27 de octubre de 2024

Tesos de Jambrina

Los tesos son, según la RAE, colinas bajas que tienen alguna extensión llana en la cima. En los alrededores de Zamora son muchos los que podemos encontrar. Hoy nos hemos desplazado hasta Jambrina con la excusa de verlos.

Como se preveía que iba a llover sobre las 12, y ya que habíamos dormido una hora más debido al cambio de hora, quedamos a las 9.00 h para que nos diera tiempo a hacer una rutita. Nos presentamos cuatro a la cita y comenzamos sin demora. 

Hacía frío, cuatro grados, pero el sol parecía querer asomarse entre algunas nubes, y eso siempre es una garantía. Pero fue una garantía que caducó enseguida porque al ir bordeando el río nos sumergimos en unos inesperados bancos de niebla. Al cruzar por el puente de los Poetas pudimos contemplar algunos.


Ascendimos por San Frontis, fuimos hacia el campo de fútbol, lo bordeamos y tomamos el carril bici Zamora-Morales. Allí los bancos de niebla dejaron de ser bancos para ser niebla en toda regla. Al llegar al Cristo de Morales giramos a la derecha, continuamos por carretera hasta que tomamos, a nuestra izquierda, la llamada Cuesta Blanca. Como su nombre indica, cuesta subirla y propició que ganáramos algo más de temperatura.
 

Al llegar a Morales callejeamos algo y tomamos el camino de Pontejos que nos llevó a pasar bordeando esta localidad. Continuamos por una larga recta, si bien más adelante hicimos algunos cambios de dirección.


El último nos llevó hasta una zona arbolada, la bordeamos por la izquierda, donde había un verdadero barrizal.
 

Superado el barrizal enfilamos otra larga recta que nos llevó, en menos de dos kilómetros, hasta la entrada de Jambrina.


Recorrimos una buena parte del pueblo por su calle principal, si bien a la altura de la iglesia giramos para pasar junto a ella y poco más adelante nos desviamos a la izquierda para dejar atrás esta localidad.


Salimos de ella por la carretera que va a Gema, pero enseguida tomamos un desvío que partía a nuestra derecha y allí mismo comenzamos una ascensión que se prolongaría dos kilómetros. 


La definición de teso decía que era una colina, y las colinas siempre han estado en alto, así que es normal que para llegar a los tesos de Jambrina tuviéramos que subir, lo que no sospechábamos era que fuera tanto y tan de repente.


A medida que íbamos avanzando íbamos viendo alguno de ellos y todos respondían perfectamente a la definición.


Según habíamos visto en el perfil de la ruta, daba la impresión de que, una vez ascendida la larga cuesta, el resto iba a ser descendente. Y fue así, pero solo en parte, porque nos enfrentamos a una recta de unos tres kilómetros, la mayoría de suave bajada, pero "adornada" con dos pequeños picachos.


Por esta zona la niebla también lo seguía invadiendo todo, es cierto que no era muy cerrada, pero tampoco permitía que la temperatura subiera, de hecho teníamos cinco grados, solo uno más que a la salida.


Este tramo terminó cuando cruzamos la carretera de Fuentesaúco y continuamos de frente por la entrada a la localidad de Gema. 


En busca de la iglesia fuimos realizando un laberíntico recorrido por estrechas calles pero, finalmente, pasamos a su lado. 


Continuamos recto descendiendo a la parte más baja del pueblo y desde allí comenzamos a recorrer otra larga recta. Le pusimos fin girando a la izquierda, rodando unos cientos de metros, y volviendo a la derecha, enfrentándonos de nuevo a otra recta.


En esta volvimos a hacer lo mismo: al terminarla, giro a la izquierda, avanzamos y poco después giro a la derecha, para continuar en la misma dirección rodando en paralelo a la localidad de Bamba. Esta última recta, que se rompió dos kilómetros después con algunas curvas, nos llevó hasta la entrada de Madridanos. Pasamos junto a ese espacio que han llenado de arte con varios murales y el nombre de la localidad, continuamos adelante, atravesándola de lado a lado, y salimos de ella ascendiendo para unirnos al final de la cuesta al GR-14.


En esos momentos el sol seguía luchando en la batalla que lo enfrentaba a las nubes bajas y parecía que estaba a punto de ganar, como así lo atestiguaban las sombras que ya producía a nuestro lado.


Los ocho kilómetros que separan Madridanos de Villaralbo los recorrimos sin ninguna novedad y a buen ritmo porque no había viento y el perfil es ligeramente favorable.

En Villaralbo abandonamos el GR-14 y continuamos hacia Zamora por donde lo hacemos habitualmente, por la calle que va hacia el río. Al pasar junto a él pudimos ver alguna estampa típicamente otoñal.

Desde el río continuamos por la carretera que va en paralelo al Duero, si bien la abandonamos enseguida para continuar por el llamado camino de San Miguel, que en el último tramo nos sacó de nuevo a dicha carretera. Al llegar al puente de Cardenal Cisneros nos apeamos de las bicis para subir por las escalerillas y, una vez atravesado este, descendimos en busca de algún lugar donde tomar un café o una caña. No estaba claro qué tomar porque llegamos muy pronto, una hora poco habitual, antes de las 12.00 h, pero aún así, paramos porque también este momento es importante dentro de la ruta.


Para descargar la ruta, haz clic en el logo de Wikiloc.

Powered by Wikiloc

No hay comentarios:

Publicar un comentario