A veces la climatología juega con nosotros y producto de ello es la ruta que hemos realizado hoy. En principio el miércoles iba a llover y aplazamos nuestra salida al jueves. Para evitar barro planificamos un recorrido por Sayago, siempre garantía de caminos en buenas condiciones. Lo mejor de todo es que, a pesar de que hoy hizo peor que ayer, que no llovió (también las previsiones se equivocan y ), hemos disfrutado por esta bonita comarca zamorana. 

A pesar de que habíamos quedado un poco antes de las 9.00 para cargar las bicis y después desayunar en una cafetería, uno de los bikers se retrasó y eso hizo que saliéramos algo más tarde de Zamora. Nos desplazamos en dos coches con cuatro bicis hasta Torrefrades. Una vez más nos sentimos engañados con las previsiones atmosféricas porque se esperaba un día con sol y nubes, pero el cielo estaba gris y tristón. En realidad era niebla alta, pero traducido a la realidad era un día plomizo. 
Descargamos las bicis, nos preparamos y, prácticamente, a las 10.30 iniciamos la marcha. La temperatura era de 13º y hacía algo de viento que hacía que la sensación térmica fuera algo menor. Los primeros metros los recorrimos desde la plaza de la iglesia hacia la carretera que va a Fresno de Sayago. La cruzamos y continuamos de frente. 
Seguimos por un camino que iba ascendiendo suavemente para después descender. 
Terminada la bajada volvimos a subir hasta llegar a la localidad de Piñuel, separada de Torrefrades por poco más de cuatro kilómetros. 
Recorrimos una buena parte de ese pueblo y lo abandonamos para dirigirnos a Fresno de Sayago, distante seis kilómetros.
En esos kilómetros había un tramo que en los mapas no aparecía marcado como camino si bien nosotros lo habíamos trazado "campo a traves" y teníamos nuestras dudas de que fuera posible ciclarlo porque en Sayago aparecen vallas y cancelas donde nadie se lo espera. 
Como de momento no habíamos llegado a ese tramo, disfrutamos con la salida de Piñuel, que fue muy bonita. 
Después de recorrer este "pasillo" el camino aparecía más abierto, sin paredes de piedra ni tanta vegetación. No tardamos mucho en encontrarnos con una encina que había nacido junto a una piedra enorme subida sobre otra más pequeña.
Aunque la salida de Piñuel fue descendente, no tardó en aparecer la consiguiente subida, tendida, eso sí, que se alargó durante algo más de kilómetro y medio.
Y como era de esperar, no tardamos en encontrarnos con una cancela. Desatamos las cuerdas que hacían de cierre y pasamos al otro lado. 

y en el otro lado el camino era visible por dos roderas, pero más adelante ya ni siquiera había esas y comenzamos a rodar campo a través siguiendo la dirección que nos marcaba el GPS. 
Finalmente, llegamos a otra cancela, la pasamos, y continuamos recto por el borde de una tierra que había estado sembrada de cereal. Unos cientos de metros más adelante ya llegamos a un camino, lo tomamos hacia la izquierda y enseguida nos encontramos con otro que ya nos llevó hasta Fresno de Sayago.
Entramos en esta localidad y continuamos hasta llegar a una carretera, la que va a Almeida.
Nos incorporamos a ella dirección Zamora y poco después nos desviamos a la derecha.
Ascendiendo por una calle larga salimos del pueblo. Desde esa parte pudimos ver una buena panorámica de la localidad.
Poco después pasamos junto a la ermita de San Miguel, curiosa por su forma de cubo. Se encuentra junto al cementerio.
La subida que había comenzado en el propio pueblo continuó a lo largo de más de dos kilómetros. Eso sí, se rodaba muy bien porque el camino era el típico sayagués, liso y compactado.
Fuimos bordeando una valla durante bastante tiempo. Más adelante giramos a la izquierda y cruzamos entre dos postes que no tenían cancela, pero pronto nos topamos con otros dos postes, pero estos sí tenían una cancela que pudimos abrir sin problema. 
Y no mucho más allá nuestro camino estaba cortado por otra. En esta había una nave al lado y un vehículo. Llamamos al señor, le preguntamos si podíamos pasar y, muy amablemente, nos dijo que era una finca privada, pero que nos abría.
Al otro lado nos esperaba la continuación del camino y un gran rebaño de ovejas, más pendientes de seguir comiendo que de nosotros. 
Más adelante encontramos una cancela más, la última antes de llegar a nuestro siguiente destino, que ya estaba próximo. 
A pesar de que en algunos lugares encontrábamos robles a nuestro paso, la mayoría del arbolado era encina, algunas tan bonitas y originales como esta:
Estando ya cerca de Escuadro volvimos a rodar por un camino de esos por los que da gusto darle a los pedales.
Al llegar a Escuadro atravesamos el pueblo longitudinalmente, pasando por la plaza donde se encuentra la iglesia.
Muy cerca de ella vimos un panel informativo y nos paramos a leerlo. Se trataba de un mapa e información del 
Camino Natural del Paisaje Agrario Sayagués, que comienza allí, en Escuadro y va hasta la Ermita de Gracia, pasando antes por Almeida. En total unos 16 km señalizados.
No salimos del pueblo siguiendo estas indicaciones pero poco más adelante ya nos unimos a dicho Camino. Aparte de la señalización pudimos ver en el tramo hasta Almeida un par de áreas de descanso con mesas, bancos y una caseta para resguardarse.
De Escuadro a Almeida nos separaban unos siete kilómetros pero salvo una subidita después de salir del pueblo el resto tendía hacia abajo y, aunque el viento iba creciendo en velocidad y en ese momento nos daba de frente, íbamos rodando a muy buen ritmo.
Eso permitió que tardáramos poco en hacer este trayecto. Antes de llegar a Almeida nos encontramos con esta preciosa pared de piedra. 
Y unos metros más adelante con una bonita fuente.
Entramos en la localidad por el este. Llegamos a la carretera que va hacia Fresno, la cruzamos y continuamos recto. Poco después pasamos sobre el Puente de la Villa. 
Salimos a la carretera que une el pueblo con Bermillo y seguimos por esta hasta llegar a la plaza donde se encuentra la iglesia. Allí mismo nos desviamos hacia la izquierda. 
En cuanto terminamos de salir del pueblo comenzó una ascensión que se prolongó a lo largo de unos dos kilómetros en los que recorrimos un tramo de muy buen firme y con curvas a una y otra mano.
Pasamos poco después muy cerca de un precioso puente que, para que la estampa fuera más bucólica, había un rebaño de vacas pastando junto a él.
Más adelante el camino se fue perdiendo y terminamos rodando prácticamente campo a través. Eso sí, fueron muy pocos metros. Llegamos a una cancela, la abrimos, y ya del otro lado continuamos unos cien metros sin camino y salimos a la carretera que va a Bermillo. Rodamos por ella unos quinientos metros. 
La abandonamos para girar noventa grados a la derecha y continuar por un buen camino. Pronto giramos al lado contrario para seguir por otro de menor importancia. Al llegar a un puente lo cruzamos girando a la derecha y seguimos por el camino al que nos habíamos incorporado. Poco más adelante lo abandonamos para seguir campo a través hasta llegar al Dolmen del Casal del Gato, un monumento megalítico de unos 5000 años de antigüedad.
La cámara funeraria tenía unos 5,80 metros de diámetro y estaba formada por grandes lajas graníticas hincadas, un túmulo de tierra y piedras que la cubría por completo y un corredor de acceso, orientado al sureste, al solsticio de invierno, de 6 m de longitud.
Nos pareció que ese era el lugar apropiado para hacer un selfie. Como se puede apreciar a esas alturas de la mañana la niebla alta se había disipado dando paso a un cielo muy nuboso pero con algunos claros por los que en algunos momentos lograba abrirse paso el sol.
  
Desde el Dolmen continuamos recto hasta llegar a un pequeño puente que cruzamos. Este se encuentra junto a la Fuente Termal El Hervidero.
 
Al salir del puente seguimos hacia la derecha y continuamos recto. Pasamos por la trasera del Balneario de Almeida y continuamos por un camino poco marcado. En realidad estábamos siguiendo la llamada Ruta Monte de la Cueva, señalizada por la zona.
Recorrimos por ella unos seis kilómetros de subida muy tendida atravesando en gran parte del trayecto un monte de encinas muy bonito.

 
Terminó ese tramo al llegar a la Ermita de Gracia, donde se encuentra la patrona de la comarca de Sayago. 
Pasamos junto a ella y cruzamos la carretera para continuar recto. Descendimos suavemente algo más de dos kilómetros por buenos caminos y disfrutando de hermosas encinas, que con la luz del sol estaban mucho más realzadas.
Al llegar a una vaguada, giramos a la derecha para cruzar una rivera muy próxima a Villamor de Cadozos. Desde allí iniciamos un suave ascenso largo, de unos cinco kilómetros. A pesar de ser una subida muy tendida rodamos a un ritmo alto.
Este tramo terminó al llegar a Torrefrades. Entramos por el pueblo y recorrimos varias calles hasta encontrarnos con la espadaña de la iglesia. 

Junto a ella habíamos partido, así que allí mismo estaba el final de nuestra ruta. Al llegar cargamos las bicis, nos aseamos y pasamos al 
Restaurante Alonso donde tomamos una cerveza y comimos muy a gusto.
Terminada la comida y la sobremesa regresamos a Zamora con la sensación de haber una ruta muy bonita y variada, y es que Sayago nunca defrauda. 
Para descargar la ruta haz clic en el logo de Wikiloc.
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario