Realmente el título debería ser "Dos de comparsita hasta Peces, acompañando a otros dos que subían dándolo todo". Como sería muy largo lo hemos acortado y simplificado, pero lo cierto es que hoy cuatro bikers han ascendido hasta la Laguna de Peces, dos lo han hecho en bici de carretera y los otros dos, los han acompañado, en e-bike.
Como pretendíamos iniciar la ruta sobre las 11.00 h, partimos de Zamora en dos coches a las 9.15 h. con la niebla envolviéndolo todo. Nuestro destino era el Asador Montelueño, que está en el término de Castro de Sanabria, pero a 3 km de Puebla. Durante el viaje nos quitamos de encima la niebla y el mundo volvió a ser en color. Al llegar, descargamos las bicis, nos preparamos, tomamos un café y unos minutos después de la hora prevista comenzamos a rodar.Salimos a la N-525 y rodamos por ella poco más de kilómetro y medio. En esos momentos el ambiente estaba frío, 4º y había una buena helada por todos lados, pero el sol ayudaba mucho. Entre él y el suave ascenso que encontramos nada más abandonar la nacional, se nos fue pasando la sensación de frío.
Llegamos enseguida porque bajar se nos da de maravilla, pasamos por la zona donde se hace el tradicional mercadillo los lunes y, siguiendo adelante, cruzamos el río Tera por un puente y continuamos con dirección a Trefacio.
La distancia desde El Puente a Trefacio es de 4 km, la mayoría con un ligero pero constante ascenso. Al llegar a la localidad no pudimos por menos que parar junto al nombre del pueblo para hacer unas fotos.
Justo allí se inicia la ascensión de 17 km. Lo mejor en estos casos es que cada cual la haga a su ritmo, así que dejamos que las dos bicis de carretera comenzaran el ascenso y cada una de las bicis con ayuda eléctrica se encargó de acompañar a las "flacas".
A los seis kilómetros, aproximadamente, del ascenso llegamos a San Martín de Castañeda, la única localidad por la que se pasa.
A la salida de la localidad hay una zona siempre sombría que acumulaba las heladas de días y días, pero no era peligrosa porque le habían echado mucha sal.
Poco después, a la vuelta de la siguiente curva, hay un mirador en el que paramos porque desde él ya es posible tener una visión total y sin ningún impedimento del Lago, que estaba como un espejo.
Poco después, tras otra curva, llegamos a la parte alta del pueblo y, tras dejar atrás las últimas edificaciones comenzó un tramo que es algo más duro que el resto porque es donde se encuentra la zona del 8%.
Una vez superado ese, los siguientes kilómetros transcurrieron sin sobresaltos. Los bikers con las bicis de carretera iban controlando su ritmo y dosificando el esfuerzo y en las e-bike íbamos con mucha comodidad al ritmo de ellos.
Después de algunas revueltas dejamos de ver el Lago, pero tras las siguientes volvimos a rodar con él a la vista, pero ahora a nuestra derecha. Con la altura ganada la perspectiva era muy buena y se podía ver también todo San Martín de Castañeda, velado por el humo de sus chimeneas.
En esos momentos las dos bicis de carretera se habían separado para mantener su propio ritmo. Llegamos a la zona conocida por Chanos, en la que el ascenso da un leve respiro porque hay como un kilómetro casi llano. Tras una curva se vuelve a ascender y poco después se llega a otro mirador, este sobre el Cañón de Forcadura.
Tras él hay como un kilómetro y medio que suele atragantarse un poco porque vuelve a subir el porcentaje del ascenso y ya el cansancio se había ido acumulando. Pero poco a poco las dos musculares lo fueron salvando.
Al llegar a la última curva antes de entrar en la recta que conduce al aparcamiento de la Laguna de los Peces, la primera bici de carretera y su acompañante pararon para esperar por las otras dos, que no tardaron en llegar.
Ya los cuatro juntos iniciamos el último trecho, retirándonos en los metros finales las dos ebikes a un lado para dejarles todo el protagonismo a los que se lo habían ganado.
Al final del aparcamiento se inicia una senda que conduce hasta la Laguna de los Peces. Allí mismo nos hicimos una foto de grupo para dejar constancia de nuestra presencia.
En un descenso tan largo daba gusto ver cómo íbamos "comiendo" kilómetros.
Después de pasar San Martín de Castañeda volvimos a rodar con la vista del Lago, si bien toda nuestra atención iba hacia la carretera. Por suerte, al ser día de diario y, aunque sean Navidades, había poco tráfico
Al llegar al final del descenso, en la rotonda por la que se accede a la carretera del Lago, nos reagrupamos. Una vez los cuatro juntos nos dirigimos hacia Galende. Nos separaban algo menos de tres kilómetros con una subida, y su consiguiente bajada, entre medias.
Antes de entrar en el pueblo y en la travesía de la localidad, de nuevo unas zonas sombrías conservaban el hielo acumulado de las sucesivas heladas nocturnas.
Al llegar a esta última localidad comenzamos a atravesarla y nos desviamos a la derecha para seguir hacia Ilanes.
Para terminar teníamos que recorrer unos seis kilómetros. Nos dirigimos a Barrio de Lomba, si bien para llegar a esta localidad tocó ascender algo más de un kilómetro que, a estas alturas, no nos sentó nada bien.
Fuimos rápidos en ese tramo, que tendía levemente hacia abajo, así que llegamos pronto a Castro.
Aprovechando que estábamos allí no quisimos perdernos el alumbrado navideño de Puebla de Sanabria. Desde que ganó el concurso de Ferrero Roché el Ayuntamiento y los propios vecinos, han ido mejorando más esa iluminación y este año lo cierto es que luce espléndida y bien merece una visita. Hasta las 18.30 h, hora de encendido, dimos un paseo y a esa hora exacta el pueblo cobró otra vida.
Tras la visita nos subimos a los coches e iniciamos el regreso a Zamora. Nada más cruzar el puente sobre el Tera echamos la vista atrás y nos llevamos de recuerdo esta bonita imagen del pueblo iluminado.
Al llegar a Zamora, la niebla seguía con su persistencia habitual.
Para descargar la ruta, haz clic en el logo de Wikiloc.
Powered by Wikiloc
No hay comentarios:
Publicar un comentario