Salimos de Zamora a las 9,30 los dieciséis andarines en cuatro coches con dirección a Riofrío de Aliste. Por el camino la lluvia se asomó en algún momento pero nada serio. Al llegar recogimos la llave de unos molinos en el Bar La Cortina y allí mismo tomamos un café. Tras esta pequeña parada comenzamos a caminar.
Recorrimos una buena parte de la localidad llamándonos especialmente la atención los portones de algunas casas.
Una vez terminadas las últimas casas fuimos al encuentro del río. Caían unas gotas pero la temperatura era muy agradable. Una vez que llegamos a él continuamos por su margen derecha.
Poco después nos encontramos con los dos primeros molinos que, además, son los más grandes y para el gusto de la mayoría, los más bonitos.
Abrimos el mayor y entramos a su interior, donde pudimos ver que aún conserva todo lo necesario para funcionar.
Consta de dos plantas. A la de la parte superior se accede por una escalera de madera. Allí encontramos un sinfín y otra puerta de salida.
Tras la visita volvimos al otro lado de la charca que hay junto a los molinos para retomar el camino y seguir nuestro itinerario.
Continuamos por un buen camino en el que fuimos encontrando hitos de pizarra que van marcando la ruta. A nuestro alrededor robles fundamentalmente y mucha vegetación por todas partes.
Más adelante vimos el tercer molino, este en un estado de bastante deterioro, pero aún así conservaba su belleza.
No mucho más adelante pudimos ver uno más. En este caso también en estado de abandono y semicomido por la vegetación.
El camino se fue convirtiendo en senda pero llegamos a un punto en el que esta senda salía a un camino de reciente creación que estaba muy, muy blando. Por mucho cuidado que poníamos, intentando buscar algo de dureza, daba igual, nos hundíamos... Poco después, con los pies llenos de barro rojizo, llegamos a un túnel sobre el que pasa la vía.
Al salir de este decidimos ir campo a través para evitar seguir hundiéndonos en el barro arcilloso. Así, caminando entre las hierbas, bajo unos robles, encontramos varios "cucurriles".
Finalmente no nos quedó otra que continuar por el nuevo camino embarrado, si bien poco antes de encontrar el siguiente molino mejoró y ya pudimos caminar sin problema.
Cuando llegamos a este molino tuvimos también la oportunidad de entrar (la puerta estaba abierta). Este sí había sido restaurado, era evidente.
Una vez visto el molino volvimos al camino, que comenzó a ascender hasta llevarnos a la parte alta de un teso. Desde allí pudimos contemplar en el valle el Área Recreativa donde teníamos pensado parar a tomar un tentempié. Pero antes tuvimos la oportunidad e ver una "corrala", un tipo de construcción utilizado mucho en la zona para preservar al ganado de los ataques del lobo.
También este estaba abierto y pudimos entrar para ver su interior. Cuando salieron los últimos volvimos al camino y comenzamos un descenso que nos dejó a los pies de la citada Área Recreativa, que también está abierta para que la use todo aquel que lo necesite.
En su interior dimos cuenta de un par de chorizos y pan, regados con buen vino de una bota. Y tras la pequeña parada, adecentamos el interior de la caseta, nos hicimos una foto de grupo y volvimos al camino desandando unos metros para volver al track.
De nuevo nos encontramos con un ligero ascenso y algo más molesto, el viento de cara, adornado con algunas gotas de lluvia.
El camino eso sí, estaba en perfectas condiciones e incluso con espectadoras.
En este tramo avanzamos rápido y enseguida vimos las primeras casas de Sarracín. Cruzamos de nuevo bajo la vía y entramos en el pueblo. Recorrimos algunas de sus calles y al salir quisimos tomar un camino paralelo a la carretera para ir hacia Riofrío, pero poco después de pasar la escuela volvimos a encontrarnos con un camino arcilloso, así que decidimos ir a lo seguro: ir hacia la carretera y seguir el itinerario habitual de esta ruta, que consiste en hacer el tramo Sarracín-Riofrío por asfalto.
Aunque el viento seguía soplando fuerte de cara y era molesto, hicimos este tramo con rapidez, y en media hora estábamos entrando en las primeras casas de Riofrío.
Ya de nuevo en la localidad de salida volvimos a entrar en el bar, esta vez para tomar el vermú, descansar un poco y algunas "Galanas" para cambiarse.
Tras el descanso nos dirigimos a Ferreruela, para comer en Casa Pepa. La mayoría hizo esta parte tan bien o mejor que la de caminar ;)
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