13 de enero de 2018

Dos al precio de una

Dice el dicho que no hay mal que por bien no venga, y aunque que lloviera esta mañana no es "mal" con la sequía que arrastramos, a nosotros nos hizo poco "bien", o eso creíamos. El caso es que, cumpliendo con el mandato que nos hemos hecho a nosotros mismos de hacer una ruta de senderismo un sábado de cada mes, íbamos a hacer una y finalmente hicimos dos. La que teníamos en mente llevar a cabo partía de Pereruela, pero al llegar a esta localidad llovía, así que decidimos ir a Fermoselle a visitar La Casa del Parque.

Tras tomar un café en la coqueta plaza mayor, nos dirigimos hacia La Casa del Parque. pero cuál fue nuestra sorpresa que al llegar estaba cerrada, menos mal que el paseo hasta allí fue agradable.



Volvimos a improvisar otro plan al ver que ya no llovía. Nos acercamos en coche hasta la cercana ermita de Santa Cruz y allí iniciamos una pequeña caminata, por un buen sendero, con muchos olivos a ambos lados del camino y con buenas vistas al horizonte. 



Llegamos a las ruinas de la Casa de los Carabineros, ascendimos por unas escaleras que la bordean hechas aprovechando el relieve del terreno y nos topamos con una vista sobre el Duero y de sus arribes, magnífica.



No demoramos mucho el inicio de la vuelta y enseguida nos pusimos en marcha desandando el camino de ida sin más problema, con la única diferencia de que, como al ir se desciende levemente, al volver se asciende pero de un modo muy tendido. En poco tiempo llegamos de nuevo a la ermita.


Desde la ermita, de nuevo en los coches, nos dirigimos a Torrefrades, donde teníamos encargada la comida.En el Restaurante Alonso saben dar de bien de comer y nosotros, para estar a la altura, comimos bien, en exceso, como suele pasar en estos casos. Alguien comentó que después de una comida tan copiosa sería bueno caminar. Al escuchar esto, otro alguien propuso hacer la ruta que no pudimos hacer por la mañana y fue una idea que gustó. Así que terminamos de comer y nos desplazamos hasta Pereruela.

La segunda ruta del día la comenzamos en el centro del pueblo, continuamos por el GR-14, que abandonamos como a 2 km de la salida, para coger una bifurcación que sale a la derecha. 


Continuamos por este otro camino con perfil descendente hasta llegar a una pradera, en la que giramos a la derecha. 



Poco después comenzamos ya a descender hacia el río y unos cientos de metros más adelante avistamos por primera vez el original molino llamado "La Central".


Con ese tajamar en la parte delantera que hace que parezca un barco con su quilla.


Aunque ya había poca luz bajamos hasta ponernos frente a él. Hicimos unas fotos y comenzamos el ascenso enseguida porque la noche se iba acercando. 


Tras ascender la parte más inclinada volvimos a llegar a la pradera en la que nos habíamos desviado en la ida, pero desde ella nos dirigimos al Puente Las Urrietas. Llegamos a él y ya continuamos por el GR-14 hasta llegar a Pereruela, ya de noche, pero mereció la pena.



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Relive 'Afternoon Jan 13th'

7 de enero de 2018

Esquivando la lluvia... ¡Llegamos secos!

En la mañana de hoy sólo fuimos los que nos atrevimos a salir con nuestras bicis. Tuvimos varias bajas por enfermedad o por causas familiares. Lo cierto es que la previsión pintaba mal, teníamos muchas probabilidades de mojarnos, pero nos arriesgamos y nos salió bien.

Planificamos una ruta en la que se hicieran kilómetros pero sin alejarnos mucho de Zamora, por si acaso había que volver acosados por la lluvia, así que dimos varios rodeos y bordeamos varios pueblos (La Hiniesta, Andavías, Montamarta, Cubillos y Torres de Carrizal) sin llegar a entrar más que en Molacillos. También queríamos pisar caminos nuevos y lo logramos.

Pero antes de todo eso salimos de la Ciudad Deportiva y tras recorrer parte del carril bici ascendimos por el Espíritu Santo, un buen calentón estando aún fríos, y terminamos en Guimaré.



 Desde allí cruzamos la N-122 y rodamos por buenos caminos de concentración repletos de toboganes hasta llegar a la entrada de Palomares, evitamos la bajada y continuamos con dirección Andavías. Bastante antes de llegar cambiamos de dirección para enfilar hacia Cubillos. Tras varios cambios de dirección pasamos cerquita de este pueblo pero enseguida giramos a la izquierda para tirar ahora hacia Torres de Carrizal.



En todo el recorrido encontramos algo de barro y algunos charcos en zonas bajas, pero sin importancia, pero después de Cubillos hubo una zona en la que todos pensamos que se podía complicar la tranquila mañana. Pero no, se pegó barro a nuestras ruedas pero pudimos seguir rodando.


Antes de llegar a Torres cambiamos de dirección y continuamos hacia Molacillos. Un par de kilómetros antes de llegar a esta localidad paramos a tomar una barrita o algo de fruta (bajo la atenta mirada de un burrito) y enseguida proseguimos.



Cruzamos la carretera de Villalpando y poco después entramos en Molacillos.


Tras cruzarlo continuamos hacia Zamora, pero antes de llegar nos desviamos del camino habitual para rodar en paralelo al río Valderaduey.



Llegamos a Zamora por la gasolinera Vistalegre, así que aprovechamos para lavar tres de las cinco bicis. Tras el lavado rodamos por el carril bici y ya en la capital paramos a hidratarnos, que lo necesitamos porque llevamos buen ritmo y la ruta había sido algo "rompepiernas" con muchos toboganes en todo el recorrido.


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Relive 'Morning Jan 7th'

2 de enero de 2018

2017: un año de bici

Todo el año 2017 resumido en un vídeo con fotografías de cada una de las rutas que hemos realizado a lo largo de todo el año.


31 de diciembre de 2017

Terminando el año sobre la bici

En la mañana de este día de Nochevieja nos juntamos seis bikers en el lugar habitual. Salimos de Zamora por San Frontis tras haber cruzado el Puente de Piedra y tomamos el GR-14. En el Brocal de las Promesas se nos unió el séptimo biker y continuamos.

Si hay un fenómeno meteorológico que odiamos los aficionados a la bici es el viento, el viento de cara para ser más exactos, porque cuando nos empuja por detrás nos encanta ; ), y hoy nos lo encontramos totalmente de frente.

Los primeros kilómetros fueron duros por el propio viento y porque fueron de ligera ascensión continua.



Tras dejar a un lado Tardobispo seguimos con dirección a Las Enillas, pero tampoco llegamos a pisar esta localidad. Nuestro objetivo era llegar a La Tuda y hacia ella seguimos.



Ya en este pequeño pueblo hicimos una parada para comer algo y poco después nos volvimos a subir en nuestras bicis para seguir por la carretera local hasta Pereruela.


Ahora, por fin ya con el viento casi, casi de espaldas. Llegamos a esta localidad y tras cruzar algunas calles la abandonamos por un camino que nos llevó a una carreterita por la que no recordábamos haber pasado con anterioridad.



Poco después vimos San Román a nuestra izquierda y proseguimos para coger el camino que lleva a la Carba.


Enseguida comenzamos el descenso, cada día más peligroso por la enorme cantidad de piedras sueltas que han dejado motos y quads.



Abajo nos reagrupamos y seguimos en paralelo al río Duero por el mismo camino por el que habíamos rodado quince días antes. Vimos Carrascal pero tampoco entramos, sino que viramos a la derecha para llegar a Las Chanas y bordearlas por un camino técnico que nos gusta mucho.


Tras este recorrido volvimos al "buen camino" por el que seguimos hasta que, ya cerca de Zamora, nos desviamos a la izquierda y tras recorrer unos cientos de metros terminamos en la carretera de Carrascal.


Cerca del Puente de Piedra hicimos una parada para hidratarnos y despedirnos hasta el Nuevo Año.



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Relive 'Morning Dec 31st'

24 de diciembre de 2017

Ni la niebla ni el frío nos dejó en casa

Un invierno sin nieblas en Zamora no sería invierno, así que hoy nos tocó. Y lo malo no es la niebla, sino que, cuando está presente, la temperatura no sube nada, suele ser muy húmeda y termina por ser molesta, muy molesta... Pero es lo que hay...


Pero aparte de la niebla, empezamos mal... Un bíker no conseguía hinchar su rueda, así que antes de salir le pusimos una cámara. A los doscientos metros volvió a perder aire, así que dimos la vuelta y en su trastero le cambiamos cubierta y cámara. Perdimos media hora, pero pudo salir con nosotros.


Debido al retraso decidimos no hacer el track que íbamos a seguir e improvisar uno más corto, al fin y al cabo en Nochebuena no conviene pegarse una paliza y estar echo polvo a la hora de cenar. Iniciamos la ruta por el carril bici, al llegar a Valorio ascendimos hacia San Lázaro, pasamos por San José Obrero y comenzamos a seguir la Vía de la Plata desde la Cruz del Rey don Sancho.

Bordeamos Roales y continuamos siguiendo las indicaciones hasta Montamarta. La temperatura estaba en torno a los -3º así que las plantas de los laterales del camino estaban totalmente blancas, la humedad que emanaba de nuestras chaquetas se congelaba en las mangas y la humedad del ambiente formaba una capa de hielo en los cascos.



A la altura de las primeras edificaciones de esta localidad seguimos las indicaciones del albergue y terminamos cruzando la carretera bajo un pequeño túnel. Continuamos rodando, cambiando varias veces de dirección y cruzando, también por debajo, las vías del AVE y la autovía.


 Teníamos en mente llegar a Cubillos y lo conseguimos. Allí se quedó un bíker y continuamos los otros cinco hacia Monfarracinos.



Llegamos a esta localidad y, tras transitar por sus calles, tomamos una alternativa nueva para todos para llegar a Zamora. Nos llevó hasta la carretera de Villalpando a la altura de la Urbanización Siglo XXI. Desde allí continuamos por el arcén hasta la entrada de Zamora y desde allí callejeamos para llegar a nuestro punto de salida.

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Relive 'Morning Dec 24th'

17 de diciembre de 2017

¿Un molino o un barco en el Duero?

De nuevo con una helada impresionante y con cielo raso, sin una nube, iniciamos la ruta cinco bíkers desde el lugar habitual. Salimos de Zamora por el Puente de Piedra, cogiendo el GR-14 en San Frontis.

Los primeros kilómetros sufrimos las habituales molestias del frío, manos y pies helados, moquilla, etc.; nada nuevo, pero el sol lograba, poco a poco, paliar estas molestias.




No seguimos el GR-14 al pie de la letra, pero terminamos llegando igualmente a Tardobispo. A la salida del pueblo volvimos a la Senda del Duero, pero la volvimos a abandonar enseguida para tomar otra alternativa más bonita, llegando al pie de la Pueblica por la antigua Mirandesa. La helada en esa zona hoy era impresionante.



Continuamos hacia Pereruela, cruzamos esta localidad y proseguimos con dirección Arcillo, si bien no llegamos a descender hacia el Puente de las Urrietas, porque nos desviamos ligeramente a la derecha. Poco después comenzamos a descender hacia el río y el paisaje cambió, nos encontramos mucha más vegetación, encinas, jaras...



Divisamos el Duero y continuamos el descenso, cada vez con mayor inclinación. Y por fin, nos encontramos con la figura de un bonito molino dentro del río.



Su silueta, por un tajamar que tiene al frente, es muy parecida a la de un barco. A pesar de verlo ya, quisimos llegar a su lado y descendimos hasta donde pudimos, justo enfrente.


Al ser una zona totalmente sombría la helada aún no se había desecho y hacía frío, así que tomamos un tentempié rápido e iniciamos el largo ascenso.
Las primeras rampas son las más inclinadas, superadas estas el ascenso es más cómodo.


Tras una parada por un pinchazo continuamos y nos desviamos un poco del camino de la ida, yendo a salir al Puente de las Urrietas. Aprovechando la sequía nos hicimos una foto junto a él y proseguimos, subiendo, hacia Pereruela.



En Pereruela paramos de nuevo por una pequeña avería. Tras arreglarla salimos del pueblo hacia San Román, pasando por la llamada Pradera del Terror. Llegando a esa localidad de nuevo hicimos otra parada por otro pinchazo. Continuamos, la atravesamos y ascendimos para tomar el camino de la Dehesa de Congosta. Descendimos otra vez hacia el río por la Carba, cada vez más peligrosa por la cantidad de piedra suelta.


Ya abajo rodamos en paralelo al río, si bien hubo que hacer dos ascensiones más para llegar a la altura de Carrascal. No llegamos al pueblo, lo dejamos a un lado, para recorrer una zona sin apenas camino marcado, sorteando encimas y agachándonos continuamente para no darnos con las ramas.


Ya en el camino que lleva a Zamora, continuamos por él, terminando en un descenso que nos puso en la carretera de Carrascal, cerca del Puente de los Poetas. Tras una parada en Los Pelambres para ayudar a recuperar la hidratación a nuestros cuerpos, terminamos la ruta donde la habíamos empezado.

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Animación de la ruta