Poca historia y mucho barro

El título resumen en pocas palabras lo que fue esta ruta, ya que no hizo historia pero sí pisamos mucho barro.

En esta ocasión sólo salimos tres Bikers de la Ciudad Deportiva. Tras cruzar la ciudad, salimos de ella por la carretera de Villalpando para poco más adelante coger la de Cubillos que abandonamos poco después para adentrarnos en La Villarina y terminar saliendo a la rotonda del Rey Don Sancho. Desde allí nos adentramos en el Nuevo Polígono La Hiniesta, desde donde nos dirigimos hacia Roales. Antes de llegar empezamos a tener los primeros problemas con el barro. Continuamos hacia Valcabado y antes de entrar en el pueblo nos desviamos a la izquierda para coger un camino bastante embarrado, que nos llevó a Cubillos.

Salimos de Cubillos y tras algunos cambios de dirección enfilamos hacia Monfarracinos. En las primeras edificaciones giramos a la izquierda y continuamos por un camino ascendente que, tras girar a la derecha nos llevó hasta la carretera de Villalpando. Rodamos en paralelo a esta y cuando estábamos a punto de terminar este tramo el barro empezó a ser arcilloso, empezó a pegarse a nuestras ruedas y a todas las partes de nuestras bicis.

Terminado esa arcillera cruzamos la carretera y continuamos junto a una finca, en la que había una reliquia:

Proseguimos y terminas saliendo a la carretera de Molacillos, algo que agradecimos, porque rodar por asfalto después de tanto barro da gusto.

Ya en Molacillos decidimos parar junto a una fuente para limpiar algo las transmisiones, que sonaban fatal, se saltaban de piñón...

Desde aquí decidimos acortar la ruta prevista y seguir por carretera hasta Coreses. En esta localidad cogimos el camino habitual. No sabemos qué mosca nos picó pero hicimos todo el camino de regreso a entre 25 y 30 km/h.

Al entrar en Zamora fue inevitable pasar por la gasolinera a lavar las bicis. Tras el lavado el último tramo lo hicimos por el carril bici y al llegar a hidratarse, que rodar por barro causa mucho desgaste.

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En torno al Duero (Zamora-Fresno-Molacillos-Villaralbo-Zamora)

En esa ocasión nos reunimos una multitud (6) para la ruta dominical. No es que fuéramos muchos, pero sí lo éramos si comparamos con los que hemos sido los domingos de todo el invierno.

Tras consensuar el itinerario nos dirigimos a Los Tres Árboles para coger el carril bici, por el que rodamos hasta el puente sobre el Valderaduey. Allí cruzamos la carretera y continuamos por el camino habitual que va hacia Coreses, pero en un momento dado tomamos el camino que surge paralelo a la vía del AVE. Seguimos por este hasta que lo dejamos para pasar por encima de un viaducto, volver a cruzar la carretera y seguir por un camino que nos llevó casi hasta el río. Allí nos desviamos a la izquierda y poco después tuvimos que hacer una pareada técnica para cambiar una cámara pinchada. Resuelto el incidente retomamos el camino hasta que llegamos hasta una gran gravera, donde giramos a la derecha para así coger el camino por el que siempre vamos a Fresno.

Llegamos a Fresno y allí nos volvimos a encontrar con la N-122. Giramos a la derecha para meternos en ella y rodar dirección Tordesillas unos dos kilómetros. La abandonamos desviándonos a la derecha y continuamos hacia el río. Volvimos a rodar en paralelo a este y terminamos saliendo a una carretera. Volvimos a la derecha para seguir por ella hasta llegar al puente que cruza el Duero. Allí recuperamos energías y tras el descanso continuamos la subida que lleva a la carretera desde donde nos dirigimos a Villalazán.

Poco antes de llegar a esta localidad giramos a la izquierda para coger un camino que nos terminaría llevando a Madridanos, eso sí, llenándonos de barro, como no podía ser de otra forma... Desde Madridanos rodamos por el GR-14 hasta Villaralbo, y desde aquí, por el llamado Camino del Río, hasta Zamora. Al llegar tuvimos que escoger entre ir a lavar las bicis o hidratarnos y..., lógicamente escogimos la hidratación.

Rodando en paralelo a las vías del AVE.

En el puente sobre el río Duero.

Río Duero.

Por el GR-14, cerca de Madridanos.

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Teso la Mora y Coreses

Hoy el plan era ir evitar ir hacia el sur porque la previsión era de viento del norte, así que evitando el sur (no el viento, que pareció ir virando durante todo el recorrido con nosotros) iniciamos nuestra ruta por el carril bici y siguiendo hacia Molacillos por el camino habitual.

Tras atravesar esta localidad tomamos un camino con una ligera pendiente. Al llegar a una bifurcación tuvimos que elegir entre ir hacia Gallegos o hacia Benegiles. Tras someterlo a votación, sin pactos ni nada, ganó la opción Benegiles, así que continuamos hacia ese pueblo. Lo atravesamos, cruzamos la carretera de Villalpando e iniciamos una ligera ascensión para girar poco después a la izquierda y tras unos cientos de metros a la derecha, donde se inicia un largo ascenso hacia una meseta desde la que se pueden contemplar muy buenas vistas de toda la zona.

Continuamos por esa meseta hasta llegar a las antiguas cisternas romanas (Teso de La Mora), tras almorzar junto a ellas y disfrutar de las vistas de tan estratégico emplazamiento, iniciamos el divertido descenso que termina desembocando en la carretera de Villalpando. La cruzamos y regresamos a Molacillos, esta vez por carretera. Al llegar, para alargar algo más la ruta, tomamos el camino de Coreses.

Tras llegar a esta localidad giramos a la derecha para recorrer el pueblo y salir de él por el camino habitual que se sigue para dirigirse a Zamora. Al llegar cogimos de nuevo el carril bici hasta llegar al lugar habitual de avituallamiento post-ruta.

Por el camino de Molacillos, aún cerca de Zamora.

La sombra del biker es alargada.

Por la meseta que conduce al Teso La Mora.

Bikers junto a las cisternas romanas.

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Ruta del aeródromo y La Rinconada

En nuestra primera salida con temperaturas invernales iniciamos la ruta en el lugar de costumbre. Tomamos el carril bici para ir calentando. Al llegar a la gasolinera lo abandonamos, cruzamos la N 122 y nos dirigimos hacia Coreses, si bien antes de llegar nos desviamos a la izquierda, pasamos por debajo de la autovía y continuamos ascendiendo hasta que ya en lo alto, seguimos por un camino que discurre paralelo a dicha autovía. Poco después giramos a  la derecha y llegamos a un aeródromo de aeromodelismo que ninguno de nosotros conocía su existencia.

Tras "despegar" desde sus pistas retomamos el camino y continuamos hasta Coreses. Al salir de esta localidad dirección Algodre viramos a la derecha para continuar por un camino que nos llevó hasta este pueblo. Lo cruzamos por la carretera y a la salida nos desviamos a la izquierda para dirigirnos hacia Molacillos. Antes de llegar una ligera lluvia quiso acompañarnos, así que el ritmo se avivó. Tras atravesar esta localidad continuamos a buena velocidad por el camino lo une con Zamora, bien conocido por todos nosotros.

Al llegar a Zamora, como había dejado de llover y llevábamos encima pocos kilómetros, decidimos alargar la ruta un poquito más y rodamos hacia "La Rinconada". Tras una breve parada junto a la presa de Villaralbo, volvimos a las bicis para regresar por un camino estrecho que discurre junto al río, sin duda el tramo más bonito de la mañana.

Ya en Zamora nos dio tiempo a hidratarnos disfrutando del tímido sol que empezó a asomarse unos minutos antes.

Biker atravesando la autovía por una conducción de agua.

Intentando el "despegue" por las pistas del aeródromo.

Rodando por un camino en "La Rinconada".

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Algodre por Fresno

Iniciamos la ruta una perfecta mañana de Pascua, con sol radiante y eso sí, la temperatura bastante baja. Salimos de Zamora por el carril bici y continuamos un tramo en paralelo a la N 122, circulamos por ella unos cientos de metros y la abandonamos tomando un camino a la derecha que, tras empalmar con otros y después de algunos cambios de dirección, nos llevó hasta Fresno de la Ribera. En esta localidad continuamos por la indicación de Matilla La Seca, pero enseguida abandonamos esa carretera y cogimos un camino que nos condujo, tras una larga subida, al C.T.R. industriales no peligrosos.

Allí comimos el almuerzo y tras volver a subir a las bicis y recorrer un pequeño tramo giramos a la izquierda e iniciamos una larga bajada. Continuamos por un buen camino de concentración y en un momento dado viramos a la derecha y tomamos un camino más estrecho que se fue empinando, haciéndolo más aún en la última rampa. Al llegar arriba pudimos contemplar una buena vista del valle del Duero.

Tras esa subida seguimos por un camino que está rodeado de pequeños árboles hasta que gira a la izquierda e inicia una larga y tendida subida que nos condujo a las cercanías de la que llamamos "la antena de Algodre" desde donde también pudimos contemplar buenas vistas. Llaneamos como un kilómetro y tomamos una larga bajada que nos condujo a Algodre. Desde allí cogimos anchos caminos de concentración que, tras algunos cambios de dirección, nos llevaron a Molacillos.

Al salir de Molacillos nos dirigimos a la izquierda y después de recorrer una larga recta giramos a la derecha para enfilar ya hacia Zamora, adonde llegamos con tiempo suficiente como para poder hidratarnos y hacer planes para la salida del próximo Domingo.

Rodando en las proximidades de Coreses.

Paisaje castellano cerca de Fresno de la Ribera.

El grupo ascendiendo un buen camino entre Fresno y Algodre.

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Villalube

Partimos, como es habitual, de la Ciudad Deportiva, por primera vez los ocho componentes de Bikers Duri. Los primeros kilómetros nos costó entrar en calor porque nos sorprendió una temperatura más baja de lo esperado y un cielo totalmente nublado que no dejó asomar al sol hasta que casi finalizamos la ruta.

Pensábamos hacer una ruta pero cambiamos de idea en el último momento y decidimos dirigirnos a Villalube. Salimos de la ciudad por la Avenida y por el Alto de los Curas. En Vistalegre cogimos el camino de Coreses. Tras llegar a él a buen ritmo, lo cruzamos, giramos algo a la derecha y salimos del mismo. Poco después comenzamos una larga cuesta de cierta dureza que termina cruzando la autovía. Tras descender algo atravesamos un valle en el que el paisaje empieza a cambiar por completo encontrando pinos y monte bajo por todos lados.

Continuamos sin cambiar de dirección aunque en un momento dado, junto a unas edificaciones, continuamos recto por un camino estrecho, si bien el camino ancho que traíamos seguía hacia la izquierda. Pasamos junto a un montículo de tierra muy rojiza que nos recordó a "Las Medulas" y enfocamos una larga recta que terminó llevándonos hasta Villalube.

Tras comer el almuerzo salimos del pueblo y poco después iniciamos otra subida que nos llevó a un otero con buenas vistas de toda la zona. Desde este punto el descenso es suave y casi continuo. El camino que seguíamos nos desembocó en una carretera, giramos a la derecha para cogerla y descendimos hasta la entrada de Benegiles. Giramos a la izquierda para coger el camino de Molacillos, al que llegamos sin novedad. Desde esta localidad continuamos hacia Zamora por la senda habitual entrando en la capital por Vistalegre, lo que propició que nos "hidratáramos" en una de las casetas de "Los Tres Árboles".

Buena ruta para rodar, con ascensiones suaves y por buenos caminos.

Añadir leyenda

Zona de pinos entre Coreses y Villalube.

El reposo de las bestias...

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Por Algodre hasta Roales

A las 8.30 horas el cielo aparecía totalmente cubierto y terminaba de llover y, sin embargo, una hora después lucía un sol espléndido y todo parecía indicar que íbamos a disfrutar de una mañana de bici muy agradable, como así fue, salvo que el viento también quiso tener un papel protagonista en la jornada.

Iniciamos la ruta pensando ir a Algodre para volver por Molacillos, así que rodamos por el carril bici y al llegar a la N-122 la cruzamos y tomamos dirección Coreses. Después de haber soportado bajas temperaturas durante muchas salidas, en ese tramo todos teníamos calor y de hecho hubo quien paró para quitarse alguna prenda. Tras atravesar Coreses seguimos por carretera hasta Algodre, localidad a la que llegamos enseguida. La cruzamos y giramos a la izquierda, y nos dimos de frente con el viento. Tuvimos que subir una cuesta prolongada para ascender a un otero. Poco después teníamos la oportunidad de girar a la izquierda para ir a Molacillos o seguir recto y enfrentarnos a otra cuesta, esta vez más larga que la anterior. Decidimos seguir recto. Tras la subida comenzamos a descender, poco a poco hasta la localidad de Molacillos. Hicimos una pequeña parada para reponer fuerzas y continuamos con dirección a Zamora, pero al llegar a las proximidades de Monfarracinos decidimos girar a la derecha, cruzar el pueblo y tomar el camino que lleva a Cubillos. El viento seguía castigándonos de frente, y sumado a una ligera ascensión, hizo que empezara a acusarse el cansancio.

Cruzamos Cubillos y nos dirigimos a Roales, también con el viento como protagonista y ya, tras pasar este pueblo, conseguimos zafarnos de él y disfrutar del trayecto hasta Zamora.

Saliendo de Zamora por el carril bici.

Subida a un otero, cerca de Algodre.

"Bikers" entre Algodre y Molacillos.



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Envueltos en la niebla

Respondiendo a la tradición de estas fechas, la mañana amaneció con niebla. Cuando salimos daba la impresión de que se estaba levantando y de hecho el sol hizo acto de presencia y se agradecía porque la temperatura estaba por debajo de cero grados. Nuestra intención era ir a Villalube, pero al llegar a Coreses y comprobar que la niebla, lejos de levantar, cada vez estaba más baja, decidimos alejarnos del Duero para ver si conseguíamos ver el sol y dejarnos calentar por él.

Craso error porque de Coreses a Molacillos se cerró aún más, tanto que nos despistamos y terminamos en el camino que lleva desde esa localidad a Benegiles. Desde Benegiles tomamos el camino que conduce al Teso La Mora y tras una larga pero tendida subida, por fin, logramos zafarnos de la niebla y ya sólo nos encontramos bancos aislados.

Tras almorzar algo junto a las cisternas romanas iniciamos el regreso pasando por Molacillos. Al llegar a Zamora, como había tiempo, lavamos las bicis y, como al sol ya se estaba muy bien, nos hidratamos junto al río disfrutando de su calorcito.

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El sol intentando abrirse paso entre la niebla.

Torres del Carrizal rodeado de un banco de niebla.

Vista desde el Teso La Mora.

Teso La Mora.

Teso La Mora v.3

A pesar de que los pronósticos anunciaban la posibilidad de lluvias, estas no acertaron, pero las caídas el día anterior hicieron que en la primera parte de la ruta, desde Zamora a Molacillos, encontráramos bastante barro.

Tras atravesar Molacillos nos dirigimos hacia Benegiles por un camino en buenas condiciones. Pasamos por esta localidad y cruzamos la carretera de Villalpando para tomar un camino que va ascendiendo hasta llegar a un teso desde donde se tiene una buena perspectiva de toda la zona. Una vez allí se continúa por una serie de tesos encandenados hasta llegar al llamado La Mora, donde se ubican las ruinas de una cisterna romana.

Tras unos minutos dedicados al almuerzo y a contemplar las vistas, iniciamos el empinado descenso que nos llevó a la carretera de Villalpando, que cruzamos para tomar enseguida la de Molacillos. Tras llegar a esta localidad cogimos el camino que nos llevó hasta Coreses y ya desde Coreses tomamos el camino que va en paralelo a las vías del AVE y que nos llevó hasta Zamora. En Los Tres Árboles hicimos una pequeña parada para "hidratarnos" aprovechando la excelente temperatura que hacía.

Camino embarrado cerca de Zamora.

Teso La Mora.

Vistas desde el Teso La Mora.

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Cerecinos de Carrizal

Partimos de Zamora y tomamos el camino de Molacillos, si bien en un momento dado no giramos a la izquierda, continuamos recto, por lo que no llegamos a pasar por este pueblo. Tras algunos giros y recorriendo varios caminos llegamos a Benegiles, localidad que cruzamos, y proseguimos por un camino que nos alejó de esta localidad. Tras cruzar la carretera de Villalpando tomamos un camino que no abandonamos hasta llegar a Cerecinos de Carrizal.

Hicimos una pequeña parada en este pueblo para comer el almuerzo y, tras recorrer sus calles, fuimos hasta un cruce donde cogimos la carretera que va a Piedrahíta de Castro durante un kilómetro aproximadamente, tras el cual nos desviamos a la izquierda y nos metimos en un camino que durante unos kilómetros está repleto de toboganes y que nos llevó hasta las proximidades de Torres de Carrizal, desde donde nos dirigimos a Molacillos. Tras pasar por las calles de esta localidad salimos hacia Zamora, pero evitando pasar por los lugares que habíamos pisado un par de horas antes.

Chopera en el término de Molacillos.

Camino y, al fondo, Cerecinos.

Enorme palomar junto a Cerecinos de Caririzal.

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Efectivamente, pone "Teso La Mora" al revés. Y es que esta vez hicimos la subida al teso al revés de como lo habíamos hecho otras veces y de como aparece en otra entrada del blog.

Después de una semana de temperaturas casi veraniegas hoy amaneció nublado y algo desapacible pero no nos importó en exceso. Salimos por el carril bici para recorrer una parte y tomar enseguida el camino que conduce a Molacillos. Tras cruzar esta localidad continuamos un pequeño tramo por carretera y nos pusimos a los pies del Teso La Mora por lo que decidimos subirlo por la rampa que siempre hemos usado para descenderlo. Desde abajo asusta, pero después resultó ser más llevadera de lo que parecía. Ya arriba recorrimos todo su perímetro para disfrutar de las vistas y tomamos dirección Benegiles. Tras recorrer caminos en buen estado llegamos a esa localidad desde la que enfilamos hacia Molacillos. Ya aquí decidimos tomar un pequeño almuerzo. Tras este cogimos un camino que nos llevó a Coreses. Ya en esa localidad nos dirigimos al camino que en muchos tramos va en paralelo a la nueva vía del AVE y que nos condujo hasta Zamora.

Al pasar por la gasolinera nos detuvimos unos minutos para lavar nuestras bicis de barros anteriores. Aún así, como era temprano, dio tiempo a ver el final de la procesión de la Resurrección. Hoy nos cundió la mañana, está claro.

Vista desde el Teso La Mora.

Camino cerca del Teso La Mora.

Tierras en los alrededores de Benegiles.

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Teso La Mora

Hoy, después de muchos meses, volvío el frío a Zamora, y lo notamos nada más salir de casa. Iniciamos la ruta con algo de retraso por un problema técnico de uno de los "bikers" pero, una vez resuelto, tomamos dirección la carretera de Villalpando hasta la salida de la capital donde ya tomamos un camino que nos llevó hasta Molacillos. Tras atravesar esta localidad seguimos con dirección a Benegiles, que también atravesamos. En ese punto variamos la dirección y seguimos por buenos caminos que apenas tenían barro. Enseguida nos enfrentamos a una subida larga pero con una inclinación que la hizo llevadera y tras ella hubo pequeños toboganes hasta que llegamos al "Teso La Mora".

A pesar de no estar a una gran altura la vista desde allí es bonita, además hay los restos de una cisterna romana a la que han llamado "Cisterna de Molacillos", cuyos restos están vallados y que hoy estaba cerrada. Aprovechamos para tomar el almuerzo y tras recuperar fuerzas descendimos el teso, pasamos de nuevo junto a Molacillos y al salir del pueblo cogimos un camino que nos llevaría hasta Coreses. Ya en esta localidad seguimos un camino que va en paralelo a la futura vía del AVE y que nos condujo hasta Los Tres Árboles, donde tomamos el carril bici hasta el barrio de La Horta, donde decidimos abandonarlo para hidratarnos con una cerveza (sin alcohol) y unos almendritas aprovechando que la hora lo permitía.

Cisternas de Molacillos en el Teso La Mora.