Comenzamos desplazándonos siete bíkers a Toro para iniciar allí una ruta.
La iniciamos rodando por algunas calles del centro de la localida para bajar después hacia el río.
Por un error de lectura del track nos dimos cuenta de que estábamos empezando la ruta por donde deberíamos haberla acabado. Ironía del destino, porque si la hubiéramos hecho tal cual fue trazada, habríamos tenido problemas de horario.
Tras cruzar el río pasamos por la ermita del Cristo de las Batallas y la bodega Divina Proporción.
Continuamos por buenos caminos con poco barro, a pesar de la lluvia caída.Tras algunos cambios de sentido y tras saltar una pequeña valla empezamos a rodar en pararelo al canal Toro-Zamora.
Poco después hubo que realizar la primera parada porque uno de los bikers había pinchado. Hinchamos pero de poco sirvió porque poco después hubo que volver a parar, esta vez ya para quitar la cámara. En su rueda encontró más de 10 abrojos. Poco después volvimos a parar porque la rueda trasera de otra bici perdía aire.
Tras abandonar el canal continuamos por varios caminos. Pero hubo que realizar otra parada porque otra bici había pinchado. Hinchamos a ver si el "moco" hacía su función pero poco después no quedó otra que bajarse de la bici y cambiar la cámara.
En este punto el grupo se dividió en dos porque uno de los bíkers tenía prisa y otros tres le acompañaron.
El otro grupo, de tres bíkers, una vez sustituida la cámara continuamos hasta la presa de San José, donde cruzamos el río e iniciamos el regreso sin llegar a Castronuño, como teníamos previsto.
Los primeros kilómetros los hicimos por el GR-14. Pero... ¡sorpresa! Hubo que parar porque la rueda delantera de una de las bicis había perdido aire. Hinchamos, pero al llegar a Villafranca de Duero, no nos quedó otra que cambiar la cámara.
Decidimos que lo mejor sería coger la carretera para evitar más problemas y para aligerar la marcha y en cuanto pudimos lo hicimos. Con viento de cara y a un alto ritmo llegamos en pocos minutos a las inmediaciones de Toro, donde dejamos la carretera y volvimos al camino, que transcurría junto al Duero.
Este camino nos llevó hasta el puente de piedra, desde donde hay una preciosa vista de la ciudad.
Poco después de salir del puente nos encontramos con la guinda final, la subida hasta el centro de la localidad pero con esfuerzo pudimos con ella.
Tras ducharnos en el Hostal Julián y tomar allí mismo unas cañas, ya con las familias y algunos amigos, nos desplazamos a la Bodega Divina Proporción donde realizamos una visita a la bodega y donde comimos y bebimos tres de sus vinos, 24 mozas, Madre mía y Abracadabra.
Después de la comida volvimos al centro y tomamos algo para así hacer tiempo antes de realizar la visita a las Edades del Hombre.
A la hora prevista iniciamos la visita guiada a la exposición "Aqua".
Tras la visita regresamos a Zamora.
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