Como mañana, Domingo, se esperan lluvias y, además, los futboleros tienen partido matutino, decidimos adelantar nuestra ruta dominical al día de hoy. No sabemos cómo hará mañana, pero el cambio ha sido un acierto porque hemos podido disfrutar de una mañana, fría, pero espectacular.
A las 9.30 h aparecimos en el lugar de costumbre cinco bikers. También se presentó el frío ya que los termómetros tan solo marcaban -3º, pero en el cielo no había ni una nube y lucía un sol espléndido, así que esa baja temperatura no nos dio miedo.
Salimos buscando el río y antes de llegar a él nos encontramos con una gran helada que cubría todo de un homogéneo manto blanco.
Bordeamos el Duero, seguimos el carril bici y al llegar a la rotonda de Trascastillo nos dirigimos hacia la carretera de Almaraz. Desde ella ascendimos hacia el Alto de San Isidro atravesando el barrio del Espíritu Santo. Después de un par de cuestas que subimos el frío era menos frío, salvo, como siempre, en las manos.
Una vez terminadas las edificaciones del Alto de San Isidro continuamos recto por un camino que termina en la N-122. La cruzamos y continuamos de frente por el llamado Camino del Monte. Más adelante cruzamos un viaducto bajo el que pasa la autovía A-11 y nos enfrentamos a una larga recta adornada con continuos sube y bajas.
Al finalizar esta recta giramos noventa grados a la izquierda y ascendimos hasta un cruce de caminos donde se puede considerar que comienza Palomares. Enseguida descendimos hacia las llamadas Casas de Palomares. En esa zona donde daba el sol la helada estaba desapareciendo, pero en los sombríos seguía intacta.
Al terminar la bajada giramos a la derecha para continuar atravesando una zona con mucho arbolado y vegetación que nos encanta.
Tras un kilómetro por ese camino cambiamos de dirección y continuamos por la izquierda comenzando allí mismo un ascenso continuado pero tendido de unos dos kilómetros. Como a uno de los bikers no le terminaban de entrar en calor las manos paramos un par de minutos al sol para que pudiera sacarlas de los guantes y hacer que se reactivara la circulación.
Otros aprovechamos la parada para hacer alguna foto a la jara recubierta de hielo.
De nuevo sobre las bicis terminamos el ascenso, realizamos un giro a la izquierda y continuamos sufriendo algunos sube y bajas de poca entidad.
Poco después nos incorporamos al Camino Portugués de la Vía de la Plata a lo largo de unos dos kilómetros.
Tras estos, de nuevo un giro a la derecha nos llevó a volver a cambiar de camino y continuar por otro que, descendiendo, nos llevó hasta la carretera que une Valdeperdices con Andavías.
Nos incorporamos a ella teniendo ya a la vista la localidad de Valdeperdices.
Pero a los quinientos metros, justo antes de entrar al pueblo, nos desviamos por un camino que nos condujo a la parte baja de la localidad. Finalmente, ascendimos una pequeña cuesta entre dos casas y continuamos por una calle que nos terminó sacando de Valdeperdices.
Una vez dejamos atrás las últimas edificaciones continuamos recto y poco después descendimos hacia lo que, cuando hay agua embalsada, es el lecho de una cola del embalse. Fue un privilegio poder rodar por allí porque, evidentemente, no siempre se puede.
Siguiendo por ese cauce terminamos saliendo al llamado Puente de Valdeperdices. Lo cruzamos y al llegar a su término giramos a la izquierda.
No encontramos un camino sino una zona por la que se podía ir caminando, pero no en bici, al ser una ladera rocosa.
Con las bicis en la mano recorrimos unos doscientos metros. Tras estos vimos que podíamos bajar por la ladera, ya sin rocas, hacia un pequeño valle. Así lo hicimos y desde este ascendimos un poco para encontrarnos con un camino.
El camino daba muestras de estar poco transitado. Tenía mucha hierba y era ascendente, una mala combinación que dificultó enormemente la rodadura.
Después de medio kilómetro por él llegamos a un camino más importante que tomamos a la izquierda. Continuamos subiendo por él pero aquello nos parecía una auténtica autopista.
Poco después comenzamos a disfrutar de las rentas obtenidos en las subidas anteriores y comenzamos a descender. La zona nos pareció muy bonita, está repleta de encinas y desde algunos tramos se pueden obtener buenas vistas del embalse. Unas nubes de niebla remolonas lo adornaban esta mañana.
Como kilómetro y medio después de haber comenzado a rodar por este camino llegamos al paraje denominado Peñas Rojas. También desde allí pudimos disfrutar de buenas vistas.
Poco después giramos noventa grados a la derecha para dirigirnos a la zona llamada Los Chalés a la que llegamos enseguida. Rodeada de encinas y jaras nos topamos con la primera edificación.
Recorrimos algunas de las calles. Desde una de ellas pudimos ver la imagen de la cuenca de este entrante del embalse totalmente vacía.
Terminamos tomando una senda que desciende abruptamente hacia el camino que conduce a la carretera de Carbajales. Nos incorporamos a esta unas decenas de metros, nos desviamos a la derecha y nos bajamos de las bicis porque la inclinación del camino y las piedras convertían a ese tramo en no ciclable. En cuanto pudimos volvimos a sentarnos en nuestros sillines y continuamos campo a través guiados por nuestros GPS hasta que llegamos a un camino.
Nada más incorporarnos a este vimos una zona con una valla de madera. Era la que rodea al llamado Casetón de los Moros. Realmente lo que hay dentro del vallado son los restos de una construcción situada en la zona que desde el siglo XII primero fue villa y después dehesa, la de Mazares o Mázares. Se cree que esta construcción era un mausoleo.
Después de la visita continuamos por el camino, si bien enseguida giramos a la derecha para seguir por otro que, prácticamente en línea recta y tras dos kilómetros adornados con un par de ascensos y otros tantos descensos, nos llevó a Palacios del Pan.
Realmente no entramos en el pueblo, lo bordeamos por una calle que nos llevó hasta la salida del mismo.
Proseguimos por una senda paralela a la carretera. Enseguida giramos a la izquierda y continuamos adelante, aunque el sendero estaba casi comido por la hierba. Unos cien metros después otro giro, ahora a la derecha, nos metió en una subida con una inclinación superior al 20%.
Terminada esa cuesta nos enfrentamos a otra pero más tendida y, por fin, le pudimos dar una tregua a nuestras piernas descendiendo hasta Andavías. Realizamos un breve recorrido por el pueblo, pasamos junto a su iglesia y nos dirigimos hacia la salida que va al cementerio.
De nuevo nos enfrentamos a otra subida. Dejamos el cementerio a nuestra derecha y poco después continuamos por un camino que partía a la derecha también. Como nos alejamos de la localidad ascendiendo, al mirar atrás pudimos contemplar una buena panorámica de ella.
Después de unos dos kilómetros de recta salpicada de varias subidas y bajadas llegamos a un puente de la vía férrea bajo el que debíamos pasar.
No lo hicimos porque un gran charco cubría todo el paso y daba la impresión de que era profundo, así que continuamos hacia la derecha bordeando el túmulo de la vía y, cuando este era más bajo, cruzamos al otro lado con las bicis en la mano y ya nos incorporamos al camino que debíamos seguir.
Pero lo seguimos pocos metros porque no tardamos en continuar por el que surgía a nuestra izquierda. Nos tocó subir algo más, en concreto hasta la altura de un vértice geodésico. Después de este la tendencia fue descendente, si bien seguía habiendo pequeños sube y bajas.
Tras cuatro kilómetros rodando a buena velocidad llegamos a La Hiniesta. No pudimos por menos que pasar junto a su bonita iglesia, la de Santa María la Real, monumento nacional desde 1944.
Desde esta localidad seguimos por el recorrido habitual hacia Zamora, primero por un camino que nos alejó del pueblo, cruzamos la carretera y continuamos otro tramo por otro camino que termina en esa misma carretera.
Seguimos por ella poco más de cien metros y nos desviamos a la derecha para seguir por la que va al Cristo de Valderrey. Siguiendo por esta llegamos a Valorio y atravesamos este bosque.
Finalmente, fuimos hacia la N-122 y, desde la rotonda continuamos por Trascastillo para continuar después por los Barrios Bajos y Puerta Nueva hasta llegar al punto del que habíamos partido. En esta ocasión no hubo "tercer tiempo" porque casi todos tenían prisa. Para otra vez será.
Para descargar la ruta, haz clic en el logo de Wikiloc.
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