Sabíamos que hoy el viento se iba a hacer el protagonista de nuestra ruta y así fue. Soplaba a más de 30 km/h con rachas más fuertes aún y lo llevamos de cara durante todo el recorrido de ida. Eso sí, la vuelta no tuvo nada que ver porque casi con solo dejarse llevar alcanzábamos velocidades de crucero que yendo hacia Corrales no conseguíamos ni cuesta abajo.