

Un invierno sin nieblas en Zamora no sería invierno, así que hoy nos tocó. Y lo malo no es la niebla, sino que, cuando está presente, la temperatura no sube nada, suele ser muy húmeda y termina por ser molesta, muy molesta... Pero es lo que hay...


Pero aparte de la niebla, empezamos mal... Un bíker no conseguía hinchar su rueda, así que antes de salir le pusimos una cámara. A los doscientos metros volvió a perder aire, así que dimos la vuelta y en su trastero le cambiamos cubierta y cámara. Perdimos media hora, pero pudo salir con nosotros.

Debido al retraso decidimos no hacer el track que íbamos a seguir e improvisar uno más corto, al fin y al cabo en Nochebuena no conviene pegarse una paliza y estar echo polvo a la hora de cenar. Iniciamos la ruta por el carril bici, al llegar a Valorio ascendimos hacia San Lázaro, pasamos por San José Obrero y comenzamos a seguir la Vía de la Plata desde la Cruz del Rey don Sancho.

Bordeamos Roales y continuamos siguiendo las indicaciones hasta Montamarta. La temperatura estaba en torno a los -3º así que las plantas de los laterales del camino estaban totalmente blancas, la humedad que emanaba de nuestras chaquetas se congelaba en las mangas y la humedad del ambiente formaba una capa de hielo en los cascos.

A la altura de las primeras edificaciones de esta localidad seguimos las indicaciones del albergue y terminamos cruzando la carretera bajo un pequeño túnel. Continuamos rodando, cambiando varias veces de dirección y cruzando, también por debajo, las vías del AVE y la autovía.

 Teníamos en mente llegar a Cubillos y lo conseguimos. Allí se quedó un bíker y continuamos los otros cinco hacia Monfarracinos.

Llegamos a esta localidad y, tras transitar por sus calles, tomamos una alternativa nueva para todos para llegar a Zamora. Nos llevó hasta la carretera de Villalpando a la altura de la Urbanización Siglo XXI. Desde allí continuamos por el arcén hasta la entrada de Zamora y desde allí callejeamos para llegar a nuestro punto de salida.

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Relive 'Morning Dec 24th'

¿Un molino o un barco en el Duero?

De nuevo con una helada impresionante y con cielo raso, sin una nube, iniciamos la ruta cinco bíkers desde el lugar habitual. Salimos de Zamora por el Puente de Piedra, cogiendo el GR-14 en San Frontis.

Los primeros kilómetros sufrimos las habituales molestias del frío, manos y pies helados, moquilla, etc.; nada nuevo, pero el sol lograba, poco a poco, paliar estas molestias.

No seguimos el GR-14 al pie de la letra, pero terminamos llegando igualmente a Tardobispo. A la salida del pueblo volvimos a la Senda del Duero, pero la volvimos a abandonar enseguida para tomar otra alternativa más bonita, llegando al pie de la Pueblica por la antigua Mirandesa. La helada en esa zona hoy era impresionante.

Continuamos hacia Pereruela, cruzamos esta localidad y proseguimos con dirección Arcillo, si bien no llegamos a descender hacia el Puente de las Urrietas, porque nos desviamos ligeramente a la derecha. Poco después comenzamos a descender hacia el río y el paisaje cambió, nos encontramos mucha más vegetación, encinas, jaras...

Divisamos el Duero y continuamos el descenso, cada vez con mayor inclinación. Y por fin, nos encontramos con la figura de un bonito molino dentro del río.

Su silueta, por un tajamar que tiene al frente, es muy parecida a la de un barco. A pesar de verlo ya, quisimos llegar a su lado y descendimos hasta donde pudimos, justo enfrente.

Al ser una zona totalmente sombría la helada aún no se había desecho y hacía frío, así que tomamos un tentempié rápido e iniciamos el largo ascenso.
Las primeras rampas son las más inclinadas, superadas estas el ascenso es más cómodo.

Tras una parada por un pinchazo continuamos y nos desviamos un poco del camino de la ida, yendo a salir al Puente de las Urrietas. Aprovechando la sequía nos hicimos una foto junto a él y proseguimos, subiendo, hacia Pereruela.

En Pereruela paramos de nuevo por una pequeña avería. Tras arreglarla salimos del pueblo hacia San Román, pasando por la llamada Pradera del Terror. Llegando a esa localidad de nuevo hicimos otra parada por otro pinchazo. Continuamos, la atravesamos y ascendimos para tomar el camino de la Dehesa de Congosta. Descendimos otra vez hacia el río por la Carba, cada vez más peligrosa por la cantidad de piedra suelta.

Ya abajo rodamos en paralelo al río, si bien hubo que hacer dos ascensiones más para llegar a la altura de Carrascal. No llegamos al pueblo, lo dejamos a un lado, para recorrer una zona sin apenas camino marcado, sorteando encimas y agachándonos continuamente para no darnos con las ramas.

Ya en el camino que lleva a Zamora, continuamos por él, terminando en un descenso que nos puso en la carretera de Carrascal, cerca del Puente de los Poetas. Tras una parada en Los Pelambres para ayudar a recuperar la hidratación a nuestros cuerpos, terminamos la ruta donde la habíamos empezado.

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Animación de la ruta

Con Ana (y su ciclogénesis) hasta San Marcial

Tanto han hablado estos días de la superborrasca Ana y de la ciclogénesis explosiva, que a más de uno de este grupo le dio miedo salir de casa, y otros no pudieron por no encontrarse aquí o por otras razones, pero cuatro de nosotros decidimos salir con nuestras bicis y decidir, ya en la calle, si el viento reinante nos permitía o no rodar. Y decidimos que se podía.


Así que partimos a poco más de las 9,00 con dirección al Estadio Ruta de la Plata, cruzando previamente el Puente de Hierro. Al llegar al campo de fútbol lo bordeamos y giramos a la derecha. Enfilamos hacia el Polígono Los Llanos, pero el camino que teníamos que tomar según el track trazado, tenía una valla delante. Bordeamos el muro y a la vuelta nos encontramos con una puerta. Dimos la vuelta, nos adentramos en dicho Polígono y al llegar al final de nuevo nos encontramos con un muro que nos impidió seguir el track. No nos quedó otra que seguir como un par de kilómetros por la carretera, tras los cuales pudimos girar a la izquierda y seguir por un camino que nos devolvió al trazado previsto.

El viento era fuerte, procuramos rodar cubriéndonos unos a otros pero aún así era difícil pasar de 16 km/h en llano y de 12 o 13 en las pequeñas subidas.

Y lo peor de todo, el ensordecedor ruido que producía en nuestros oídos. Así que cuando llegamos al llamado Puente del Andaluz y giramos a la izquierda para ir hacia San Marcial, fue un gran descanso dejar de sentir el viento de frente y en los oídos.

Tras pasar esta localidad cruzamos la carretera y cogimos un buen camino. Tras algunos cambios de dirección llegamos hasta Casaseca de Campeán. Cruzamos también este pueblo y salimos de él por la carretera de Corrales, pero enseguida volvimos a la izquierda hasta que, al llegar a la antigua vía, no había continuidad. En ese momento decidimos convertir esa vía abandonada en la primera Vía Verde ciclable de la provincia de Zamora.

Tras algunos cientos de metros por ella llegamos al camino que queríamos coger, así que la abandonamos, bajamos el talud y ya continuamos por él con dirección a El Perdigón. Tras algunas subidas comenzaron las bajadas en las que cogíamos unas velocidades espectaculares al estar empujados por el viento.

Cerca de este pueblo volvimos a escoger mal el camino y lo que al principio era transitable, se terminó cerrando y acabamos campo a través. Según se ve en la foto se diría que aprovechamos para quitar malas hierbas.

Llegamos a una carretera y rodamos por ella con dirección a la N-630, pero antes de llegar al cruce intentamos seguir por un camino, y algo avanzamos, pero finalmente no tuvimos más remedio que continuar por la Nacional.

Llegamos a Morales del Vino, lo cruzamos y continuamos por la carretera hasta la primera rotonda. Allí tomamos la vía de servicio hasta el Cristo de Morales y aquí ya tomamos el llamado carril bici hasta la capital. Nada más llegar comenzó a llover, tal cual si lo hubiéramos sincronizado.

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Desde Villadepera al corazón de Sayago

Hoy deberíamos haber estado en III Marcha MTB Ufones, pero hace más de un mes que intentamos inscribirnos y ya no había plazas, así que preparamos una fuera de Zamora también, en concreto en Villadepera.


De allí partimos con -1 grado, pero sabiendo que con ese sol y ese cielo no íbamos a pasar frío. Además tuvimos la oportunidad de entrar en calor enseguida porque ascendimos la cuesta que comunica el pueblo con la piscina. Poco antes de llegar a esta giramos a la derecha y nos adentramos en un camino con muchos toboganes, mayoritariamente ascendentes, pero muy bonito, repleto de escobas y encinas a ambos lados del mismo.

Al Hullón desde Villadepera

Intentando seguir con el propósito de hacer una ruta de senderismo un sábado de cada mes, en esta oportunidad nos juntamos 10 caminantes entre bíkers y parejas.

Salimos desde la piscina de Villadepera. Tras unos metros por la carretera dejando a nuestra espalda el pueblo, nos desviamos a la izquierda para coger un camino ancho y muy cómodo, con perfil ligeramente descendente, que seguimos algo más de 2 km.

Tras este primer tramo cogimos un desvío, de nuevo a la izquierda, que nos metió en un camino más estrecho. En este tramo la inclinación era algo mayor, pero sigue siendo un camino muy cómodo para caminar.

Al ir descendiendo hacia el río, en este tramo ya se empieza a intuir por donde discurre este. Un kilómetro después, más o menos, el descenso es mucho mayor y ya se ve el río encañonado.

Como 500 m más abajo se llega a "El Hullón", donde alguien ha construido un banco con unos palets, unas tablas y muy buen gusto, porque la vista desde él es impresionante.

Tras almorzar algo iniciamos el regreso. De momento desandamos el camino de ida por lo que el primer tramo es el más costoso. Seguimos ascendiendo y como a 1,5 km desde El Hullón nos desviamos a la derecha. Unos metros más adelante empezamos a pisar el GR-14 y seguimos por él hasta las cercanías del pueblo.

Antes de llegar al mismo nos desviamos a la izquierda para regresar hacia la piscina. Algo antes de llegar volvemos a pisar un tramo del mismo camino que llevamos a la ida.

Es una ruta muy asequible, apta para hacerla con niños/as y con un gran regalo para la vista cuando se va llegando a "El Hullón". Está perfectamente indicada para descender hasta él.

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Animación de la ruta

A Sobradillo de Palomares, pese a la helada

Aunque este año está costando que el clima se acomode a esta altura del año, hoy sí lo hizo y cuando salimos de la Ciudad Deportiva la temperatura estaba por debajo de los cero grados, eso sí, lo compensaba, en la medida de sus posibilidades, un sol radiante que nos acompañó durante toda la ruta.

Salimos de la ciudad cruzando el Puente de Piedra.

Atravesamos San Frontis y tomamos el GR 14, con cierto de miedo de llegar al mismo lugar que hace unas semanas nos bloqueó las bicis por la arcilla, pero no había llovido lo suficiente y pasamos ese tramo sin problemas.

Al llegar al Brocal de las Promesas se nos unió un bíker más, formando así un grupo de 10 ciclistas, algo poco habitual porque es difícil juntarnos todos.

Desde el Brocal continuamos por el GR 14 hasta Tardobispo, pero al salir de esta localidad giramos a la izquierda y seguimos un camino por el que no habíamos rodado nunca, bastante más bonito que los de concentración por los que vamos habitualmente en ese tramo.

Este camino nos llevó de nuevo a la Senda del Duero, justo donde se inicia el descenso hacia Pueblica de Campeán. De nuevo otro tramo del GR 14 y más adelante de nuevo alternativas al mismo, llevándonos hasta el mismo pueblo de Pereruela.

Allí cogimos la carretera de la Tuda que dejamos enseguida para tomar un camino a la derecha, al principio el camino es ancho pero se va estrechando, llegando a Sobradillo por un tramo ascendente de piedras sueltas. Pasamos por el pueblo, atravesamos la carretera y comenzamos a rodar por un tramo bonito, de nuevo con piedras sueltas y ascendente. Pasado este tramo continuamos por caminos muy rodadores hasta el pueblo de La Tuda. Continuamos hacia Las Enillas, por donde pasamos por la zona del Salto la Vieja.

Continuamos hacia San Marcial, primero con una ligera subida y después llaneando. Tras llegar al pueblo continuamos por la carretera hasta que, tras dos kilómetros, giramos a la izquierda para coger la Vía de la Plata y unirnos poco después a los mismos caminos por los que habíamos rodado a la ida y que de nuevo nos trajeron a Zamora.

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