Tras tomar un café en la coqueta plaza mayor, nos dirigimos hacia La Casa del Parque. pero cuál fue nuestra sorpresa que al llegar estaba cerrada, menos mal que el paseo hasta allí fue agradable.
Volvimos a improvisar otro plan al ver que ya no llovía. Nos acercamos en coche hasta la cercana ermita de Santa Cruz y allí iniciamos una pequeña caminata, por un buen sendero, con muchos olivos a ambos lados del camino y con buenas vistas al horizonte.
Llegamos a las ruinas de la Casa de los Carabineros, ascendimos por unas escaleras que la bordean hechas aprovechando el relieve del terreno y nos topamos con una vista sobre el Duero y de sus arribes, magnífica.
No demoramos mucho el inicio de la vuelta y enseguida nos pusimos en marcha desandando el camino de ida sin más problema, con la única diferencia de que, como al ir se desciende levemente, al volver se asciende pero de un modo muy tendido. En poco tiempo llegamos de nuevo a la ermita.
La segunda ruta del día la comenzamos en el centro del pueblo, continuamos por el GR-14, que abandonamos como a 2 km de la salida, para coger una bifurcación que sale a la derecha.
Continuamos por este otro camino con perfil descendente hasta llegar a una pradera, en la que giramos a la derecha.
Poco después comenzamos ya a descender hacia el río y unos cientos de metros más adelante avistamos por primera vez el original molino llamado "La Central".
Con ese tajamar en la parte delantera que hace que parezca un barco con su quilla.
Aunque ya había poca luz bajamos hasta ponernos frente a él. Hicimos unas fotos y comenzamos el ascenso enseguida porque la noche se iba acercando.
Tras ascender la parte más inclinada volvimos a llegar a la pradera en la que nos habíamos desviado en la ida, pero desde ella nos dirigimos al Puente Las Urrietas. Llegamos a él y ya continuamos por el GR-14 hasta llegar a Pereruela, ya de noche, pero mereció la pena.
Relive 'Afternoon Jan 13th'