4 de octubre de 2025

Ruta de los tres puentes (Potato, Las Urrietas, El Andaluz)

Los arroyos y las riveras recorren toda nuestra provincia y desde siempre el hombre ha construido puentes para salvarlos. En la ruta de hoy hemos enlazado tres de ellos que pueden ser de origen romano: el Puente Potato, el Puente de las Urrietas y el Puente del Andaluz. Bajo dos de ellos pasa el arroyo de los Barrios y por el otro la rivera de Sobradillo.

Hoy nuestra cita semanal se adelantó un día pero quedamos a la hora habitual: las 9.30. La mañana lucía espléndida con una temperatura de 15º, los suficientes para llevar equipación de verano y unos manguitos y, como mucho, un chaleco. 

Partimos de la Ciudad Deportiva a las 9.30 cuatro bikers. Fuimos hacia el río y cruzamos el Puente de Piedra, que nos regaló una bonita vista del casco antiguo de la ciudad. 


Continuamos por San Frontis, cruzamos la carretera de Bermillo y comenzamos a rodar por el GR-14. 


Poco más adelante tuvimos una sorpresa porque la zona en la que cuando llueve se forma un barro por el que es imposible transitar porque se pega a las ruedas, ha sido alisada y le han echado restos de escombro encima. Faltaría que una apisonadora lo compactase porque, de momento, no se rueda bien por él. 


Pasado el Brocal de las Promesas continuamos por el GR-14 pero en el siguiente cruce lo abandonamos para continuar recto. Ni un kilómetro después giramos a la derecha para enfilar una recta de casi un kilómetro y medio de larga y de ligera ascensión que nos llevó hasta Tardobispo. 


Atravesamos esta localidad, cruzamos la carretera de Ledesma y continuamos recto, enlazando así de nuevo con el GR-14. Continuamos con una suave subida hasta que un par de kilómetros después iniciamos un descenso que nos llevó hasta cerca de La Pueblica de Campeán. No llegamos a tocar el pueblo, lo dejamos a nuestra izquierda. Cruzamos la carretera que le da acceso desde la de Pereruela y seguimos sin cambiar de dirección. Iniciamos una pequeña bajada hacia el Puente Potato, el primero de los tres que teníamos que cruzar en esta ruta. 


Este puente se construyó para salvar el Arroyo de los Barrios y se cree que es de origen romano, si bien se ha reconstruido y modificado en muchas ocasiones. 


A la salida del puente el camino se estrecha pero enseguida el GR-14 vuelve a ser una pista. Unos cientos de metros más adelante hay una bifuración. Nosotros continuamos por la opción de la derecha, la Senda del Duero. Allí mismo iniciamos una recta de tres kilómetros y ascenso continuo.


Tan solo unas vacas pastando rompieron la monotonía de esta subida. Eso sí, la comida es la comida y ni levantaron la cabeza.

La recta y el ascenso terminaron después de girar a la derecha, rodar unos cientos de metros y salir a la carretera de Bermillo. Rodamos por su arcén poco más de cien metros y nos desviamos ligeramente a la derecha, entrando así en la localidad de Pereruela. 

Atravesamos esta localidad de lado a lado e iniciamos un descenso antes de terminar sus edificaciones. A la salida del pueblo volvimos a dejar el GR-14 al no tomar el camino de la derecha y seguir recto, iniciando así una serie de subidas y bajadas no muy largas. Como quinientos metros después de dejar Pereruela giramos noventa grados a la derecha, enseguida cambiamos de dirección, de nuevo hacia la derecha e iniciamos una subida de casi un kilómetro. Esa altitud nos permitió tener buenas vistas de los campos totalmente agostados.


El ascenso terminó cuando giramos a la izquierda para seguir por otro camino que partía a nuestra izquierda y comenzamos a bajar. Enseguida nos desviamos a la derecha, si bien continuamos descendiendo. 


Trazamos una curva de un amplio radio y después de una pequeña subida pudimos ver una mancha azul en la lejanía. Se trataba del río Duero. 


De nuevo volvimos a descender y nos unimos de nuevo al GR-14, justo unos cientos de metros antes de cruzar el segundo puente de nuestro recorrido, el Puente de las Urrietas. 


Se cree que este puente ha tenido tres construcciones diferentes. La primera sería un origen romano-medieval, la segunda hay que situarla en la segunda mitad del siglo XV o primera del siglo XVI, y la tercera a finales del siglo XVIII. La última se sabe que fue una reconstrucción. En ella primero se desmontaron los restos del puente anterior que se utilizaron para la nueva construcción. 


Nada más pasar al otro lado del puente es cuando, paisajísticamente, se entra en Sayago, y comenzamos a ver otro tipo de vegetación, sobre todo, encinas. Comenzamos otro pequeño ascenso pero enseguida descendimos.


No había espacio para el llano e inmediatamente comenzamos otra subida de casi un kilómetro, tras ella hubo el esperado premio, que no pudimos disfrutar bien porque corresponde con la bajada hacia Arcillo, que está repleta de grandes agujeros hechos por el agua que corre por ella cuando llueve. 


Justo al final de la bajada, antes de entrar en el pueblo, dejamos a nuestra derecha un bonito puente de lajas, típico sayagués. 


Subimos la cuesta llena de piedras sueltas que bordea esta localidad y giramos a la izquierda para seguir por un camino que nos llevó hasta la entrada del pueblo. 


Paramos allí unos minutos tras los que retomamos la ruta. Al salir del pueblo rodamos por el mismo camino que nos había llevado hasta allí, solo que ahora había que subir. Enseguida nos separamos de él siguiendo recto por un camino de menor importancia y ascendente. 


Como un kilómetro después cruzamos el GR-14 pero no seguimos por él sino que continuamos recto sin dejar de ascender suavemente al menos hasta un kilómetro después. 


Pasado ese kilómetro comenzamos a poder avanzar sin dar pedales, por fin. Giramos a la izquierda y no mucho después a la mano contraria, comenzando así a rodar casi en paralelo a la carretera de Bermillo. Un nuevo ascenso nos llevó hasta las proximidades de Pereruela. 


Antes de llegar a esa localidad cruzamos al otro lado de la carretera y continuamos de frente trazando una curva muy abierta que nos llevó hasta otro camino. Nos incorporamos a este hacia la izquierda y disfrutando de una suave descenso recorrimos por él como un kilómetro y medio hasta llegar a la carretera de Ledesma. 

La cruzamos y seguimos de frente, un giro a la izquierda, una recta y otro giro al lado contrario nos llevaron hasta la carretera ZA-306, que también cruzamos para seguir de frente, si bien poco después cambiamos de dirección hacia la izquierda para continuar recto hasta la entrada de la localidad de Las Enillas. 

Justo antes de llegar a las primeras casas nos desviamos a la derecha.


Descendimos hacia la Rivera del Castillo, dejando a nuestra izquierda El Salto la Vieja. Tras cruzar por un puente sobre dicha rivera comenzamos una subida que nos llevó hasta el "Marquesado del Churrero".


Seguimos por ese camino con algunas subidas y bajadas largas unos dos kilómetros y, tras dos cambios de dirección a derecha y enseguida a izquierda, continuamos por una recta casi un kilómetro y medio con una inclinación que nos ayudaba ligeramente, lo suficiente para avanzar muy deprisa.

La recta continuaba, pero nosotros le pusimos fin girando a la izquierda pasando así por el tercer puente, el del Andaluz, casi oculto por la vegetación circundante. Este también salva el Arroyo de los Barrios.


Una vez pasado el puente recorrimos unos tres kilómetros prácticamente rectos, de los cuales casi 2 fuero de suave ascenso y el último de ligera bajada. Terminamos saliendo a la carretera que une Tardobispo con la carretera que va a San Marcial, nos unimos a ella hacia la derecha pero enseguida giramos al lado contrario para continuar por un camino hasta las cercanías de Entrala. 


Seguimos por un camino que va a Morales del Vino pero para llegar a esta localidad no quedó otra que subir la última cuesta de la ruta. 


Entramos en Morales recorriendo una lateral del pueblo. Llegamos a la N-630 y continuamos por un lateral de esta hasta que, tras un giro a la izquierda, tomamos la calle que conduce a la llamada Cuesta Blanca.


Habíamos llegado al momento de disfrutar de todos los réditos obtenidos con las subidas anteriores, así que descendimos dicha cuesta hasta llegar a la carretera ZA-325. 


La cruzamos y seguimos prácticamente de frente por un camino poco transitado que bordea algunas tierras y que va a dar a las proximidades del Cristo de Morales. Desde allí continuamos hacia Zamora por el denominado carril bici Zamora-Morales. Y lo hicimos a buena velocidad porque el perfil ligeramente descendente ayudaba a pedalear con poco esfuerzo. Entramos en la capital atravesando el barrio de Pinilla y, tras cruzar el Puente de Hierro, pusimos rumbo a la Ciudad Deportiva. 




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